La crisis de las vacas locas ¿puede resurgir en España?

En tiempos de pandemia global es imposible no acordarse de otras patologías que pusieron en peligro la integridad del ser humano. Este es el caso de la enfermedad de las vacas locas.
La crisis de las vacas locas ¿puede resurgir en España?
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 02 agosto, 2022

La crisis de las vacas locas sufrida a finales de los años noventa supuso un punto de inflexión en las actuaciones de los servicios veterinarios de la Unión Europea. Dado el riesgo que suponía para la salud humana, creció la desconfianza de los ciudadanos europeos a consumir carne de vacuno. Por esto, las autoridades se vieron obligadas a rediseñar la política de seguridad e higiene alimentaria con el fin de recuperar la confianza de los consumidores.

Desde entonces esta enfermedad se considera de declaración obligatoria en todo el territorio comunitario. En aquellos países donde a día de hoy no existen casos confirmados, la carne de vacuno es sometida a una intensa vigilancia, esperando que la crisis sanitaria no vuelva a resurgir.

La enfermedad detrás de la crisis de las vacas locas

Las encefalopatías espongiformes transmisibles son un grupo de enfermedades neurodegenerativas letales que afectan al sistema nervioso central. Se caracterizan por largos periodos de incubación (de hasta cinco años), y por un curso progresivo que finaliza con la muerte del ser vivo que la porta. Afectan a muchas especies, no solo a las vacas: por ejemplo a las ovejas, a las cabras o, peor aún, al hombre.

El agente causal no es ni un virus, ni una bacteria, ni un parásito, como suele ser lo habitual. Se trata de una sustancia proteica conocida como prion que “muta”, volviéndose patológica.

Representación de un prión en 3D

El prion se acumula en las neuronas, degenerándolas. El tejido degenerado es ocupado por una multitud de vacuolas (bolsas con líquido y restos de material dañado). Estas vacuolas, vistas al microscopio óptico, dan un aspecto de esponja al cerebro.  De ahí surge el nombre “encefalopatía espongiforme”. Macabro cuanto menos ¿verdad?

A medida que el tejido neuronal va muriendo, el individuo afectado sufre cambios de comportamiento y de temperamento:

  • Se aprecian cambios en la forma de andar y descoordinación.
  • Temblores y rechinamiento de dientes también son característicos.
  • Se produce hiperactividad ante ciertos estímulos. Esto solía desembocar en ansiedad, nerviosismo, frenesí e incluso agresiones.

Una vez surgían estos síntomas, el empeoramiento era inminente, finalizando con el coma y la muerte.

¿Por qué se produjo la crisis de las vacas locas?

Esta enfermedad surgió en el ganado vacuno europeo en los años ochenta. Y si bien supuso problemas derivados de la elevada mortandad del ganado, no fue hasta varios años después que se desataría la crisis.

A mediados de la década de los noventa, dos adolescentes murieron en Reino Unido con síntomas de una nueva enfermedad conocida como Creutzfeldt-Jakob. Después de mucho investigar se descubrió que la sintomatología era compatible con la causada por el prion previamente nombrado. Esto hizo saltar las alarmas, y se asoció el cuadro clínico al consumo previo de carne de vaca contaminada.

La enfermedad en España: impacto y gestión

En noviembre del año 2000 se detectaron en Galicia los primeros casos de vacas con Encefalopatía Espongiforme Bovina o EEB. Inmediatamente, se cerraron las fronteras a la importación de vacuno desde países como Francia, Irlanda o Reino Unido. Además, el Consejo de Ministros aprobó:

  • La obligatoriedad de destruir los materiales especificados de riesgo(tejidos donde es más posible la infección). Esto se mantiene hoy en día, aún sin la enfermedad presente, para evitar que esos tejidos entren en contacto con las carnes de consumo.
  • La adquisición de test para detectar la enfermedad.

En junio de 2005 se confirmó la primera muerte de una persona en nuestro país por la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob.

crisis de las vacas locas

Desde el año 2000 hasta la fecha, se han notificado un total de 810 animales afectados por la enfermedad de las vacas locas, siendo el pico de infección entre 2002 y 2005. Desde hace varios años, gracias a la aplicación de un Programa Integral Coordinado de Vigilancia y Control, no han vuelto a detectarse casos de EEB.

Por eso, desde el 24 de mayo de 2016 la OIE califica a España como País de Riesgo Insignificante de EEB.

¿Sería posible que la crisis de las vacas locas resurgiera en nuestro país?

A raíz de la primera crisis, y al constatar que la transmisión del prion era alimentaria, la normativa europea al respecto dio un cambio radical. La alimentación animal pasó, con el Libro Blanco de Seguridad Alimentaria, a considerarse como el primer eslabón de la cadena alimentaria. Una cadena, desde entonces integrada “de la granja a la mesa”.

Hoy en día está prohibido el uso de determinadas sustancias a la hora de elaborar los piensos para el ganado, por ejemplo las harinas de carne. Y esta prohibición es parte de las medidas que, en principio, evitarían la contaminación con los priones.

Cabría esperar, por tanto, que la enfermedad no volviese a extenderse por Europa (ni por España). Además, si la OIE nos ha otorgado su confianza, algo significará, ¿no?


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