La educación básica para un cachorro

La educación básica para un cachorro
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 28 noviembre, 2017

La educación básica para un cachorro se debe impartir, preferentemente, durante su primer año de vida. Cuanto antes comience, mucho mejor. No hay que esperar a que adquiera malos modales para empezar a enseñarle.

Los perros no aprenden como los humanos. Ellos necesitan de su dueño para saber cómo comportarse dentro y fuera de la casa. Un amo responsable es consciente de esto. Por eso, invierte el tiempo y la paciencia necesarios para lograr que el cachorro aprenda.

Es demasiado injusto no brindar la educación básica para un cachorro, y luego castigarlo por causar daños. Él está abriendo los ojos al mundo, es curioso y actúa impulsivamente. Del dueño depende que aprenda a controlarse.

El comienzo de la educación básica para un cachorro

Si el cachorro tiene menos de tres meses, lo ideal es que un solo miembro de la familia se encargue de su educación. Después de esa edad, estará en capacidad de recibir instrucciones de varias personas.

Lo primero que se debe hacer es elegir un lugar para que él duerma. Dentro de la educación básica para un cachorro, resulta fundamental que él identifique su espacio. Este debe ser cómodo, y el perro ha de aprender que es ahí donde se descansa.

Es muy importante ponerle un nombre y que él pueda reconocerlo. Lo mejor es un nombre corto, para que lo memorice sin mucho trabajo. Al principio, se debe pronunciar su nombre lentamente, y animarlo a que acuda cada vez que se le llame.

El cachorro debe aprender el significado de la palabra “No”. Esta tiene que pronunciarse con firmeza, pero sin gritarlo o intimidarlo. Él irá entendiendo que “No” significa prohibición. Así se logrará un avance importante en la educación básica para un cachorro.

Enseñarle a ir al baño

Enseñarlos a defecar y a orinar de acuerdo con las normas de la familia es uno de los grandes dolores de cabeza para muchos dueños. No es tan difícil si se los adiestra para ello desde temprana edad.

Uno de los métodos más adecuados es sacar al cachorro cada dos horas al lugar donde debe hacer su evacuación. Si lo hace, felicítalo y dale un premio, que puede ser comida o un juguete. Lo importante es que él interprete que lo hizo bien y está siendo recompensado.

Los cachorros defecan normalmente dentro de la hora que sigue a la comida. Ese es el momento para sacarlos. En caso de que orinen o defequen en un lugar en que no deben hacerlo, se les debe decir “No”.

Es conveniente retirar el agua una hora antes de que el cachorro se acueste. Si el dueño es constante y pone empeño en estas sencillas medidas, la educación básica para un cachorro en este particular debe completarse en 6 o 7 días.

Otras medidas educativas

Son muchos los factores que deben tomarse en cuenta en la educación básica para un cachorro. Algunos de los más importantes, además de los ya señalados, son los siguientes:

  • Los alimentos deben dársele a horas fijas, y siempre ha de comer después del dueño, para que entienda “quién es el jefe”.
  • No se le debe dejar solo por mucho tiempo. Esto se tiene que hacer progresivamente: primero por lapsos cortos, que luego se van incrementando.
  • Es conveniente dar paseos dentro de la casa con el collar puesto. El cachorro tiene que ir al lado del dueño y detenerse cuando el dueño se detenga. Se le debe premiar cuando observe este comportamiento.
  • La socialización es uno de los aspectos claves.
  • Jamás se le debe pegar o amenazar con el collar. Este debe ser sinónimo de diversión. Es una especie de “cordón umbilical” con el dueño.
  • Si el cachorro tira de la correa, simplemente debe decírsele “No”, y cambiar de dirección para que entienda quién manda.
  • Nunca se debe vacunar, castigar o realizar curaciones en el sitio donde duerme el cachorro.

Es conveniente que las órdenes se den de una forma clara y simple. De este modo, el cachorro las entenderá con mayor facilidad. Se recomienda utilizar siempre el mismo tono de voz, evitando gritos o peroratas al hacerle alguna indicación.

Lo más importante es que las órdenes sean realmente consistentes. Esto quiere decir que lo prohibido siempre será rechazado. Las órdenes contradictorias solo confunden al cachorro y le dan el mensaje de que no hay autoridad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.