¿Cómo hacer para que gatos y niños pequeños se lleven bien?

Para que los niños pequeños y los gatos se lleven bien, es necesario planear una buena presentación basándose en el respeto al felino.
¿Cómo hacer para que gatos y niños pequeños se lleven bien?
Silvia Conde

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 09 febrero, 2022

La convivencia es muy importante cuando tienes una mascota. El tutor debe tener una buena relación con el animal, y este con otras personas del hogar, así como con las visitas. Si además de tener un gato en casa estás a cargo de niños o bebés, tienes que hacer que se lleven bien para evitar accidentes. Aquí van unos cuantos consejos para que gatos y niños pequeños tengan una buena relación.

¿Cuándo presentar a un niño y un gato?

Los felinos son animales muy rutinarios, y un nuevo cambio en su vida puede generarles mucho estrés. Por esta razón, debes poner mucho cuidado en hacer una buena presentación.

La reacción que tenga cualquier animal ante un niño pequeño puede estar bastante influida por su experiencia previa con infantes. Los perros y gatos tienen una etapa sensible en su crecimiento, y en gatos ocurre alrededor de las tres y siete semanas, en las que el felino es muy receptivo a estímulos nuevos.

Es en esta etapa en la que debes presentarle la mayor cantidad de estímulos posibles para prepararlo para su vida adulta. Es cierto que este periodo es mucho más corto y precoz en gatos que en perros, pero una buena socialización facilitará que en un futuro el gato adulto se enfrente a toda clase de situaciones.

Si en la etapa de socialización el felino tiene contacto con niños pequeños, es muy probable que de adulto esta situación no le resulte extraña y así no le cause estrés o miedo. A pesar de ello, cada gato es un mundo y hay muchas diferencias individuales: a un gato con una buena socialización puede no gustarle tratar con niños pequeños.

Gato pequeño.

Pasos para hacer una buena presentación

El primer contacto entre un gato y un niño pequeño, sobre todo si el gato es adulto, no debe ser brusco y rápido, pues lo mejor es preparar el terreno para ambos y supervisar la situación.

  1. Asegúrate de que el entorno del gato es el adecuado. En muchas ocasiones, el origen del estrés en gatos está en la falta de enriquecimiento ambiental en casa. El acceso a una ventana protegida, rascadores, juguetes y otros complementos como la hierba gatera son importantes para la salud mental del gato. Es mejor rebajar todo el posible estrés que pueda sufrir el animal antes de enfrentarse a una situación como esta.
  2. No fuerces la presentación. Deja que el primer contacto sea lo más natural posible. Puedes ofrecer al gato un olor del niño antes de realizar la presentación. La relación saldrá mucho mejor si es el felino quien ,de una forma tranquila y relajada, se acerca a oler al infante.
  3. Enseña al niño que las mascotas no son juguetes. Los niños pequeños tienen mucha energía y suelen ser impacientes, y para cualquier animal esta cantidad de vitalidad puede transmitirle mucha excitación, estrés e incluso miedo. Colabora con el pequeño para hacerle entender que un animal no es un juguete, y así evitar que quiera acercarse a él corriendo, molestarlo o cogerlo en brazos todo el tiempo.
  4. Utiliza el refuerzo positivo. El sistema acierto – recompensa es el más adecuado para educar a una mascota. Si el contacto con el niño pequeño es tranquilo, recompensa al gato con un premio para que asocie este momento con algo positivo. Poco a poco compartir momentos con el infante será algo totalmente normal para el gato.
Pautas para que gatos y niños se lleven bien.

Los beneficios de crecer con una mascota

Para que los gatos y los niños pequeños se lleven bien es necesario trabajar la relación, es decir, repetir los pasos anteriores con frecuencia para conseguir que se forme un vínculo entre ellos.

No todos los gatos aceptan la compañía infantil, algunos deciden esconderse o evitar la situación. No es algo necesariamente malo, debemos aceptarlo. Enseñar al niño a respetar el espacio del felino también supone una lección valiosa.

Crecer con un perro o un gato aporta muchos beneficios, pues el infante aprenderá a distinguir a los animales de objetos, a relacionarse con ellos y a familiarizarse con conceptos como la responsabilidad, el respeto y a asumir la pérdida de un amigo con el paso del tiempo.


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  • www.fabcats.org
  • Curso básico de etología canina-felina de la Universidad Nacional del centro de la provincia de Buenos Aires, de 2001.
  • Hill's. Gatos y bebés.

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