Cómo educar un gato

El educar a un gato significa enseñarle buenos hábitos para su vida diaria. Esto no sirve para adiestrarlo y enseñarle trucos, sino para mantener una sana convivencia en el hogar.
Cómo educar un gato

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 octubre, 2022

Existe el mito de que los gatos son ingobernables, cosa que no es cierta en absoluto. Lo que sucede es que hay una confusión de términos, una cosa es educar un gato para lograr una convivencia sana y pacífica con él y con los miembros de tu hogar, y otra cosa es adiestrarlo para que haga trucos.

Ambas cosas son posibles, pero la educación es imprescindible, mientras que el adiestramiento puede ser opcional. En el siguiente espacio, se describen algunos consejos que te ayudarán a saber cómo educar a tu gato.

La educación inicia a temprana edad

De manera natural, la educación de los gatos inicia poco después de su nacimiento, pues la interacción con su madre y sus hermanos sienta las bases para su autocontrol. Por esta razón, no se les debe separar de su familia sino hasta después de los 3 meses de edad.

Este tiempo de aprendizaje es esencial en la vida de un gato, ya que es el causante de que su temperamento sea más amigable o más huraño. Asimismo, le ayuda a entender y controlar sus emociones para adaptarse mejor a las situaciones de estrés. Si no experimentan esta etapa de su vida, los felinos tienden a ser más inestables y agresivos.

¿Por qué es importante esta etapa para la educación del gato?

Aunque no lo parezca, la situación emocional y mental del felino afecta su capacidad para enfocarse en las órdenes de su tutor. Por ello, el destete y la separación de su familia son eventos que podrían ocasionar que se vuelva más huraño y terco, lo que complicaría su educación. Esta es la razón por la que siempre se recomienda dejar que alcancen mínimo los 3 meses de edad antes de separarlos de su madre.

Cómo educar un gato

Una vez que los gatos se han separado de la madre, comienza una etapa muy activa para el ejemplar, puesto que su curiosidad le llevará a experimentar varias cosas. Es durante este momento que se les debe comenzar a educar y aprovechar su jovialidad para propiciar las buenas conductas.

En primer lugar, debes intentar crear una conexión emocional con tu mascota. Esto lo lograrás por medio de los cariños y los mimos que le des a diario. Conforme se acerquen, te darás cuenta de que se vuelve más receptivo y atento a tus acciones cotidianas. Con esto a tu favor, podrás comenzar su educación formal y enseñarle a convivir mejor contigo.

Claro está, también hay ciertas situaciones que debes tener presente y que necesitas saber para guiarte en cómo educar un gato:

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1. Haz que aprenda a usar la caja de arena

Esto es de vital importancia para las personas que comparten un espacio pequeño con su gato, por ejemplo un departamento, o en caso de que al gato no se le permita salir. La higiene es algo que se debe garantizar dentro de la convivencia entre cualquier persona y su mascota. Los excrementos y la orina fuera de sitio pueden ser, además de algo muy incómodo, focos de bacterias y demás problemas derivados por este motivo. Por esto es importante enseñarle al gato a usar la caja de arena.



Para ello, debes ubicarla en un sitio de fácil acceso y que esté ventilado. Esto evitará los malos olores. Después, necesitas llevar a tu gato a la caja para dejar que la explore y se sienta cómodo dentro. Ten en cuenta que a los gatos les gusta hacer sus necesidades en la tierra o arena, así que no será difícil que se adapte a utilizarla.

Otra cosa que puedes hacer es conducir a tu gato a la caja cuando se levante, después de comer o cuando lo veas haciendo sus necesidades en otro sitio. Con esto, será solo cuestión de tiempo antes de que se acostumbre a emplearla con frecuencia.

2. Enséñale a que no muerda o rasguñe

Tan increíble como parece, los gatos pueden llegar a ser unos verdaderos mordedores, ni que decir de sus afiladas uñas. En caso de que no hayas educado a tu gato para que arañe o muerda, tus manos habrán sufrido las consecuencias. Debido a los roles de jerarquía, será normal para un gato que muerda o que te arañe cuando tienes un contacto excesivo con él.

Sin embargo, no es normal que lo haga en cualquier ocasión o que te produzca heridas severas. Si quieres evitar que tu gato te haga daño, debes acostumbrarlo desde cachorro al contacto físico, así como socializarlo con otras personas y animales.

Debes entender que los gatos te dirán en qué momento quieren que lo toques y cuando no quieren que te acerques, parte de la relación con los gatos es entender su estado y su lenguaje. Procura frotarlo con frecuencia cuando él se encuentre relajado, buscar darle caricias suaves en la cabeza, la barbilla y el lomo. Asimismo, evita la panza, esta zona es muy sensible, por lo que las caricias terminan produciéndole dolor e incomodidad.

