Aprende a educar en emociones a tu perro

Aprende a educar en emociones a tu perro

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 noviembre, 2017

Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de educar en emociones a nuestros amigos es que las nuestras afectarán a las suyas. O sea, como se suele decir, no hay perro equilibrado sin un dueño que también lo sea.

Por lo tanto, de la misma forma que nuestras mascotas, tenemos que aprender a manejar y expresar adecuadamente nuestras emociones si queremos que nuestras mascotas respondan igual. Sin embargo, esto no nos debe angustiar, pues es un trabajo en equipo que si mostramos interés sabremos realizar muy bien.

Lo primero que debemos hacer es trabajarnos a nosotros mismos de manera que alcancemos la estabilidad emocional necesaria para llevar a cabo la educación canina tanto emocional como comportamental

Mano y pata formando un corazón

Conocer los estados emocionales de nuestro perro

Los canes tienen una manera muy concreta y peculiar de manifestar sus emociones, sus sentimientos y sus pensamientos. Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es saber cómo manifiestan su alegría, su temor o su incomodidad.

Si bien es cierto que cada perro es un mundo, hay patrones muy característicos que nos muestran sus reacciones emocionales mucho antes de desbordarse. Es decir, que los animales tienen cierto instinto para calmarse y estabilizarse.

En este sentido, es importante conocer cuáles son sus señales de calma para poder actuar sobre ellas y ayudar y comprender a nuestro perro situaciones emocionales complicadas, así como celebrar con él la alegría o la curiosidad.

A continuación os dejamos una imagen que os ayudará a aprender a discriminar las emociones en vuestro gran amigo:

emociones-perro

En este sentido, debemos examinar cómo nos sentimos nosotros ante sus manifestaciones y viceversa; cómo reacciona nuestro perro cuando expresamos enfado o alegría

Así, debemos conseguir que nuestro perro no exprese temor ante nosotros, sólo respeto y, en caso de que proceda, arrepentimiento y perdón. Por ejemplo, nuestro perro debe saber que nosotros nunca vamos a dañarle, por lo que nunca tenemos que hacerlo.

Educar a nuestros perros en positivo

Lo ideal es educar a nuestro perro de manera positiva. Desde esta perspectiva, no cabe aplicarles castigos (pegarles o chillarles), sino omitir refuerzos (chuches, miradas aprobatorias, caricias o atención) cuando se comporten mal o no realicen la conducta que deseamos.

Así, nuestros perros obtendrán la aprobación sólo cuando se comporten de la manera adecuada. Por eso, debemos controlar nuestras reacciones, para no confundir al perro. No le hacemos ningún favor premiándole cuando no hay nada que lo justifique, sino todo lo contrario.

Habitualmente, cometemos un grave error en la educación de nuestros perros y es castigar sus emociones. Deberíamos pararnos a pensar qué es lo que hacemos cuando nuestro amigo ladra: siente miedo, ansiedad, amenaza o enfado.

Probablemente, nuestras reacciones ante esas emociones sean de castigo (chillarle o tirar de la correa) o de refuerzo (abrazarlo y acariciarlo con la esperanza de que se calme).

Ansiedad y miedo en el perro

En este sentido, cabe preguntarnos qué conseguimos castigando el miedo de nuestros perros, por ejemplo. Pongamos el ejemplo de un niño, si le gritamos porque teme a la oscuridad: una locura, ¿verdad?

En estas situaciones lo que debemos hacer para equilibrar a nuestro perro es permitirle e incitarle explorar en un entorno seguro a la vez que ignoramos aquellas manifestaciones inadecuadas.

Por su parte, si abrazamos o acariciamos a nuestro animal cuando siente ansiedad, lo único que conseguimos en prolongar e incluso promover las conductas ansiosas junto con los sentimientos que acarrean.

Así, como vemos, educar las emociones de nuestros perros no es algo que podamos aprender en un día, sino que requiere de mucha observación, comprensión y comunicación entre nosotros.

chocar-pata-mano

De este modo, el animal comenzará a tolerar niveles más altos de emoción cada vez y aprenderá a canalizar y solucionar el problema que se le plantea. Es decir que, si por ejemplo le invitamos a explorar de manera conjunta aquello a lo que teme, el miedo disminuirá.

La gestión y dirección emocional de las emociones caninas por parte de sus dueños es una responsabilidad ineludible a la hora de garantizar su bienestar. Por esta razón, debemos empezar a enseñarle que le entendemos y que él es capaz de resolver su situación emocional.

Como vemos, la educación emocional siempre debe realizarse a través del amor, de la paciencia y del respeto. Al fin y al cabo, se trata de mostrarles que el mundo es un lugar seguro en el que son amados de manera incondicional.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.