Garza real: características, comportamiento y hábitat

Garza real: características, comportamiento y hábitat

Escrito por Yamila

Última actualización: 06 diciembre, 2017

Este ave de hábitos acuáticos, proveniente de Eurasia y África, prefiere hábitats rodeados de ríos, lagos o humedales de agua dulce; y es sedentaria solo en regiones templadas. En este artículo te informamos acerca de las características, comportamiento y hábitat de la garza real… ¡Es realmente majestuosa!

Características de la garza real

Su nombre científico es Ardea cinerea, es un ave de gran tamaño que puede medir hasta 10 centímetros de altura, y cuenta con una gran envergadura que llama la atención mientras está en pleno vuelo: ¡de punta a punta de las alas algunas llegan a los 2 metros!

En cuanto al plumaje de la garza real, este se caracteriza por el color grisáceo más claro en las alas y el blanco de la cabeza y cuello. Además, tiene un pico largo de color naranja o amarillo, el cual es recto y termina en forma de punta, lo que le permite capturar su comida sin problemas.

Garza real
Fuente: Ferran Pestaña

Por otra parte, merece la pena destacar que sus patas son oscuras y muy finas, como por ejemplo las del flamenco, y que los ojos tienen iris amarillos.

Comportamiento y reproducción de la garza real

El largo cuello de las garzas le permite volar formando una ‘S’ entre el pico y los hombros, y ese hábito las diferencia de las cigueñas y grullas, que dejan el cuello extendido. Los aleteos son pausados y pueden planear grandes distancias; en ocasiones se elevan haciendo círculos en el aire según cómo se desarrollen las corrientes y el viento.

Además de pasar algunas horas volando, las garzas reales también suelen posarse en las ramas de los árboles o deambulan en el suelo o orillas del río; en esta última situaciones alternan la pata que usan como apoyo.

Una de las cuestiones más curiosas de este ave es que para comunicarse con sus compañeros puede emitir diferentes sonidos guturales roncos dentro de la colonia. Además, los machos llaman a sus parejas como si fuese un saludo, y tienen un sonido especial para el momento de expulsar a otros individuos de sus nidos.

Los hogares de las garzas se construyen en los árboles cercanos a las riberas de lagos o humedales, aunque también podemos encontrar nidos entre juncos y arbustos en la orilla de los ríos. La técnica de elaboración consiste en armar una plataforma de ramas pequeñas, recolectadas por el macho, e ir forrando el interior con hierbas, fibras, plumas o juncos (esta última labor es para la hembra).

Con respecto a la reproducción, se corresponde con un periodo comprendido entre febrero y agosto y, tras la ceremonia de saludo, donde las parejas despliegan sus alas en un vuelo de reconocimiento, se produce la cópula. Esto deriva en una puesta de hasta cinco huevos, los cuales son de color verdoso y se incuban durante 25 días.

Una vez que nacen los polluelos, los padres los alimentan regurgitando su comida hasta que cumplen las ocho semanas de vida… Luego tienen que abandonar el nido y valerse por si mismos.

Garza real en una rama
Fuente: Carlos De Soto Molinari

Hábitat y alimentación de la garza real

La garza real pertenece al grupo de las aves pelecaniformes, es decir, que vive en ecosistemas lacustres como ríos, lagos y lagunas. El área de distribución comprende todos los hábitats acuáticos, porque es allí donde encuentra todo lo que necesita, y es que su radio de vuelo no supera los 20 kilómetros desde el lugar de anidamiento.

Si bien es más frecuente en zonas bajas, existen ciertas colonias en lagos de montaña y embalses. Dentro de la especie de garza real podemos encontrar cuatro subgrupos, que habitan diferentes lugares, todos ellos en Europa, África y Asia.

En cuánto a su alimentación, se trata de un ave carnívora cuya dieta se basa en peces, anfibios, insectos y pequeños mamíferos; presas que son cazadas gracias a sus largos y afilados picos.

En cuanto a su técnica de caza, la garza real puede pescar al acecho, tanto al amanecer como al atardecer; y deja sus patas quietas en el agua esperando el momento ideal para bajar rápidamente el cuello y golpear a su presa.

Asimismo, se tragan la comida entera, sin masticar y, en caso de que las piezas sean de mayor tamaño, las golpean contra el suelo o atraviesan con el pico para consumirlas en trozos más pequeños.

Imágenes cortesía de: Superstringphysics, Ferran Pestaña y Carlos De Soto Molinari


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