El bucardo: la cabra extinta de los Pirineos

El bucardo fue un animal emblemático que se extinguió en el año 2000. A pesar de su desaparición, es posible que mediante técnicas de clonación algún día volvamos a verlo.
El bucardo: la cabra extinta de los Pirineos
Miguel Mata Gallego

Escrito y verificado por el biólogo Miguel Mata Gallego.

Última actualización: 10 julio, 2020

El bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) fue un animal muy común en los Pirineos, apreciado por su valor como pieza de caza. A partir del siglo XX, el rápido declive de su población hizo que se invirtieran enormes esfuerzos en su conservación. Sin embargo, todos estos recursos fueron insuficientes y la última hembra de bucardo falleció en el año 2000.

Conocer los casos de extinción de especies animales es esencial para que estos episodios no vuelvan a repetirse. Si quieres saber más sobre la historia y las características de este mamífero, continúa leyendo.

Historia del bucardo: el fantasma de Ordesa

El bucardo fue una subespecie de cabra montés propia de las altas montañas pirenaicas, entre España y Francia. En estas montañas se halla el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En esta remota área montañosa era muy común ver trotar y escalar a esta cabra. Precisamente, este aislamiento extremo hizo del bucardo un animal bastante desconocido para la ciencia.

Se diferenciaba de las otras subespecies de cabra montés principalmente por su pelo más largo y denso, así como su enorme cornamenta, que superaba con creces a la de otras subespecies. Precisamente, esta espectacular cornamenta la hacía una presa muy codiciada por los cazadores franceses, ya que era mayor que la del íbice de los Alpes.

Dos cabras luchando
Aún existen mamíferos emparentados con este animal a lo largo del globo.

La caza de este mamífero fue tan común que en 1910 el bucardo desapareció del lado francés de los Pirineos, sobreviviendo únicamente en la parte española. Incluso en aquella época, comenzaron a tomarse las primeras medidas para la protección de esta subespecie: se prohibió su caza y la declaración del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido protegió parte de su hábitat.

Sin embargo, estas medidas de protección fueron insuficientes para una población que ya estaba en serio peligro. En los años setenta, menos de una cincuentena de ejemplares de bucardo moraban las montañas. Para entonces, los investigadores del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón activaron todos los recursos posibles para lograr la supervivencia de este animal.

La extinción del emblema de los Pirineos

A pesar de los esfuerzos realizados, la población de bucardos comenzó a descender rápidamente. A esto contribuyeron dos factores:

  1. Por un lado, la elevada consanguinidad de los últimos ejemplares, que los hacía propensos a múltiples enfermedades.
  2. Por otro, estaba el gran desconocimiento de esta esquiva cabra montés. Al vivir en las zonas más remotas e inaccesibles de la montaña, se hacía increíblemente difícil conocer cuantos animales había. Todo ello le valió el sobrenombre de “El fantasma de Ordesa”.

Bien entrados los años noventa el peligro de extinción era crítico: apenas quedaban tres hembras de bucardo. Para evitar su extinción, los investigadores decidieron entonces atrapar a una de ellas para reproducirla en cautividad con un macho de otra subespecie de cabra montés. Este intento falló y las esperanzas eran cada vez más reducidas.

En 1999 solo quedaba una hembra,  llamada Celia. El 6 de enero del año 2000 fue encontrada muerta bajo un árbol caído. Este fue el triste final de la especie más emblemática de los Pirineos, ya que desgraciadamente todos los esfuerzos para salvarla fueron en vano. Si deseas saber más sobre la fauna de los Pirineos, puedes hacer clic en este enlace.

La resurreción del bucardo

A pesar de la muerte del último ejemplar, la ciencia nos ofrece una ventana de oportunidades para ver a esta especie resurgir. En los años noventa se guardaron varias muestras celulares de bucardo para una posible clonación

En el año 2003, esto se hizo realidad. Un embrión procedente de Celia , la última bucarda viva, fue implantado en el útero de una cabra montés de otra subespecie. A los 162 días de gestación nació una bucardita, clon de Celia, que lamentablemente sobrevivió unas pocas horas.

A pesar de este fracaso, se demostró que la clonación era una vía posible para la vuelta del bucardo. En el futuro, los investigadores confían en traer de vuelta al “fantasma de Ordesa” mediante esta técnica. Si quieres saber más sobre la clonación, puedes hacer clic en este enlace.

Un bucardo en la montaña.

“Salvar al bucardo” el documental que lo cuenta todo

En 2019 se estrenó “Salvar al bucardo”, un documental de Pablo Lozano donde se cuenta “la historia de lucha desesperada de unos científicos por salvar a un animal emblemático del Pirineo”. En él, múltiples científicos cuentan sus experiencias en el arriesgado censo del bucardo de los años ochenta y noventa, los intentos de clonación y sus experiencias con este enigmático animal.

 


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