¿Cómo es el sistema respiratorio de los peces?

Los peces no tienen una caja torácica musculada para succionar el agua y poder respirar, pues ellos han desarrollado otra estrategia para obtener el oxígeno del medio.
¿Cómo es el sistema respiratorio de los peces?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 26 agosto, 2020

El agua fue el caldo de cultivo perfecto para los primeros indicios de vida en el planeta Tierra. Desde hace 4 500 millones de años, la evolución dentro de los mares y océanos ha dado como resultado seres totalmente adaptados a la vida en el agua.

Uno de los aspectos más sorprendentes es la modificación de la respiración bajo el agua hasta llegar al sistema respiratorio de los peces. ¿Quieres conocerlo? continúa leyendo.

El secreto de la respiración bajo el agua

Aunque pueda parecer sencillo, la evolución de las distintas formas de captación de oxígeno dentro del agua llega a su zenit con la compleja respiración mediante branquias de los peces.

Muchos animales acuáticos tienen esta estrategia, pero no tan evolucionada y eficiente como la de los peces óseos u osteíctios. Te la contamos a continuación.

El sistema respiratorio de los peces está adaptado a una vida bajo el agua.

Branquias: los pulmones de los peces

Las branquias o agallas son los órganos respiratorios de los animales que viven y respiran en el agua. Con formas simples en los animales invertebrados y muy evolucionadas en los vertebrados, estos órganos tienen la importante función de realizar el intercambio gaseoso

Como los pulmones, las branquias están muy irrigadas por vasos sanguíneos. Pero, a diferencia de los primeros, las branquias no captan el oxígeno del aire sino del agua.

Gracias al flujo continuo de este líquido a través de las pequeñas laminillas que tienen las branquias, los animales con respiración acuática pueden tomar el oxígeno y desechar los gases tóxicos.

En los peces óseos, las branquias se encuentran a ambos lados de la cabeza, en un hueco llamado cavidad opercular. Esta estructura se encuentra protegida por el opérculo, que es la parte de la cabeza del animal que puede abrirse hacia afuera.

Las branquias están soportadas por los arcos branquiales, que son unas estructuras que aparecen durante el desarrollo embrionario y se mantienen en este tipo de animales.

Como dato curioso, durante el desarrollo embrionario del ser humano, estos arcos branquiales aparecen para después desaparecer y dar lugar a algunas de las estructuras del oído interno.

De cada arco branquial, salen en forma de «V» los filamentos branquiales que, a su vez, poseen unas estructuras llamadas lamelas donde se producirá el intercambio gaseoso. ¿Cómo consigue el pez llevar el agua hasta las lamelas?

El sistema respiratorio de los peces

El sistema respiratorio de los peces es conocido como la bomba buco-opercular. A través de un sistema de cambios de presión entre la boca y los opérculos, los peces osteíctios realizan el intercambio gaseoso.

Durante la respiración, el pez abre la boca y baja la lengua, de esta forma ejerce una presión negativa e invita al agua a entrar en la cavidad oral.

Tras esto, el pez cierra la boca y eleva la lengua, lo que aumenta la presión y hace que el agua pase a la cavidad opercular, donde la presión es menor y se encuentran las branquias.

A su vez, la cavidad opercular se contrae y obliga al agua a pasar a través de las lamelas y sale de forma pasiva por el opérculo. Cuando el pez abre la boca otra vez, cabe la posibilidad de que cierta cantidad de agua retorne por el opérculo.

¿Cómo respiran los peces condrictios?

Los peces condrictios o peces cartilaginosos son aquellos que poseen un esqueleto conformado de cartílago en lugar de hueso, a excepción de la mandíbula, que sí es ósea. Son, por ejemplo, los tiburones y las rayas.

Estos animales, evolutivamente más antiguos, no poseen el sistema buco-opercular. Debido a este hecho, muchas de las especies de tiburones y rayas necesitan nadar constantemente con la boca entreabierta, para que el agua viaje de forma pasiva desde la boca hasta las hendiduras branquiales (carecen de opérculos). 

Por otro lado, algunas especies de condrictios que suelen permanecer quietos en el fondo marino han desarrollado un sistema respiratorio más similar al de los otros peces. Por tanto, no todos los tiburones mueren por asfixia al dejar de nadar.

El sistema respiratorio de los peces pulmonados

La diversidad mundial de especies es tan sumamente rica que también ofrece la presencia de peces con pulmones que, obviamente, respiran aire en lugar de agua.

Estos animales pertenecen a la clase Sarcopterygii y están estrechamente relacionados con los primeros peces que dieron lugar a los animales terrestres. Solo se conocen seis especies de dipnoos o peces pulmonados, la mayoría en África:

  • Pez de barro americano (Lepidosiren paradoxa).
  • Protopterus amphibius.
  • Pez pulmonado africano (Protopterus annectens).
  • Pez pulmonado de mármol (Protopterus aethiopicus).
  • Protopterus dolloi.
  • Pez pulmonado de Queensland o australiano (Neoceratodus forsteri).

A pesar de su relación con el aire, estos animales están ligados totalmente al agua y dependen de ella para sobrevivir.

Cuando hay fuertes sequías, deben enterrarse y protegerse con una sustancia pegajosa que segregan para mantener la piel hidratada. Mientras tanto, dejan abierta una apertura en el suelo para poder respirar.

Un pez respirando.

En conclusión, se observa que hay una gran variedad de sistemas respiratorios en los peces, casi tantos como especies existen. Cuando sacamos un pez del agua, las lamelas encargadas del intercambio gaseoso se secan y se pegan unas a las otras. Esto impide a los peces respirar.

Además, la asfixia en peces es terriblemente lenta y, al final, sufren más por la acidificación que ocurre en su sangre tras la acumulación del dióxido de carbono.


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