¿Cómo domesticar a los hámsters?

Su pequeño tamaño requiere un trato suave y pausado, pero domesticar a los hámster es relativamente sencillo atendiendo a una serie de instrucciones
¿Cómo domesticar a los hámsters?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 15 julio, 2020

La mayoría de los niños siente una predilección especial por los animales. Una alternativa asequible en cuanto a responsabilidades y precio se refiere son los hámsters, fácilmente domesticables.

Los hámsters son unos pequeños roedores pertenecientes a la subfamilia de los cricétinos. Las especies más comunes en el ámbito doméstico suelen ser el denominado hámster sirio, hámster Roborovski, hámster ruso, hámster Campbell y hámster chino.

A priori, los cuidados del hámster son sencillos frente a los de otras mascotas, lo que junto con su pequeño tamaño y su carácter sociable, lo convierten en una de las opciones más populares entre los niños. Sin embargo, los hámsters, como toda mascota, requieren un compromiso por parte de sus dueños y su domesticación es clave para que la convivencia sea satisfactoria.

Por otra parte, cabe puntualizar que la tendencia a juntar varios ejemplares está asociada a comportamientos más agresivos. En general, se tratan de animales territoriales y solitarios, de forma que cuando sienten que su espacio o comida está en riesgo, pueden tener fuertes e incluso trágicas disputas.

Hámsters peleando

Algunos consejos para domesticar a los hámsters son:

  • A la hora de adquirir un hámster debemos asegurarnos de que vaya a tener unas condiciones de vida adecuadas. Así, no solo basta con comprar una jaula espaciosa y llevar a cabo las tareas de higiene y nutrición estipuladas. También es importante que, en el caso de que haya menores, estos sean conscientes de que su mascota no es un juguete, sino un ser vivo, lo que implica respeto y cuidados.
  • Los primeros días de convivencia deben orientarse al reconocimiento del nuevo entorno. Es aconsejable no tocarlo o limitarse a cortas caricias desde fuera de la jaula. De hecho, los expertos aseguran que debido a su carácter asustadizo es mejor que empiece a acostumbrarse a nosotros con nuestra presencia o nuestra voz.
  • Para sacarlo de la jaula por primera vez procederemos a abrirla, pero evitamos coger al animal. Extenderemos nuestra mano para que nos empiece a reconocer e incluso podremos darle pienso o algún tipo de ‘premio’ para que nos conciba positivamente.
  • Cuando veamos que empieza a haber cierta reciprocidad con nuestro hámster será el momento de cogerlo de forma delicada, sobre todo por parte de los más pequeños.
Hámster con un niño
  • Cuanto más tiempo pasemos con nuestro hámster y más se acostumbre al trato con diferentes personas, mayor receptividad al juego tendrá. Como toda mascota, y más aún en el caso de los mamíferos y las aves, la estimulación es clave. Todo tipo de pelotas, túneles, escaleras y ruedas fomentarán tanto la alegría como el aprendizaje de nuevos retos, además de mantener su forma física.
  • A pesar de que los juguetes anteriormente citados suponen muchos beneficios, el mal uso de algunos de ellos puede poner en riesgo la salud de nuestro animal. Un ejemplo son las bolas para roedores, en las que el hámster se mete dentro del objeto para rodar fuera de la jaula. Si en vez de con la inercia de su cuerpo el animal es impulsado por una persona, la velocidad adquirida por la bola puede lesionarlo.
  • Por otra parte, para evitar mordiscos se aconseja actuar con tranquilidad y nunca interrumpir a nuestra mascota mientras come, bebe o duerme. Como norma general, cabe destacar que los hámsters suelen tener comportamientos más activos durante la noche o, en su defecto, a altas horas de la tarde.

Todos los consejos aquí citados evidencian que la domesticación de los hámsters es bastante intuitiva y básicamente requiere paciencia a la hora de crear el vínculo con el dueño y delicadeza tanto a la hora de acariciarlo como de jugar. Que los hámsters sean pequeños y aparentemente simples en cuanto a cuidados se refiere, no debe desmerecer nuestro compromiso y respeto hacia ellos.


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