¿Existen los vampiros submarinos?

Los ciclostomos son animales que suscitan la curiosidad de quien los conoce. En este artículo te hablamos de ellos y de porqué se les llama "vampiros submarinos".
¿Existen los vampiros submarinos?
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 10 julio, 2020

En el reino animal hay todo tipo de criaturas que han inspirado leyendas e historias de terror en la cultura humana. Es el caso de los vampiros o los hombres lobo. Esto ha traído consigo que muchos animales sean despreciados por las personas al considerarlos no solo peligrosos, sino demoníacos y aterradores.

En el caso de los vampiros, siempre se han asociado a los murciélagos, surcadores del cielo nocturno. Pero ¿existen los vampiros submarinos? Si quieres obtener una respuesta, te animamos a seguir leyendo.

El curioso caso de los vampiros submarinos: los ciclostomos

Los ciclostomos son un grupo de animales vertebrados sin mandíbulas que incluye a los mixinos y a las lampreas. Estudiados y considerados tradicionalmente dentro del grupo filogenético de los peces, hoy día constituyen un taxón independiente de animales. Ahora mismo se admiten como una de las grandes clases de vertebrados. Sin embargo, su origen constituye, en cierto modo, un misterio.

¿De dónde viene el nombre de “ciclostomos”?

“Ciclostomo” significa literalmente “boca circular”. Esta boca, en forma de embudo o ventosa, les sirve para adherirse a las piedras del fondo. La función más importante de este aparato bucal característico es la de fijarse al flanco de los peces que le sirven de alimento. Se alimentan de sangre, por lo tanto, se les considera animales parásitos hematófagos.

Una lamprea pequeña en un río.

Tipos de vampiros submarinos

Los ciclostomos comprenden dos órdenes de animales, que incluyen a:

  • Los mixinos, todos marinos.
  • Las lampreas, que pueden ser marinas o de agua dulce.

Los mixinos son muy voraces y su método de caza consiste en una especie de parasitismo. Cuando ven un pez que les puede servir de presa, penetran en él por la boca o por la hendidura branquial y lo devoran desde dentro. Es tan macabro, que al final solo dejan la piel y el esqueleto.

Las lampreas también se alimentan de una forma grotesca y no menos cruel. Atacan a los peces fijándose a ellos sirviéndose con la boca en forma de ventosa, rodeada de un centenar de dientes córneos. Si bien no le sirven para masticar, esta herramienta es perfecta para raspar la carne de sus víctimas y así poder aspirar la sangre.

Además de la alimentación “vampiresca”, ¿qué más diferencia a los ciclostomos de otros vertebrados?

En primer lugar, a diferencia de los peces, no tienen miembros ni aletas dispuestas como las suyas. Solo disponen de una aleta dorsal impar a lo largo de todo el cuerpo.

Tampoco tienen los siguientes elementos típicos de otros peces:

  • Escamas.
  • Vejiga natatoria.
  • Cloaca.
  • Oviducto.
  • Vértebras.
  • Costillas.

Su esqueleto consiste en una varilla cartilaginosa (la cuerda dorsa l o notocorda) y unos cartílagos que forman un cesto para sostener las branquias. Esto les otorga una gran flexibilidad y plasticidad, ya que no se ven limitados por un esqueleto rígido.

La reproducción de los vampiros submarinos

Cuando los individuos son sexualmente maduros, se acercan a las desembocaduras de los ríos para remontarlos. Pueden hacerlo solos o adheridos a peces que hagan este esfuerzo por ellos, como podría ser un salmón. Durante esta ascensión, las lampreas no comen y agotan todas sus reservas.

Una vez llegan al lugar indicado, la hembra se sujeta a una piedra del fondo y construye un nido en la arena, en el que luego deposita los huevos. El macho se pega a su cabeza para fecundarlos. Al finalizar la puesta, ambos progenitores se rinden en un último esfuerzo y mueren.

¿Y qué pasa después con las crías?

Al nacer, las larvas, ciegas y desprovistas de dientes, permanecen en agua dulce varios años (hasta que acaban su ciclo biológico). El viaje de retorno al mar comienza cuando los jóvenes alcanzan los 20 centímetros.

Los vampiros submarinos existen y las lampreas son un ejemplo de ello.

Los vampiros submarinos

Demostrado queda que los vampiros submarinos existen. Constituyen un grupo propio dentro de los vertebrados, llamado Cyclostomi. Se han ganado a pulso su nombre de “vampiros” dada su peculiar manera de alimentarse de sus presas. Los devoran, bien desde dentro o desde fuera, enganchándose a su superficie y succionando sangre y tejidos.

Aunque parezca curioso, las personas somos sus mayores depredadores, pues ellos mismos resultan una delicia gastronómica para el ser humano. Es una fuente de proteínas de excelente calidad y se considera un “pescado azul”, con los beneficios que ellos conlleva.

A pesar de sus aspectos de belleza dudosa y sus costumbres terroríficas, los mixinos y lampreas son animales de importancia ecosistémica esencial. Es por ello que merecen respeto y preservación igual que cualquier otro animal.


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