La inteligencia de los pulpos puesta a prueba

Se necesita mucha imaginación para poner a prueba la inteligencia de los pulpos. Diversos investigadores han diseñado experimentos para ello, con resultados sorprendentes.
La inteligencia de los pulpos puesta a prueba
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 18 octubre, 2022

Desde el mundialmente famoso pulpo Paul —un cefalópodo que se usó para predecir los resultados de la selección alemana en el mundial de fútbol del 2010—, la inteligencia de los pulpos se ha vuelto un dato de conocimiento popular.

Aun así, la etología no basa el entendimiento animal en creencias o vídeos virales. Si algo se quiere demostrar, es necesario hacerlo bajo condiciones estrictas y parámetros controlables. Descubre aquí cómo la inteligencia de los pulpos ha sido puesta a prueba por expertos en diversos experimentos.

El curioso mundo de los pulpos

Antes de sumergirnos en el mundo de la inteligencia de estos cefalópodos y para que te hagas una idea de lo peculiares que son los pulpos, te presentamos unas cuantas curiosidades sobre ellos:

  • Su sistema nervioso central no se ubica solo en su cabeza, sino que este animal tiene un gran grupo de neuronas en cada tentáculo, poseedores de una cierta autonomía y capacidad de toma de decisiones. Con los tentáculos los pulpos también pueden oler y saborear lo que tocan.
  • Estos animales pueden mover las ventosas de sus tentáculos de forma individual, al igual que nosotros nuestros dedos. Suelen tener alrededor de 1600 ventosas en total.
  • Pueden modificar su ADN a voluntad para adaptarse a nuevas situaciones.
  • Se aburren con facilidad y en cautividad hay que proporcionarles mucho enriquecimiento ambiental para que no desarrollen trastornos del comportamiento.
  • Los pulpos pueden modificar el espectro de colores de su visión para adaptarse a la profundidad a la que nadan. Esto responde a la duda de cómo saben de qué color camuflarse si son animales daltónicos.
Un pulpo nadando en el mar.

La inteligencia de sus tentáculos

La mayoría de los animales terrestres se caracterizan por presentar un sistema nervioso central, con el cual perciben el entorno y envían las órdenes de movimiento al cuerpo. Sin embargo, los pulpos no se rigen por este mecanismo para mover sus tentáculos. En la mayoría de los casos, su cerebro no recibe señales de sus extremidades, sino que estas interpretan por sí mismas la situación y actúan en consecuencia.

Los pulpos poseen cerca de 500 millones de neuronas, de las cuales dos terceras partes se encuentran repartidas a lo largo de su cuerpo (tentáculos). Esto significa que gran parte de su sistema nervioso se encuentra difundido y no centraliza sus operaciones en el cerebro. Gracias a ello, las extremidades son capaces de “tomar sus propias decisiones”.

De manera formal, el sistema nervioso de los pulpos forma pequeños “centros de control” en cada tentáculo. A esta organización se les denomina ganglios y cada uno se encuentra conectado con los demás, de manera que pueden coordinarse en conjunto. Esto no significa que cada extremidad posea mente propia, sino que el “cerebro” del pulpo se divide en partes para hacer más eficiente la toma de decisiones.

Las extremidades de un pulpo tienen la capacidad para trabajar de manera individual y al mismo tiempo. Es decir, podrían realizar al menos 8 tareas diferentes sin perjudicar al organismo. De la misma forma, podrían unir su capacidad de procesamiento para resolver un mismo problema, lo que se cree es parte de la respuesta a por qué son tan inteligentes.

¿Cómo se pone a prueba la inteligencia de los pulpos?

Si bien algunos investigadores han hecho experimentos en cautividad, la mayoría de los estudios con pulpos vienen de la observación en su hábitat. A continuación, te mostramos algunos ejemplos de especial relevancia.

El pulpo que rompió el experimento

En diversos portales se puede ver un vídeo en que el que se reta a un pulpo a sacar un premio del interior de un biberón. El objetivo del experimento era que el animal desenroscara la tapa, como ya se ha demostrado que los pulpos son capaces de hacer.

