¿Cómo bucean los delfines?

Los cetáceos, como mamíferos que son, respiran a través de pulmones y no de branquias como los peces; deben combatir durante las inmersiones los gases –nitrógeno– que se disuelven en la sangre formando burbujas de gas
¿Cómo bucean los delfines?
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 10 agosto, 2018

Uno de los mayores misterios para el ser humano es cómo bucean los delfines y otros cetáceos. Estos mamíferos marinos poseen pulmones en lugar de branquias, por lo que deben hacer frente a la descompresión que sufre su cuerpo durante la inmersión.

¿Qué es la enfermedad de los buzos?

La llamada enfermedad de los buzos se observó por primera vez en 1839: cuando los buzos vuelven a las condiciones atmosféricas normales, los gases disueltos en la sangre forman burbujas de gas y pueden causar infartos en diferentes órganos.

Para que los buzos no sufran esta enfermedad, deben respirar una mezcla gaseosa previamente a la inmersión e ir haciendo paradas durante el descenso. Es por ello que a muchos les sorprende el hecho de cómo bucean los delfines y otros mamíferos marinos, tan parecidos a nosotros en algunos aspectos como los pulmones o la circulación sanguínea.

El principal elemento que se transforma en gas tras ascender rápidamente a la superficie es el nitrógeno, el cual puede causar esta peligrosa enfermedad. Por ello, se sospechaba que, cuando bucean los delfines, deben tener mecanismos activos para procesar este gas.

Comportamiento de los delfines

¿Qué ocurre cuándo bucean los delfines?

Cuando bucean los delfines, este síndrome solo ocurre al sufrir episodios de estrés agudo, como cuando quedan atrapados en aparejos de pesca o son asustados por un sonar o las prospecciones sísmicas.

El Comité Científico de la Fundación Oceanogràfic –el acuario valenciano es el mayor de Europa– cuenta con un fuerte dispositivo de rescate de tortugas marinas salvajes, además de numerosos trabajos de investigación.

Según los expertos, parece que los cetáceos consiguen de manera activa disminuir la absorción del nitrógeno durante el buceo, por lo que bajan el riesgo de padecer esta enfermedad. Estos mecanismos serían debidos a la arquitectura particular de su sistema cardiorespiratorio.

Todos los mamíferos necesitamos respirar aire para vivir; en el caso de los cetáceos, al sumergirse sus pulmones se comprimen debido a la alta presión, por lo que estos colapsan de forma gradual y el nitrógeno, entre otros gases, pasarían a la sangre. Este trabajo propone que cuando bucean los delfines y otros mamíferos marinos como las orcas, son capaces de evitar el intercambio de gases entre sus pulmones y la sangre. 

Cómo se comunican los delfines

Los cetáceos colapsan sus pulmones a cierta profundidad, momento en el que el nitrógeno quedaría relegado a zonas donde el intercambio gaseoso no podría producirse.

¿Cómo bucean los delfines y otros cetáceos?

Los cetáceos tienen otros mecanismos para el buceo. Por ejemplo, el espiráculo es un orificio que permite que, cuando bucean los delfines, estos puedan respirar con su cabeza sumergida. La respiración en cetáceos es voluntaria, y el espiráculo permite eliminar el agua.

Algo llamativo es que el chorro de agua que sale del espiráculo permite identificar a muchas especies debido a su altura, distancia y dirección, ya que es común que solo veamos el chorro y una parte del cuerpo.

Se cree que otra de las adaptaciones que ayuda a evitar el síndrome del buceador está en los pulmones: estos no son lobulados y son más pequeños que los de los mamíferos terrestres. Además, cuando bucean los delfines, estos pueden absorber el 90% del oxígeno de los pulmones, mientras que los humanos solo pueden absorber el 20%.

Los cetáceos deben volver cada cierto tiempo a la superficie para inspirar por su espiráculo. Por ejemplo, si observamos los cetáceos del Mediterráneo vemos que los delfines pueden llegar a estar 10 minutos, mientras que el rorcual llega a la media hora y los cachalotes a las dos horas.

Lo que está claro es que cuando más sabemos de estos animales, de cómo se comunican, bucean o migran, más nos maravillamos y el sentimiento de protección hacia ellos aumenta.


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