¿Cómo proteger a los perros del frío?

Los temblores, el exceso de somnolencia o la sequedad cutánea indican una baja temperatura corporal; tenemos que estar pendientes de estos síntomas para proteger a los perros del frío

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 09 mayo, 2019

Al igual que ocurre con los humanos, el frío puede suponer un factor de riesgo para la salud animal. Por ello, proteger a los perros ante situaciones climáticas desfavorables resulta esencial.

Los perros son las mascotas que están más expuestas al frío invernal, de forma que sus paseos rutinarios los hacen susceptibles de resfriarse o contraer alguna patología pulmonar de mayor gravedad. Sin embargo, no todas las razas necesitan los mismos cuidados, pues serán las más pequeñas y las de pelaje corto las más sensibles.

A continuación se muestran algunas de las recomendaciones aportadas por los veterinarios:

• Evitar cambios bruscos en la temperatura ambiental. Normalmente, los propietarios sacan a la calle a sus mascotas sin ser conscientes de la drástica diferencia térmica entre el hogar, climatizado, y el exterior. Así, lo más adecuado sería regular la temperatura interna de la casa de forma que en los momentos previos a la escapada fuera más neutra.
• Proteger a los perros con abrigos o chubasqueros. Crear una barrera física contra el viento, la lluvia y el frío es la medida más efectiva ante condiciones atmosféricas desfavorables. No obstante, cabe destacar que muchos de los gorros, calcetines u otro tipo de accesorios que venden las tiendas de animales tienen como único objetivo el denominado ‘estilismo canino’ que, además de ineficaz contra el frío, puede afectar a la comodidad del animal.
• Limpiar y secar eficientemente después de cada salida. A pesar de utilizar prendas cubrientes, los perros suelen mojarse, sobre todo la zona de las patas y el hocico. Quitar restos de barro y el exceso de humedad es básico para evitar resfriados y posibles lesiones cutáneas.

• Evitar o reducir el contacto con la nieve. Las almohadillas del animal pueden dañarse si permanecen largos períodos sobre superficies congeladas. Además, el dueño debe controlar que su mascota no ingiera nieve, pues puede causarle una indigestión posterior.
• Garantizar el bienestar del animal en el ámbito doméstico. Proteger a los perros con mantas acordes a sus dimensiones y evitar zonas de corriente es importante para su comodidad y salud dentro del hogar. Aunque los animales tienden a moverse, cuando están solos, o las condiciones meteorológicas son adversas, su actividad disminuye, por lo que taparlos puede ayudar a que su tempera corporal no descienda en exceso.
• Mantener al día la cartilla de vacunación. Al igual que en otra época del año, el animal debe tener actualizado su calendario vacunal. Al mismo tiempo, es imprescindible continuar con las medidas preventivas de desparasitación que algunos propietarios posponen erróneamente para los meses de calor.
• Proveer una adecuada alimentación. Es frecuente que los perros demanden más pienso durante las estaciones frías, puesto que el gasto energético es mayor. Sin embargo, los meses de invierno coinciden con épocas de festividades, lo que lleva a ciertos dueños a ser más ‘flexibles’ con la comida de sus mascotas, sin ser conscientes de los posibles problemas digestivos que una mala alimentación puede generar.

Como norma general, los perros pequeños de pelo corto o de menor corpulencia son los más sensibles al frío. No obstante, cabe destacar que la edad también es un factor clave: los cachorros, y sobre todo los ancianos, son los que tienden a enfermar con mayor frecuencia.

Algunos de los síntomas que pueden ayudar a los dueños a identificar una temperatura corporal más baja de lo normal son los temblores o tiritona, el exceso de somnolencia y la sequedad en el hocico o descamación cutánea.

Por ello, ante la imposibilidad de evitar los paseos rutinarios en los momentos más fríos de la jornada, las medidas preventivas son clave para mantener la buena salud del animal.