¿Cada cuánto hay que bañar a un gato?

Los gatos se pueden comenzar a bañar a partir de los 3 meses de edad. Antes de este tiempo su cuerpo aún no regula bien su temperatura, de modo que la ducha podría ser perjudicial para su salud.
¿Cada cuánto hay que bañar a un gato?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 04 febrero, 2022

Los felinos son conocidos por su aseo constante y sistemático. Suelen completar este proceso con éxito a través de su lengua, que tiene unos poritos que sobresalen y actúan en forma de cepillo. Pero aun así, también debemos higienizarlo. Descubre en este espacio ¿cada cuánto hay que bañar a un gato?

También son conocidos por su disgusto hacia el agua, pero esta singularidad tiene una razón de ser. La piel de los felinos es muy sensible al tacto, y por ello se suele ver afectada por la temperatura del agua. Por todas estas razones, se recomienda bañar a un gato con agua tibia, para lograr una mayor aceptación por parte del animal.

Antes se decía que bañar a un gato era poco recomendable. No obstante, los expertos han comprobado que el baño no es dañino para el minino. Otra cosa diferente es que se acostumbre a bañarse.

Bañar a un gato desde pequeño

Si enseñamos al gato a bañarse desde que empieza su etapa de socialización (entre los 2 a los 3 meses de edad), no le será tan molesto cuando se lo demos después. Para lograr que lo asocie con algo positivo, se le puede dar algunos premios al terminar la limpieza. Esto hará que le comiencen a gustar más las duchas.

Bañar a un gato. Razas más propensas

El único gato que tolera el agua sin resistencia es el Van Turco. Esta raza suele tener una aptitud positiva hacia el baño. El resto de razas, por más mansos que sean, suelen ponerse agresivos durante una ducha, a menos que estén acostumbrados a ellas.

Otra razón para no abusar de los baños en los felinos, es que pueden perder los aceites naturales de su piel que los protegen. Estos son necesarios para mantener su salud.

Periodicidad del baño

Los especialistas recomiendan no bañar al gato de manera continua. A menos, eso sí, que sea estrictamente necesario. Es decir, que se haya ensuciado de un químico tóxico o que su cuerpo esté cubierto por completo de tierra o lodo.

En el resto de casos, mientras el gato esté sano y se le vea un buen pelaje, será suficiente con su aseo cotidiano a través de lamidas.

Los baños deben realizarse máximo una vez al mes, pues si se realizan de manera continua podrían reducir sus defensas y ocasionarle problemas de salud. Es probable que ciertos felinos necesiten bañarse de una manera más frecuente, ya que las características de su pelaje son distintas. Sin embargo, lo mejor es apoyar el aseo por medio de cepillados y toallitas húmedas.

El proceso de bañar a un gato

Es recomendable utilizar guantes de jardinería a la hora de bañar al gato. Así podemos proteger nuestras manos de alguna agresión hacia nosotros durante el procedimiento. Además, los guantes nos ayudan a mantener mejor control sobre el felino.

Otras recomendaciones importantes

  • Poner un trapo o una alfombra antirresbalante en el piso. Para que así el gato encaje las garras en ella y no se pueda hacer daño a sí mismo ni a nosotros. Además, evitaremos que se resbale con facilidad y que se produzcan sustos que solo traerá más conflictos a la hora del baño.
  • Se debe tener cuidado que el agua no se le introduzca en los oídos. Para ello podemos usar tapones de oídos. O utilizando un envase o una manguera, para echarle el agua con mayor control.
  • A la hora de empezar el ritual del aseo, debemos estar tranquilos, ya que las emociones que tengamos en el momento se le transmiten al gato.
  • El agua debe estar tibia. Alrededor de 30 grados Celsius para que ocasione la menor cantidad de molestias en el gato.
  • Es recomendable cortarle las uñas al gato antes de empezar el proceso del baño. De esta forma reduciremos los riesgos de daños hacia nuestra persona y hacia el mismo animal.
  • Debemos colocar al gato en la bañera con mucho cuidado. La mejor forma de sujetarlo es: con la mano derecha en la nuca y la izquierda por el torso. Todo esto manteniendo cierta distancia del animal para evitar ser arañados. Se debe soltar poco a poco, con un movimiento muy sutil, en el piso de la ducha o bañera.
  • Dejaremos que el animal se habitúe al entorno antes de empezar a bañarlo. Así cogerá confianza y se mantendrá más sereno.
  • Háblale con cariño y acarícialo durante el baño. Esto permitirá que se relaje aún más. Evita regañarlo, gritarle o pegarle, pues solo lograrás que se ponga nervioso y te ataque.
  • Se debe utilizar un champú especial para el pelaje del gato, ya que cada tipo tiene un producto especializado. No usaremos champús para perros o personas en los gatos. En caso de ser muy necesario, emplearemos un jabón neutro. Sin embargo, este producto puede traer ciertos efectos secundarios como la irritación, la pérdida de pelo y la comezón.
  • Es recomendable darle algún tipo de recompensa al gato tras el baño. De esa forma asociará bañarse como una experiencia positiva y lo podremos bañar con frecuencia. El premio puede ser una golosina, cuanto más saludable mejor.

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  • de Pedro, J. (2006) Higiene de perros y gatos. Farmacia profesional, 20(10), 68-71.

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