Agresividad en perros y genética: ¿están relacionadas?

La ciencia ha demostrado que muchas de las conductas de los perros están escritas en su ADN.
Agresividad en perros y genética: ¿están relacionadas?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 06 noviembre, 2020

La agresividad canina es uno de los problemas de conducta más reportados por los tutores. Descubrir cómo la agresividad en perros y la genética pueden estar relacionadas ha sido el objetivo de muchos investigadores en los últimos años.

El hecho de que el genoma canino ya se conozca y esté totalmente secuenciado ayuda a esta labor. Además de comprenderlos a ellos durante las investigaciones, los perros también son modelos perfectos para estudiar el origen de ciertas conductas o emociones.

La arquitectura genética de los canes o su genoma ha variado durante los siglos gracias a los procesos de domesticación y a la selección antrópica de ciertos caracteres, tanto físicos como psicológicos. ¿Podrían la genética y ciertos comportamientos caninos estar estrechamente relacionados? ¿Existen genes que promueven las conductas agresivas? ¡Descúbrelo!

La genética y su implicación en la agresividad en perros

Cuando observamos distintas razas de perros, se nota con facilidad cómo cada variedad suele tener algunos comportamientos ligados a su aspecto. Esto explica por qué algunos perros son buenos animales de trabajo, como los canes policías o los perros ovejeros. 

De la misma forma, podemos ver cómo ciertos animales suelen ser más cariñosos que otros o tener menos miedo a los desconocidos. Aunque cada perro sea único por su carácter, personalidad y forma de entender el mundo, existen ciertas características comunes específicas de cada raza.

Por ejemplo, aunque pueden haber excepciones y en su mayoría estas estén relacionadas con problemas adquiridos a la hora de la educación, es poco probable que un golden retriever muestre conductas agresivas o amenazantes.

Del mismo modo, es poco probable que un rottweiler acepte rápidamente la presencia de una persona desconocida. Cada raza de perro tienen su carácter definido y así lo muestra, por ejemplo, la Federación Cinológica Internacional (FCI).

Un perro ladra tras una valla.

La domesticación del perro y la variabilidad genética

El perro, como especie, es un organismo excepcional a la hora de buscar los genes que modifican la conducta. La domesticación ha supuesto para el can una gran cantidad de presiones selectivas y, como resultado, las razas de perros que conocemos hoy en día muestran unas diferencias conductuales muy llamativas.

Por otra parte, las razas más recientes se caracterizan por haber sufrido lo que se conoce como cuello de botella. A raíz de cruzar el mismo individuo una y otra vez, a la vez que se emparejan a sus descendientes con los caracteres más deseables, se ha provocado una pérdida en la diversidad genética de las estirpes.

Algunas de las características morfológicas específicas de la raza, las enfermedades y los comportamientos heredados es probable que sean el resultado del efecto fundador, que precede a la pérdida de variabilidad genética.

Este hecho, junto al conocimiento de la secuencia del genoma y la certeza de que algunos de los genes que codifican la conducta en perros están igualmente preservados en humanos, facilita la tarea de descubrir los genes que regulan las conductas conflictivas en canes. Por tanto, la agresividad en perros y la genética están totalmente relacionadas.

Los genes que codifican la agresividad en perros

Gracias a todos los estudios realizados en el campo de la genética y la etología, no cabe duda de que existen genes que predisponen la agresividad en perros. El estudio de la escasa variabilidad genética en las razas más actuales de canes ha permitido demostrar que algunos de los genes relacionados con la agresividad están muy conservados.

Cuando se dice que una serie de genes están conservados, se hace referencia al hecho de que otras especies cercanas al perro, como son los lobos o los zorros, también poseen estos mismos genes —o son muy parecidos—.

Lo importante es que cada gen o sus distintas versiones —conocidas como alelos— pueden influir en distintas características conductuales del perro.

Esto quiere decir que no existe un gen para la agresividad y que si el can lo tuviera sería agresivo. De hecho, un mismo gen puede influir en muchas características, tanto físicas como emocionales.

De este modo, algunos estudios sugieren que existen varios genes relacionados con estos comportamientos. Por ejemplo, los genes IGF1 y HMGA2 están vinculados con un tamaño pequeño de perro, con la ansiedad por separación, la sensibilidad al tacto, la agresividad dirigida al dueño y hacia otros canes.

Por otro lado, otros dos genes, GNAT3 y CD36, están asociados a rasgos como la sensibilidad al tacto, el miedo y la agresividad hacia humanos y perros desconocidos. 

Hoy en día, secuenciar un genoma completo de un nuevo organismo no supone demasiado trabajo, ya que puede hacerse en muy pocos días. Sin embargo, determinar qué zonas del genoma son genes y qué funciones tienen es mucho más complicado. 

agresividad en perros y genética.

Como hemos podido ver en estas líneas, gracias a la investigación se sabe que la agresividad en perros y la genética están totalmente relacionadas, al igual que otras conductas diferentes. Ahora queda por descubrir cómo afecta la genética a la conducta agresiva del can.


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