El pulpo de anillos azules: una criatura letal

El pulpo de anillos azules posee una potente neurotoxina: la tetrodotoxina. Este compuesto genera la inhibición de la traducción de señales por parte de las células nerviosas, lo que induce la parálisis y muerte de sus víctimas.
El pulpo de anillos azules: una criatura letal
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 09 febrero, 2022

El pulpo de anillos azules es un nombre que responde a cuatro especies relacionadas del género Hapalochlaena pertenecientes a la clase de los cefalópodos. Estas criaturas destacan por su vistosidad: tienen un patrón de  anillos de color azul y negro sobre su piel amarillenta. Pero hay más: aunque su peligrosidad puede parecer poca por su pequeño tamaño, lo cierto es que su veneno es de los más potentes en el mundo animal. A continuación te contamos más acerca de este fascinante y letal invertebrado.

El género Hapalochlaena

Las especies de pulpos de anillos azules son pequeñas, ya que sus dimensiones son similares a las de una pelota de golf. El nombre común proviene de los anillos azules y brillantes que aparecen cuando los pulpos están alarmados.

Es interesante conocer que estos anillos no son visibles en el animal en reposo. Cuando un evento le genera estrés, los parches marrones del manto se oscurecen dramáticamente, y aparecen los anillos azules iridiscentes. Típicamente 50-60 anillos azules cubren las superficies dorsales y laterales del manto del animal.

Las especies conocidas de pulpos de anillos azules son cuatro: Hapalochlaena lunulata o pulpo mayor de anillos azules, Hapalochlaena maculosa o pulpo menor de anillos azules, Hapalochlaena fasciata o pulpo de líneas azules y Hapalochlaena nierstraszi.

¿Dónde habitan estos vistosos pulpos?

El pulpo de anillos azules vive en piscinas de rocas producidas por la bajada de la marea marina, debajo de conchas y en aguas poco profundas. Hapalochlaena maculosa solo se encuentra en las aguas templadas del sur de Australia, a profundidades que oscilan entre 0 y 50 metros. Por otro lado, Hapalochlaena lunulata se puede localizar en arrecifes poco profundos y piscinas de marea desde el norte de Australia hasta Japón, a profundidades que oscilan entre 0-20 metros.

La especie Hapalochlaena nierstraszi es rara, y se describió en 1938 a partir de un solo espécimen en la bahía de Bengala, en el océano Índico. Posteriormente en 2013 se encontró un segundo ejemplar. Por último,​ Hapalochlaena fasciata está presente frente a la costa del este de Australia desde la isla Fraser, Queensland, hasta la Reserva Natural Nadgee en Nueva Gales del Sur.

Dos ejemplares de pulpos de anillas.

El pulpo de anillos azules se viste para matar

Es importante acotar que estos pulpos no son naturalmente agresivos, y en general, tienden a evitar la confrontación al aplanar su cuerpo y mezclarse con su entorno. Cuando están amenazados,  muestran sus anillos azules como advertencia.

Cuando la amenaza es inevitable, los pulpos de anillos azules expulsan un potente veneno neuromuscular que contiene unas tetrodotoxinas que causan parálisis. Este veneno es fatal y más potente que cualquier otro conocido.

Las víctimas humanas pueden salvarse si se les suministra una respiración artificial rápidamente. Sin embargo, no se conoce un antídoto, y el único tratamiento es el masaje cardíaco continuo y la respiración asistida hasta que el veneno se disipe (generalmente en 24 horas sin efectos nocivos).

Los síntomas incluyen: náuseas, pérdida de visión y ceguera, pérdida de sentidos, pérdida de habilidades motoras y paro respiratorio entre otros.

A partir de experimentos con conejos se demostró que un solo pulpo de anillos azules de 25 gramos posee suficiente veneno para paralizar fatalmente a 10 humanos adultos.

 Tetrodotoxina, un veneno para compartir

La tetrodotoxina no solo está presente en el pulpo de anillos azules, sino también en muchos peces de la familia Tetraodontidae, de ahí el nombre de tetrodotoxina. Además, esta toxina también se consigue en otros grupos, por ejemplo:

  • Tritones de California (género Taricha).
  • Ranas arlequín centroamericanas (género Atelopus).
  • Una especie de estrella de mar.
  • Varias especies de caracoles.
  • Cangrejos de la familia Xanthidae.
  • Algunos platelmintos y equinodermos.

Resulta muy interesante el hallazgo de que la misma toxina evolucionara como defensa en tal diversidad de organismos no relacionados. Posteriormente, se descubrió que una comunidad de bacterias asociadas con muchos de estos animales son las que realmente producen las tetrodotoxinas.

Un ejemplar de pulpo anillado a contraluz.

Los pulpos de anillos azules y sus bacterias: ¿Una relación tóxica?

En el caso de los pulpos de anillos azules, se conoce que sus glándulas salivales albergan colonias densas de bacterias productoras de la toxina. Así, estas criaturas han desarrollado una relación simbiótica con las bacterias, proporcionándoles condiciones de vida ideales mientras usan la toxina que producen para someter a sus presas y como parte de su defensa altamente efectiva.

Se conoce que la toxina actúa sobre una proteína de las neuronas, que es crucial en la trasmisión del impulso nervioso. Curiosamente, los pulpos de anillos azules no se ven afectados por ella.

Como hemos podido observar, este bello y grácil invertebrado esconde una letalidad considerable. En la naturaleza, juzgar a un ser vivo por sus apariencias puede conducir a fatales errores.


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