Beneficios de los suplementos de ajo para perros

A pesar de su poder repelente, el ajo no debe sustituir a los tratamientos antiparasitarios veterinarios
Beneficios de los suplementos de ajo para perros
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 31 diciembre, 2019

Actualmente existen multitud de suplementos que pueden potenciar el sistema inmunológico de las mascotas. Uno de ellos es el ajo para perros, cuyos beneficios están directamente relacionados con la dosis administrada.

Tradicionalmente, el ajo se ha consolidado como uno de los alimentos más versátiles en cuanto a usos se refiere. Además de su importancia a nivel culinario, las propiedades curativas que se le atribuyen son conocidas mundialmente, factor que ha propiciado la creación de suplementos a base de esta planta bulbosa.

Sin embargo, el consumo de ajo entre los canes puede resultar conflictivo entre veterinarios y naturistas. La razón es que este alimento es uno de los clasificados como venenosos para perros y gatos.

No obstante, es importante realzar que, al igual que todo alimento, el beneficio o el daño dependerán de la cantidad ingerida.

Propiedades del ajo para perros

A día de hoy, existen múltiples marcas y formatos de suplementos de ajo. A pesar de que estos pueden resultar una opción interesante, sobre todo a la hora de facilitar la administración, es preferible el consumo fresco del alimento.

El ajo crudo, óptimamente conservado en su cáscara, garantiza el aporte de nutrientes relacionados con los siguientes beneficios:

  • Mejora la circulación sanguínea mientras se evita la formación de coágulos. Además, tiene un efecto vasodilatador.
  • Disminuye el denominado colesterol malo.
  • Contribuye a reducir el riesgo tumoral.
  • Estimula el sistema linfático y favorece la desintoxicación del organismo.
  • Tiene acción antibiótica, antifúngica y antibacteriana, al mismo tiempo que es compatible con la flora bacteriana del organismo.
Suplementos de ajo

Otro de los beneficios del ajo para perros reside en su efecto antiparasitario, que actúa como repelente natural contra pulgas y garrapatas. Tras una ingesta mantenida y controlada en el tiempo, el olor característico de este alimento se desprende a través del pelaje del can.

Sin embargo, este poder repelente siempre debe ser complementado con los tratamientos veterinarios pertinentes para lograr una protección eficaz.

A pesar de las numerosas propiedades de esta planta, su consumo no siempre puede estar aconsejado. De hecho, los canes que estén tomando algún tipo de medicamento deben mantenerse al margen para evitar posibles efectos adversos. Los inmunosupresores, anticoagulantes, antiácidos, antitumorales o los destinados a la salud cardíaca son los más incompatibles.

Además, es preferible evitar la administración de ajo en perras embarazadas, madres lactantes o cachorros menores de seis meses.

Dosis recomendada

El consumo de ajos no debe suponer ningún peligro si se ingiere la dosis adecuada. Esta última dependerá del peso del can, con media cucharada sopera para un perro de unos siete kilogramos. Lo más recomendable es pelar el ajo, picarlo, triturarlo e, inmediatamente después, dárselo al animal, en ayunas o acompañado del pienso habitual para facilitar el tragado.

Cucharada de dientes de ajo

En el caso de superarse la dosis estipulada, el ajo para perros puede considerarse incluso venenoso, al igual que el puerro o la cebolla. Asimismo, conviene destacar la sensibilidad añadida que tienen ciertas razas de origen asiático como el shiba inu o el akita.

Los envenenamientos por ajo pueden alterar el estado de los glóbulos rojos, lo que genera anemia. Los trastornos gastrointestinales, el letargo, el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria son los efectos adversos más habituales.

Por ello, antes de suministrar ajo o cualquier otro tipo de suplemento o remedio natural a un animal se debe hablar con un veterinario holístico cualificado.

Apostar por una medicina alternativa puede resultar una opción interesante. Sin embargo, ante ciertas patologías es aconsejable recurrir a tratamientos veterinarios de eficacia demostrada, lo que lleva a un seguimiento controlado para conseguir, así, el bienestar del animal.


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