Diferencias entre las ranas y los sapos

Aunque es cierto que comparten un aspecto similar, hay una serie de divergencias a nivel físico, reproductivo o de costumbres; por ejemplo, las ranas son grandes saltadoras, mientras que los sapos son grandes excavadores
Diferencias entre las ranas y los sapos
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 31 marzo, 2018

A simple vista parecen lo mismo, si bien existen diferencias entre las ranas y los sapos (justo encima de estas líneas). La primera de ellas comienza por el tamaño y su forma, y continúan con los colores, textura y sonidos. Una observación detallada indicará muchos detalles a quienes deseen identificar las diferencias entre las ranas y los sapos.

Ambos provienen de la misma familia de anfibios. Son batracios catalogados como anuros; es decir, especímenes sin cola. Sin embargo, las ranas pertenecen al género Rana, mientras que los sapos a los Bufo. Los bufónidos son batracios grandes de piel gruesa y corrugada, a diferencia de los ránidos.

Las ranas y los sapos comparten un proceso evolutivo similar; ambos parten siendo renacuajos y pierden su cola al completar el proceso de metamorfosis. Ahora bien, sus costumbres y su hábitat comienzan a demarcar las diferencias entre ambos.

¿Cuáles son las diferencias entre las ranas y los sapos?

  1. Las ranas son especímenes más estilizados, de apariencia brillante y viscosa, con predominancia de un solo color. Por otra parte, los sapos poseen una piel arrugada, gruesa y por lo general manchada.

A pesar de que en apariencia pueden fácilmente diferenciarse, existen tipos de rana cuyas características físicas se asemejan al sapo. Si bien se mantienen estilizadas, los colores son más parecidos a los que identifican a los sapos.

Ocurre lo mismo a la inversa. Hay especies de sapos mucho más delgados que los más comunes, cuyas pieles son más lisas. Sin embargo, al tacto pueden sentirse ásperas y gruesas como las de un sapo común.

Ranas y sapos: cómo se reproducen
  1. Morfología. Los sapos son anfibios gruesos, toscos y gordos, y tienen extremidades robustas y cabeza grande. Sus patas suelen ser cortas y carecen de membrana entre sus dedos, ya que no nadan.

Por el contrario, las ranas son delgadas y estilizadas, y se caracterizan por tener unas patas largas para saltos de gran distancia. Entre sus dedos poseen una membrana interdigital, característica de los anfibios acuáticos.

  1. Fisonomía. Las ranas son de ojos redondeados y sus pupilas horizontales, mientras que los ojos de los sapos suelen ser rasgados y de pupila vertical. En los sapos su tímpano es casi imperceptible, siendo lo contrario en las ranas.

En ambos casos, estos anfibios utilizan su lengua protráctil para alcanzar su comida. Sin embargo, a diferencia de los sapos, las ranas poseen dientes en el maxilar superior.

Costumbres de las ranas y los sapos

Las ranas son por naturaleza anfibios que habitan tanto en el agua como en la tierra. Se las puede ver nadar bajo el agua o brincar sobre ella, aprovechando las hojas que están flotando. Son los anuros de mayor población en el mundo, por lo que hay especies muy diversas.

Los sapos son por excelencia terrestres y excavadores; sus patas traseras no están tan desarrolladas porque no requieren mayor agilidad para saltar. En su lugar, se desplazan sobre la tierra a distancias cortas, pero en ocasiones pueden ser rápidos.

Rana venenosa

Tanto en las ranas como en los sapos, existen especímenes capaces de producir toxinas tóxicas para otros animales. Estas pueden causar envenenamiento y muerte con el simple tacto de su piel; este efecto puede ser igual de perjudicial para el hombre.

Reproducción de las ranas y los sapos

Otra condición que marca las diferencias entre las ranas y los sapos es la forma de reproducirse. Si bien ambas son ponedoras de huevos, la forma de hacerlo es diferente.

En los sapos la costumbre de habitar en la tierra se interrumpe para poner sus huevos; los coloca en forma de cordones o cadenas, cerca de hojas y de forma muy rápida, para luego volver a hibernar.

En el caso de las ranas, dejan sus huevos en el agua como racimos de uvas. Entre ellos poseen una sustancia que los mantienen unidos; una rana hembra tiene la capacidad de poner entre 1 000 y 2 000 huevos.

Una condición característica de los sapos es el cambio de sexo. Este tipo de anfibios tiene un órgano llamado bidder que se ubica en sus testículos. Solo en caso de que los testículos sean removidos, el órgano de bidder se transformará en una suerte de ovario. Con ello será posible una producción óptima de óvulos para garantizar su reproducción.


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