¿Existe el suicidio en el reino animal?

El suicidio en animales no está demostrado, pero existen casos que el ser humano puede interpretarlos como tal. Por triste que pueda resultar el tema, entender la etología animal es clave para la supervivencia de las especies.

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 18 octubre, 2022

El suicidio siempre ha sido un tema muy controvertido en cualquier sociedad, pero no vamos a hablar de los valores morales y éticos asociados. Quitarse la vida es una difícil decisión, pero ¿es exclusiva de los humanos? ¿existe el suicidio en el reino animal?

A lo largo de la historia, se pueden encontrar curiosos casos de suicidio en todo tipo de animales como perros, gatos, caballos, delfines (como el famoso Flipper) o ballenas. Estos documentos no llegaban a ser más que eso, casos aislados publicados en alguna revista o periódico como noticia peculiar, siempre vistos con una interpretación humana.

Para llegar a contestar la pregunta anterior, es necesario buscar evidencias científicas. ¿Los animales entienden el concepto del suicidio y pueden tomar esta decisión? Descúbrelo en las siguientes líneas.

Comportamientos autodestructivos en animales

Algo que sí podemos afirmar es que los animales pueden hacerse daño a sí mismos de forma voluntaria y consciente, debido al estrés.

Muchos animales en cautividad pueden sufrir un gran nivel de ansiedad, que con el tiempo, si no se soluciona, puede acabar cronificándose y afectar de forma negativa a la salud del animal.

Las estereotipias son comportamientos repetitivos ocasionados por el estrés y pueden verse en los animales mantenidos en cautividad, pues son indicadoras de falta de enriquecimiento y bienestar.

Estas conductas pueden ser diferentes según la especie, pero son patrones de comportamiento muy característicos y fácilmente reconocibles.

Algunos ejemplos de estereotipias generalizadas en animales son dar vueltas sobre sí mismos, caminar de un lado a otro o las vocalizaciones incesantes. Las estereotipias más graves son las que implican un daño físico a sí mismo.

Las experiencias vividas también pueden generar conductas autodestructivas cuando el animal vuelve a ser sometido a la misma situación traumática. Por desgracia, en la mayoría de estos casos, estos comportamientos se deben a la intervención humana.

¿Puede un animal planificar su suicidio?

Una característica que nos diferencia del resto de animales es nuestra capacidad para planificar a corto, medio y largo plazo. La idea del suicidio no ocurre de la noche a la mañana, sino que es resultado de una meditación profunda, consecuencia de experiencias que causan sufrimiento a la persona.

Si le adjudicamos el suicidio a los animales también, damos por hecho que son conscientes de su propia mortalidad y son capaces de evaluar su estado y en función de eso, decidir morir y planificar su muerte.

Evidentemente, los animales entienden las situaciones de riesgo y qué peligro supone ser cazado, atrapado, congelado o ahogado.

También son capaces de reconocer otros animales muertos e incluso algunos parecen experimentar un proceso de duelo, pero ¿entienden qué es la muerte cómo concepto? ¿pueden verla como una salida a sus males?

Lo cierto es que no podemos pensar como un animal. Podemos saber cómo funciona su cerebro y cómo se comporta, pero no descifrar sus pensamientos, ni adjudicarlos sentimientos tan humanizados.

Los casos de suicidio pueden tener explicaciones individuales, pero aún no existen evidencias científicas que expliquen el suicidio en animales.

Casos de suicidio en animales

Como hemos comentado, han existido casos de suicidio en el reino animal a lo largo de la historia. Algunos son hechos aislados, otros son fenómenos naturales que pueden parecer un suicidio.

Las ballenas varadas en la costa ¿el riesgo de seguir al líder?

No es un hecho fuera de lo común que una ballena se vea arrastrada a la costa al extraviarse o debido a una fuerte tormenta, pero sí es extraño cuando ocurre de forma masiva. Y así ha sucedido en los últimos años en las playas australianas, cientos ballenas han quedado varadas en varias ocasiones sin explicación aparente.

¿Qué hace que una ballena se dirija de pronto hacia la costa y todas sus compañeras la sigan hasta quedar varadas? Aún no se ha descubierto una respuesta clara, pero la opinión científica apunta a la teoría de la desorientación y los efectos de la contaminación acústica en el mar.

Las ballenas viajan en grandes grupos, su vínculo social es muy fuerte y siguen a un líder que las guía en todo momento. La desorientación del líder afecta a todo el grupo, lo que podría explicar los varamientos masivos.

El sacrificio de una madre

No solo los padres humanos dan todo por sus hijos. En el reino animal, los progenitores se arriesgan a ser depredados alimentando, vigilando y protegiendo a sus crías. Algunos animales se dejan literalmente la piel por cuidar a sus crías (como el caso de los sapos del Surinam) o dan su vida por la supervivencia de su prole.

De este último caso es ejemplo la araña africana Stegodyphus dumicola que ofrece su propio cuerpo a sus crías como alimento.

El sacrificio no termina aquí, pues otras hembras presentes en el mismo nido también se dejan comer cuando escasean los recursos. No es un comportamiento agresivo, las pequeñas arañas no atacan a sus cuidadoras, esta estrategia se conoce como matrifagia.

Esta particular conducta animal puede ser interpretada como un “suicidio por amor a los hijos”. Sin embargo,  no deja de ser una estrategia de cuidado parental que la selección natural ha mantenido a lo largo de la historia evolutiva.

De esta forma, aumenta la probabilidad y supervivencia y el crecimiento de las crías, que beneficia al conjunto de la especie a largo plazo.