Emergencias endocrinas: la importancia de las hormonas en veterinaria

Las emergencias endocrinas no son fáciles de diagnosticar y suponen un verdadero reto veterinario. Enumeramos algunas de las más problemáticas.
Emergencias endocrinas: la importancia de las hormonas en veterinaria
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 25 septiembre, 2020

Las hormonas son moléculas segregadas por células especializadas esenciales a la hora de mantener el equilibrio metabólico de cualquier organismo vivo. Por ello, las emergencias endocrinas en mascotas pueden ser fatales.

Muchas veces no se les da el crédito suficiente y no se es consciente del problema tan grave que suponen sus desajustes. La cantidad de emergencias endocrinas que llegan a las salas de urgencias de una clínica veterinaria pueden dar fe de ello.

Lo habitual es que se produzcan daños en las glándulas encargadas de sintetizar estas hormonas y esto desencadene síntomas más o menos graves. A partir de ahí, comienza la carrera por averiguar dónde está el origen del problema y cómo se debe atajar.

Emergencias endocrinas: hipoadrenocorticismo o enfermedad de Addison

La palabra «hipoadrenocorticismo» implica una reducción de las funciones llevadas a cabo por las glándulas adrenales/suprarrenales. Esto trae consigo una disminución de la producción de hormonas esteroides (cortisol y aldosterona).

La enfermedad de Addison constituye el conjunto de síntomas que aparecen al destruirse la corteza de estas glándulas. Ocurre con frecuencia en perros (sobre todo hembras de mediana edad), pero muy raramente en gatos.

¿Qué síntomas mostrará un animal con esta enfermedad?

Lo más habitual es encontrar signos como los que te exponemos a continuación:

  • Síntomas gastrointestinales, como anorexia, vómitos, diarrea, pérdida de peso, etc.
  • Debilidad muscular y letargo.
  • En los casos más graves el animal acude a la clínica con un shock hipovolémico acompañado de bradicardia (frecuencia cardiaca reducida). Es esta combinación la que hace saltar las alarmas del veterinario, ya que la hipovolemia suele ir acompañada de taquicardia.

¿Por qué son importantes las hormonas esteroides producidas por las glándulas adrenales?

El cortisol y la aldosterona tienen un papel vital en el mantenimiento del tracto gastrointestinal, la función renal y la homeostasis. Las manifestaciones gastrointestinales del hipoadrenocorticismo, por ejemplo, son consecuencia de la deficiencia de cortisol.

Por su parte, la deficiencia de aldosterona provoca la pérdida de sodio y por lo tanto de agua a través de los riñones, dañándolos. En conjunto, ambas hormonas favorecen el desequilibrio electrolítico del cuerpo (pérdida de sodio y exceso de potasio, en este caso).

Un perro y un gato se abrazan.

El síndrome contrario: hiperadrenocorticismo o enfermedad de Cushing

En este caso el cortisol en sangre estará elevado, ya sea por causa suprarrenal o no. De hecho, los estudios afirman que la principal causa de la enfermedad de Cushing es el tumor hipofisario.

El hiperadrenocorticismo no suele poner en peligro la vida del animal afectado porque casi siempre es una patología crónica. Aún así, hay ocasiones en las que sí existen pacientes críticos que se presentan en la clínica con los siguientes signos:

  • Tromboembolismo pulmonar: obstrucción de las arterias pulmonares a causa del exceso de cortisol.
  • Diabetes mellitus: parece ser que el hiperadrenocorticismo predispone a sufrir diabetes, sobre todo en los gatos.
  • Síntomas neurológicos: a menudo en los enfermos de Cushing que tienen el tumor hipofisario.
  • Hipertensión: debido a la secreción de renina por el cortisol.

Hiperparatiroidismo

En este caso nos encontramos con una enfermedad que afecta a las paratiroides, unas pequeñas glándulas accesorias al tiroides.

El hiperparatiroidismo implicaría un aumento de la actividad de estas glándulas, provocando un exceso de hormona paratiroidea en sangre. Esto conduciría a un aumento dramático de las concentraciones de calcio en sangre, dando lugar a los síntomas.

Esta enfermedad parece ser bastante frecuente en perros de cualquier raza. Por el contrario, el hiperparatiroidismo es poco frecuente en gatos.

¿Qué síntomas mostrará un animal con esta enfermedad?

Los signos clínicos del hiperparatiroidismo incluyen:

  • Aumento de la frecuencia de bebida y de micción a consecuencia de l cantidad excesiva de calcio en la sangre. De hecho, una de las complicaciones típicas es el daño de los riñones por una hipercalcemia prolongada.
  • Temblores musculares, dolor de espalda y dolor de huesos.
  • Vómitos.

De nuevo existe un síndrome contrario: hipoparatiroidismo

El hipoparatiroidismo, de nuevo, implica todo lo contrario. Este supondrá un descenso de la hormona paratiroidea en sangre.

La enfermedad aparece tras la destrucción del tejido glandular debido a múltiples causas. Los síntomas se desencadenan a raíz de la caída de los niveles de calcio en circulación.

Lo más habitual es que el animal presente excitabilidad neuromuscular, es decir, temblores musculares generalizados, espasmos y convulsiones.

Una de las emergencias endocrinas más complejas: el feocromocitoma

El feocromocitoma es un tumor de las glándulas suprarrenales poco común en los perros y aún más raro en los gatos. Es lo que se conoce como un tumor endocrino, es decir, productor de hormonas. Las células enfermas sintetizan catecolaminas en exceso, lo cual desencadena los síntomas.

Estos síntomas podrán ser inespecíficos y pueden entrelazarse con los de otras enfermedades, sobre todo en los animales más viejos.

Lo habitual es que haya debilidad generalizada, pérdida de peso, anorexia, jadeo, ansiedad, depresión y descoordinación. Todo ello es consecuencia de la liberación de grandes cantidades de catecolaminas porque:

  • Aumentan la presión sanguínea, el gasto cardíaco y la frecuencia cardíaca.
  • Provocan hipertensión.

Diagnosticar un feocromocitoma es difícil debido a la naturaleza variable de los síntomas. Aún así, el hallazgo de hipertensión junto con una masa en las glándulas suprarrenales que no segregue cortisol, nos pone sobre la pista.

A pesar de todo, el feocromocitoma puede coexistir con el hiperadrenocorticismo. Por lo tanto, el diagnóstico exhaustivo por parte del veterinario será imprescindible.

Un perro y un gato abrazados sobre una manta.

Como hemos podido ver, las emergencias endocrinas en mascotas pueden ser múltiples. Ante la sospecha de una de ellas, la visita al veterinario con presteza se hace esencial. Para el bienestar del animal, cada segundo cuenta.


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  • Boag A, King L. BSAVA manual of canine and feline emergency and critical care. 2nd ed.

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