Aun así, este ejemplar le dio una vuelta más a la solución: se las ingenió para empujar la tetina hacia el interior del biberón, lo que le permitió alcanzar al fin su premio. Los expertos aún no saben cómo consiguió aplicar la presión necesaria, pues al intentarlo ellos mismos no fueron capaces de conseguir lo que había hecho el pulpo.

Muchas veces, el comportamiento de los pulpos en cautividad es más sorprendente que los propios experimentos. Te mostramos algunos datos relevantes con respecto al tema:

  • Los pulpos son conscientes de que están atrapados e intentan escapar: Inky, un pulpo que escapó del Acuario Nacional de Nueva Zelanda, se escurrió por una rendija y se arrastró hasta una tubería que daba al Océano Pacífico. No se le volvió a ver.
  • Distinguen a sus cuidadores y tienen preferencias: en un laboratorio de Nueva Zelanda, uno de los pulpos parecía tener manía a una de sus cuidadoras, a la que lanzaba chorros de agua cada vez que pasaba por allí.
  • Modifican su entorno: acostumbrados a la baja luminosidad submarina, no les gustan las fuertes luces de los acuarios. Dos pulpos forzaron su puesta en libertad a base de disparar chorros de agua a los fluorescentes para apagarlos de un cortocircuito. Cuando los gastos en reparaciones dejaron de compensar, estos animales fueron liberados.

La inteligencia ecológica de los pulpos

La hipótesis de la inteligencia ecológica postula que ciertas especies animales han desarrollado su inteligencia, a lo largo de la evolución, con base en la dificultad para encontrar comida.

Mientras que algunas especies tienen comida disponible casi todo el año —como los herbívoros que pastan—, otros animales deben saber dónde buscarla y cuándo madura, como los frugívoros. Algunas especies animales hacen planes de futuro basándose en estos conocimientos.

Pues bien, el científico Piero Amodio afirma que, debido a la pérdida de la concha que sufrieron hace millones de años, la dificultad para encontrar comida y refugio puso a prueba la inteligencia de los pulpos, obligándolos a ser mucho más creativos para sobrevivir.

Otras habilidades de los pulpos

Como apunte final, te mostramos algunos de los descubrimientos que se han hecho observando pulpos en libertad:

  • Estos animales son capaces de usar herramientas: el investigador Finn y su equipo grabaron pulpos que usaban conchas vacías o incluso una cáscara de coco para esconderse de sus depredadores o cazar a alguna presa que pasara por allí.
  • Piensan en el futuro: estos animales no solo se escondían en conchas o cocos, sino que, cuando salían del escondite, se lo llevaban consigo para utilizarlo más adelante.
  • Tienen buena memoria: los pulpos recuerdan lugares donde se han sentido a salvo y vuelven a donde la caza es abundante.
  • Son hábiles cazadores: pueden cooperar con otras especies para capturar a una misma presa o desarrollar herramientas para atraparlas. También recuerdan los puntos débiles de sus víctimas y cómo pueden defenderse, lo que les ayuda a evitar lesiones.
  • Pueden aprender con solo observar a otros pulpos: si observan que un compañero obtiene beneficios de una acción concreta, estos son capaces de imitarlo. Sin embargo, no copian todos los movimientos que observan, sino que discriminan entre las ventajas y el tipo de situación a la que se enfrentan.
Un pulpo en una roca.

Como habrás podido observar, la inteligencia de los pulpos se ha puesto a prueba en múltiples ocasiones con fascinantes resultados. Sin duda, estos cefalópodos tan carismáticos nunca dejarán de sorprendernos.


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  • Inky, el pulpo que escapó por una tubería de un acuario y volvió al mar, BBC Mundo. Recogido a 9 de noviembre en https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160413_ciencia_nueva_zelanda_acuario_pulpo_inky_escape_ppb#:~:text=Inky%2C%20un%20pulpo%20que%20viv%C3%ADa,cuidadores%20y%20volvi%C3%B3%20al%20mar.&text=El%20pulpo%20pudo%20recuperar%20su,de%20unos%20trabajos%20de%20mantenimiento.
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