La garcilla bueyera, el ave que conquistó el mundo

Este ave, de cierto carácter migratorio, se ha beneficiado de la expansión de la ganadería extensiva, pues se alimenta de los insectos que espantan los grandes mamíferos de los que el ser humano se aprovecha
La garcilla bueyera, el ave que conquistó el mundo
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 16 agosto, 2018

La garcilla bueyera es una especie que no es conocida por muchos, aunque es increíble saber que es el ave que ha protagonizado la mayor expansión natural y la más rápida. Se ha convertido en una auténtica conquistadora sin necesidad de la colaboración del hombre.

Conoce a la garcilla bueyera

Este pájaro vive prácticamente en todas las regiones subtropicales, tropicales y templadas del planeta y, si bien es originaria del Viejo Mundo, actualmente se encuentra en todos los continentes excepto la Antártida.

De cuerpo esbelto blanquecino con decoración de plumas anaranjadas o doradas en cabeza y cuello, anida en colonias en el agua sobre nidos en plataformas de ramas, que suelen estar cerca de otras aves zancudas como el avetoro.

Su nombre se debe a que es un animal que suele subirse o acercarse al ganado u otros grandes mamíferos, con el objetivo de consumir los insectos espantados por estos animales.

Garcilla bueyera: curiosidades

La increíble expansión de la garcilla bueyera

Este pájaro es originario de las regiones húmedas de África y Asia tropical, y del sur de la península ibérica. Pero a mediados del siglo XIX se tienen registros de que comenzó a expandirse hacia al sur de África, lo que la llevó a reproducirse en la provincia del Cabo a principios del siglo XX.

La garcilla bueyera se avistó por primera vez en América en 1877, en concreto entre Guayana y Surinam. Para ello, parece que tuvo que atravesar todo el océano Atlántico desde el continente africano.

Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando la garcilla bueyera comenzó a colonizar en Estados Unidos, lo que la llevó a criar en Florida durante 1953. Sorprendentemente, durante 1962 comenzó a criar en Canadá, un país mucho más frío.

En esta misma época, se expandió hacia al sur en países como Cuba, Costa Rica y México, y ha llegado hasta el sur de América, en concreto en Perú y otros países de América Latina.

En Europa, su expansión comenzó en el siglo XX, y colonizó prácticamente toda la península ibérica, Francia e Italia. Apenas hace una década, en 2008, se registró su cría en Reino Unido e Irlanda. En Australia, en los años 40 comenzó a establecerse en todo el continente y comenzó a visitar Nueva Zelanda.

Garcilla bueyera o Bubulcus ibis

¿Por qué la garcilla bueyera se ha adaptado a tantos lugares?

La expansión de la garcilla bueyera es una de las más increíbles del reino animal y se cree que, como en todos los cambios bruscos en la naturaleza, el hombre está seriamente implicado en ello, aunque muchos no acaban de entender la relación.

En realidad es bastante sencillo: como ya se ha mencionado, la garcilla bueyera suele aprovechar la presencia de grandes ungulados para capturar insectos, y el hombre es el responsable de la enorme expansión de vacas, caballos y otras especies que pueden aprovechar las garcillas.

Así, la expansión de la ganadería extensiva ha sido la responsable de la colonización de la garcilla bueyera. A esto se une que no necesita abundantes zonas de agua como el resto de garzas, y que además tiene cierto carácter migrador y viajero, lo que ha propiciado esta colonización.

Mientras que la mayoría de aves migratorias suelen colonizar nuevas zonas por cambios en el clima, parece que la garcilla bueyera depende más del ganado, y es por eso que la expansión del hombre ha resultado tan beneficiosa para ella.

En escasas ocasiones, esta colonización ha sido provocada directamente por el hombre, por lo que hay lugares donde a la garcilla bueyera se la considera una especie exótica invasora, aunque su impacto es prácticamente nulo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.