3. Enséñale a limarse las uñas

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Los gatos usan los arañazos en los objetos como una manera de marcar el territorio. Por lo tanto, dejarán rastros visuales a otros animales. Así que esto será un poco difícil con ellos, en especial si es una conducta que se ha vuelto continua. Lo mejor que puedes hacer es comprar un rascador o darle algo para que el gato se lime las uñas y enseñarle a utilizarlo.

Cuando lo veas rascándose las uñas en un sitio que no es el que corresponde repréndelo, ya sea diciéndole “no”, o rociándolo con un poco de agua. Posterior a esto puedes llevarlo al rascador para que él sepa que ese es el lugar apropiado para hacerlo.

Necesitarás un poco de paciencia y recuerda no emplear la violencia con ellos, esto los volverá desconfiados. En caso de que emplees las palabras, lo mejor es usar siempre la misma.

4. Haz que se deje cepillar

Algo con lo que evitarás muchos problemas de salud de tu gato será cepillándolo con frecuencia. Sin embargo, esto puede ser una verdadera cruz si tu pequeño amigo no está acostumbrado. Usa con frecuencia un cepillo especializado para gatos, y que corresponda a uno que funcione con su tipo de pelo. Puedes incluir el cepillo en los rituales de caricias, así el gato se sentirá cómodo mientras lo haces.

5. No lo regañes de manera excesiva

Si bien es cierto que las reprimendas son necesarias al educar a tu gato, se debe ser consciente de que estas no deben ser excesivas ni conllevar violencia física. En general, lo único que debe hacerse es emitir una clara orden de “no” cuando realice un acto incorrecto. No grites ni exageres tu reacción, pues solo te ganarás su desprecio y esto repercutirá en el respeto que te tenga.

En caso de que la mascota no entienda y repita la acción, retírala con cuidado y restríngele el acceso al sitio. Ten en claro que estas reprimendas no siempre harán que tu felino entienda que está mal. Por ello, se insta a que los tutores opten por el reforzamiento positivo para modificar su conducta.

6. Ofrécele juguetes que pueda acechar

A pesar de que parezca contradictorio, los juegos y los juguetes también deben formar parte de la educación del felino. Siempre que se le estimule de manera física y mental, la conducta de la mascota tenderá a ser más apacible. Debido a ello, debe desarrollar todos y cada uno de sus instintos salvajes.

El instinto más predominante de los felinos es el del acecho, el cual los hace moverse de manera silenciosa para atrapar a una posible “presa”. Claro está, no es ético poner en riesgo la vida de otro animal para satisfacer este instinto del gato, pero sí se pueden usar juguetes para que pueda experimentarlo. Esta es la razón por la que se le deben comprar varios juguetes, como ratones de juguete, que lo inciten a “cazar”.

7. Estimula su ambiente

Los gatos no solo necesitan tener juguetes en su entorno, sino que también precisan de estructuras altas para escalar y poner a prueba su agilidad. Para ofrecerles un espacio enriquecedor, se debe optar por colocar torres de rascado y estantes para felinos, los cuales le inciten a moverse dentro del hogar.

Si no se les provee este tipo de entorno a las mascotas, es bastante probable que comiencen a presentar conductas inadecuadas como subirse a la mesa, subirse a la cama o incluso tirar objetos de las repisas. Visto de otra forma, dichos comportamientos son en realidad resultado de la falta de estímulos en el hogar.

8. No son perros

Siempre mantén en mente que los gatos no son perros y jamás van a lograr comportarse de manera similar. Esto significa que tendrás que resignarte a que el felino no será capaz de aprender trucos ni te recibirá como lo haría un can. La educación de los gatos tiene el objetivo de volver más amena la convivencia del tutor y la mascota, más no la de entrenarla para acatar órdenes o aprender trucos.

9. Utiliza siempre el refuerzo positivo

Al igual que en los perros, el refuerzo positivo podría ayudarte a modificar las conductas inadecuadas de tu felino. Para ello, solo tienes que procurar recompensar a tu gato con un premio delicioso cuando realice alguna acción buena o permitida.



También es posible emplear cariños o mimos para sustituir a los premios, pero casi siempre los gatos se sienten más atraídos por la comida. Eso sí, recuerda que solo son pequeños trozos pequeños que no afecten a su dieta, pues de lo contrario podrías provocarles problemas de sobrepeso.

Como te puedes dar cuenta, el educar a un gato no es demasiado complicado si se conoce la naturaleza y el instinto felino. Mientras respetes su espacio, su independencia y le ofrezcas estímulos adecuados, ten por seguro que tu gato no te dará problemas y disfrutarás mucho de su compañía.


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