Vitamina D en comidas secas para perros: ¿qué cuidados debes tener?

La ingesta accidental de matarratas puede incrementar los niveles de esta vitamina
Vitamina D en comidas secas para perros: ¿qué cuidados debes tener?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 04 agosto, 2019

La vitamina D es un nutriente esencial para la mineralización y el crecimiento esquelético. Tanto su déficit como su exceso pueden causar lesiones a nivel sistémico, de ahí la necesidad de una adecuada suplementación en humanos y mascotas.

La vitamina D es un compuesto sintetizado naturalmente por plantas y mamíferos como respuesta a la radiación ultravioleta. Sin embargo, en el caso de los perros este proceso está más limitado; se ha de incorporar la mayor parte a través de la dieta.

La vitamina D proporcionada con la alimentación es absorbida por los intestinos, transformada por las enzimas del hígado y metabolizada por los riñones. El resultado es una molécula activa, calcitriol, que se almacena principalmente en el tejido graso.

Este nutriente, aparte de ser clave para los huesos, es esencial para el sistema muscular y nervioso. Así, cualquier desajuste en la dosis recomendada provoca un desequilibrio bioquímico que puede llevar al letargo, la aparición de tumores o incluso la muerte.

Trastornos asociados a la vitamina D

Los requerimientos de vitamina D para perros dependen de las concentraciones de calcio y fósforo, la edad y, en menor medida, del sexo y la raza. Entre los valores estimados más recientes destacan los de la Association of American Feed Controls Officials (AAFCO). Este organismo estipuló en 2007 la dosis orientativa de 500 UI diarias por kilogramo de dieta.

Perro corriendo

La enfermedad más común asociada al déficit es el raquitismo, trastorno óseo que afecta a animales jóvenes. Este se origina por la disminución de las concentraciones de calcio y fósforo en las matrices orgánicas de huesos y cartílagos.

Son las sobredosis de vitamina D las que causan afecciones más lesivas debido a las denominadas calcificaciones.

Entre los síntomas más frecuentes de una intoxicación por este nutriente están los vómitos, la excesiva micción, la deshidratación y la pérdida de apetito. En casos más severos, los daños pueden implicar fallos cardíacos, renales, sangrado intestinal y pulmonar, y la mineralización de tejidos blandos.

La causa más común de envenenamientos por vitamina D se debe a la ingesta de piensos con una dosis excesiva de dicho compuesto. Sin embargo, también suele ser habitual el consumo accidental del rodenticida colecalciferol, denominación química de la molécula activa de la vitamina D.

Tratamiento frente a una intoxicación

El protocolo médico para abordar el aumento excesivo en los niveles corporales de vitamina D de los perros depende de su cantidad y del tiempo transcurrido. En los casos más leves se procede a un lavado gastrointestinal, lo que puede acarrear vómitos y la administración de carbono activado.

Tratamiento de un perro intoxicado

En el supuesto de que hayan pasado más de seis horas después de la ingestión, se puede tratar con calcitonina, prednisona, diuréticos y bifosfonatos. Estos compuestos interfieren la absorción de calcio aumentando su excreción a través de la orina.

En diciembre de 2018, la Food and Drug Administration (FDA) publicó una serie de envenenamientos en perros que habían ingerido piensos comerciales. El problema común era la presencia de una dosis superior a la recomendada, lo que llevó a su retirada del mercado.

Para evitar posibles problemas en la salud canina lo mejor es prevenir con una dieta equilibrada siguiendo las pautas de los especialistas. Además, se debe tener cuidado de posibles ingestas de suplementos humanos por parte de las mascotas y practicar una vida activa al aire libre.


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