Animales en la religión: un vínculo histórico

La caza podría ser el origen de los sacrificios sagrados de los animales
Animales en la religión: un vínculo histórico
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 06 junio, 2019

La presencia de los animales en la religión se caracteriza por su variedad simbólica y su diversidad en función de la deidad referente. Ya sea como guías, objetos de sacrificio o meros acompañantes, numerosas especies han contribuido al culto sagrado.

La realidad más evidente es que los animales en la religión son ajenos a la naturaleza del hombre. Así lo constató el rechazo mostrado por los creyentes a la obra El origen de las especies, con la que Charles Darwin en 1859 divulgó su teoría sobre la evolución humana.

Esta dualidad hombre-animal potencia la misión de las distintas religiones para ‘elevar’ al ser humano más allá de la propia animalidad terrenal fraternizando con lo divino.

Función de los animales en la religión

A pesar de la citada dualidad, cabe destacar la importancia que ha cobrado la presencia animal en diversos escenarios religiosos. En este aspecto practicantes de la fe y teólogos establecen dos categorías principales:

  • Animales señal o mensajeros. Actúan como seres con propiedades especiales, divinas, que sirven para guiar o iluminar al hombre hacia la deidad. Numerosos ejemplos aparecen en las narrativas bíblicas de cristianos y judíos.
  • Animales como poblaciones discretas. Actúan como conjunto de individuos, ajenos a la naturaleza humana, pero relevantes en cuanto a su simbolismo sagrado. Un ejemplo serían los monos situados en las inmediaciones de los templos budistas.
Representación de la serpiente y la manzana de Adán y Eva

Esta amplia clasificación puede sufrir derivaciones subyacentes, puesto que la diversidad de ritos, dioses y, en general, origen y evolución de las distintas religiones, complica la homogeneización en lo referente al simbolismo animal.

Así, los animales señales que a veces actúan como transmisores otras veces pueden llegar a alcanzar un estatus divino siendo objeto de adoración. El concepto de adoración animal se atribuye a los polemistas griegos y romanos que lo usaron para mostrar su rechazo a las teorías teriomorfas, cuyos dioses tenían forma animal.

Sin embargo, cabe señalar que su culto, en la mayoría de los casos, no estaba destinado a la especie en cuestión, sino al poder sagrado que se había reencarnado en un nuevo ser.

Entre los más conocidos destacan los elefantes, considerados símbolo de buena suerte por los hinduistas. Su máximo exponente es Ganesh, con la cabeza de dicho animal y cuerpo humano.

Ganesh

El origen de los sacrificios

Frente al respeto mostrado a estos animales en la religión, están los sacrificios. A pesar de la dificultad que supone explicar su origen, diferentes eruditos religiosos como el alemán Walter Burkert o el historiador rumano Mircea Eliade lo atribuyen a una tensión emocional.

El hombre, al contrario que el resto de especies, cuando practica la caza, empatiza con el sufrimiento. Esta tensión entre la compasión y la necesidad de matar dio lugar a los rituales previos a la caza y, posteriormente, fueron extrapolados al ámbito religioso.

Para Burkert, cuando el hombre caza, se despierta en él un instinto propio de los animales, de ahí su frase “en la caza se debe tratar a un animal que es muy similar a un humano, de la manera que se debe no tratar a un humano”, lo que da lugar, así, a los consecuentes sacrificios.

La catarsis generada por el triunfo, y la ansiedad por haber matado, supuso el origen de diversas prácticas destinadas a evidenciar el ‘consentimiento’ animal; es unmito recogido en la mitología griega o en los rituales de los antiguos israelitas en la Biblia.

Homogeneizar el papel de los animales en la religión es complejo y teóricamente inviable, dada la diversidad de cultos existentes. No obstante, su contribución directa o indirecta en la iluminación del hombre parece ser un rasgo común en los distintos tipos de fe.


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