La orientación en el vuelo de las aves

Se han hecho experimentos que demuestran la gran capacidad de las especies mirgratorias para recuperar la trayectoria adecuada hacia su objetivo tras 'despistarse'
La orientación en el vuelo de las aves
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 10 junio, 2018

A menudo observamos un grupo de aves cruzar el cielo para llevar a cabo su viaje migratorio. Y nos podemos preguntar cómo se da la orientación en el vuelo de las aves y por qué no se pierden en trayectos tan largos.

Algunos experimentos clave para comprender la orientación en el vuelo de las aves

Un ornitólogo danés llamado Finn Salomensen se propuso realizar algunos experimentos con golondrinas de mar, de hábitos migratorios. Para ello, seleccionó algunos ejemplares de dos especies: la ‘tiñosa común’ (también conocida como gaviotín de San Félix) y el charrán sombrío.

En primer lugar, estos individuos fueron capturados e identificados para permitir un reconocimiento de su posición geográfica. A continuación, los investigadores las separaron de sus nidos, localizados en el Golfo de México, para llevarlas a más de 1 000 kilómetros de distancia.

Lo siguiente en el experimento fue liberar las aves en pleno mar abierto y quedaron libres para volar, mientras su posición era controlada y vigilada para su posterior análisis.

Para la admiración de todos, la gran mayoría de las golondrinas fue capaz de retornar a sus nidos sin muchos problemas; ello revela su potente sentido de orientación. Las demostraciones, sin embargo, no terminan aquí.

Golondrina: migración

En otro estudio realizado en Gales se seleccionaron individuos de la especie puffinus (la ‘pardela pinocheta’). A estos ejemplares se les aleja de sus nidos (en Gales) y son liberados en mar abierto en pleno Boston (Estados Unidos).

Tras volar ininterrumpidamente durante casi 13 días, a lo largo de 5 000 kilómetros cruzando el océano Atlántico, sorprendentemente las aves regresan a sus nidos.

Algunas investigaciones han revelado que, aun con desorientaciones, las aves son capaces de retomar su rumbo. En determinados experimentos, los pájaros seleccionados fueron anestesiados o incentivados a girar sobre su propio eje para ocasionar una desorientación temporal. Y los resultados demostraron que ello no interfiere en su sentido de vuelo.

¿Cómo explica la ciencia la orientación en el vuelo de las aves?

El avance de la tecnología y de la ciencia ha permitido dar pasos firmes para comprender la orientación en vuelo de las aves. A continuación, veremos lo que dice la ciencia sobre esta increíble capacidad de los pájaros.

Las aves usan sus sentidos para localizarse

Los expertos han demostrado que las aves, al igual que los seres humanos, utilizan sus sentidos para localizarse en el tiempo y espacio. Cuando vuelan, los pájaros emplean su audición y su visión para reconocer referencias que marcan su trayecto migratorio.

Por ejemplo, con sus ojos las aves pueden reconocer montañas, acantilados o selvas que le indican el caminan correcto. También son capaces de emplear sus oídos para reconocer estímulos sonoros que componen los paisajes de su largo viaje.

De esta manera, y en pleno vuelo, estos pequeños animales recogen ‘señales’ que le ayudan a mantenerse bien orientadas y saber cuándo llegan a su destino.

Aves migratorias

Las especies migratorias poseen un tipo de sistema de navegación inercial; con él logran saber qué rumbo tomar para regresar a su destino aun cuando deben realizar cambios de dirección. Ello también explica porque las desorientaciones temporales no son capaces de desviarlas de su rumbo correcto.

Además, los sentidos son importantes para comunicarse con los otros individuos de su grupo migratorio y reconocer cualquier problema en el viaje. Estas características también desempeñan un rol central en la identificación de posibles depredadores o adversidades naturales.

Las aves también tienen sus propias brújulas

Para nosotros, puede parecer muy extraño pensar en un ave utilizando un GPS para orientarse en su migración. Pero lo cierto es que ellas no necesitan este aparato, porque cuentan con una brújula magnética integrada a su organismo.

Los científicos han observado que las aves migratorias poseen un sistema muy similar al de las brújulas magnéticas a partir de sus ojos. Sus retinas son capaces de captar la luz de forma polarizada y ello les permite tener un sistema de navegación único.

A partir del movimiento del sol, la posición de las estrellas y de la luna, estos animales reconocen cómo desplazarse en sus largos viajes. Cuando la luz va cambiando, las aves pueden ‘reorientar’ sus brújulas integradas y saber qué rumbo seguir para llegar a su destino.

Estas orientaciones a partir de los cambios de luz serían el gran ‘secreto’ de la orientación en el vuelo de las aves y su capacidad de siempre retomar el camino correcto.


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