Kakapo: el pájaro del año 2020 en Nueva Zelanda

El kakapo es un animal endémico de Nueva Zelanda que está gravemente amenazado. A día de hoy, se cuentan 213 especímenes vivos en libertad.
Kakapo: el pájaro del año 2020 en Nueva Zelanda

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 08 diciembre, 2020

Durante el último trimestre del año 2020, los medios de comunicación han hecho eco de la siguiente noticia: el kakapo (Strigops habroptilus) ha ganado la competición del pájaro del año que se realiza de forma anual en Nueva Zelanda.

Aunque pueda parecer algo anecdótico, este ave alberga muchos secretos que merecen ser puestos a disposición del público. Además, eventos como este promueven una mayor concienciación a nivel global sobre el extenso número de bellas y curiosas especies que comparten el planeta con nosotros. Si quieres saber más sobre este fascinante animal, continúa leyendo.

El kakapo: ave del 2020

La organización Bird of the year lleva promoviendo la votación del ave del año en Nueva Zelanda desde el año 2005, con un procedimiento de conteo de votos similar al de unas elecciones formales.

Este portal pone a disposición del público una votación abierta en la que los habitantes pueden elegir hasta cinco aves predilectas, siempre en un orden concreto. Tras esto, se realizan una serie de rondas eliminatorias por grupos hasta que, finalmente, se llega al ave del año por votación popular.

El kakapo se ha alzado con la victoria en el año 2020, pero este no ha sido su único triunfo. Este curioso animal también se hizo con el primer puesto en el año 2008, ya que su simpático aspecto y rolliza silueta resultan encantadores hasta para los más escépticos.

Un kakapo sobre un fondo blanco.

Algunas curiosidades sobre el kakapo

Más allá de ser el ganador de esta atípica competición, el kakapo tiene muchas más características llamativas. Entre ellas, encontramos las siguientes:

  • El kakapo es el único representante de su género (Strigops), razón por la cual se le considera genéticamente alejado de otras aves actuales.
  • Estos animales son grandes y achaparrados, ya que alcanzan los 60 centímetros de altura y los 4 kilos de peso. Como es natural, estas proporciones no les permiten volar. Sus alas sirven únicamente como elementos de equilibración y soporte.
  •  Los kakapos tienen un sentido del olfato inusitado, adaptación que va en consonancia con su estilo de vida nocturno.
  • Por extraño que pueda sonar, las personas que han estado en contacto con kakapos atestiguan que huelen muy bien. Estos animales emiten un olor floral y meloso, que podría corresponder a ciertas señales químicas de funciones desconocidas.

Los kakapos son seres muy especiales y delicados, pues se reproducen cada 2-4 años, solamente ocupan un área muy reducida de Nueva Zelanda, las crías pueden morir fácilmente y no presentan mecanismos efectivos antidepredatorios. Todos estos factores hacen de esta especie una en peligro crítico de extinción.

Al borde del abismo

En junio del año 2020 se contabilizaron un total de 213 kakapos vivos. Todos ellos llevan radiotransmisores y son monitorizados de forma periódica, pues las autoridades de Nueva Zelanda y los conservacionistas de todo el mundo no quieren arriesgarse a perder a esta especie para siempre.

Aun así, parece ser que los esfuerzos de conservación del kakapo están dando sus frutos. Por ejemplo, se estima que desde el año 1990 la población salvaje ha aumentado en un total de 50 individuos, una cifra astronómica teniendo en cuenta el número de especímenes totales.

Los kakapos carecen de estrategias antidepredatorias porque, simplemente, en su ambiente natural no las necesitaban. El ser humano ha sido el causante de su declive, pues ha sido la colonización de su ambiente la que ha causado casi su desaparición. Nuestra especie trae consigo roedores, felinos y otras muchas especies domésticas que pueden diezmar las poblaciones naturales.

Un kakapo de cuerpo entero.

Precaución y persistencia

Si bien los esfuerzos de preservación del kakapo están dando sus frutos, no hay que relajarse. Su número poblacional es tan bajo que cualquier desastre natural o enfermedad podría borrar a esta especie del mapa para siempre, por lo que hay que ser optimistas pero cautos a la vez.

Esperemos que el primer puesto en esta singular competición ponga al kakapo en el radar de más instituciones públicas, organizaciones con fines no lucrativos y sus participantes. Cualquier ayuda o donación promueve la creación de programas para la conservación, sin los cuales mantener a estas especies vivas sería imposible.


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