Lo que debes saber sobre el virus de la leucemia felina

El virus de la leucemia felina comúnmente causa anemia o linfoma, pero debido a que debilita el sistema inmunológico también puede predisponer a los gatos a infecciones mortales
Lo que debes saber sobre el virus de la leucemia felina

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 enero, 2019

El virus de la leucemia felina es una importante causa de muerte en los gatos. De hecho, el virus de la leucemia felina mata a gran parte de los gatos infectados en los tres años posteriores al diagnóstico.

Sin embargo, la exposición al virus de la leucemia felina no implica una sentencia de muerte para el gato, ya que muchos de los mininos que contraen el virus pueden resistir la infección o eliminar el virus por sí mismos.

Cabe destacar que la leucemia felina es una enfermedad que solo afecta a los gatos, así que no se puede transmitir a personas, perros u otros animales.

El virus de la leucemia felina afecta negativamente al cuerpo del felino de muchas maneras. Este virus es la causa más común de cáncer en los gatos. Además, puede causar varios trastornos de la sangre y puede llevar a un estado de inmunodeficiencia que dificulta la capacidad del gato para protegerse contra otras infecciones.

Las mismas bacterias, virus, protozoos y hongos que pueden encontrarse en el entorno cotidiano, donde generalmente no afectan a los animales sanos, pueden causar enfermedades graves en las personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Cómo se transmite el virus de la leucemia felina

Los gatos infectados con el  virus de la leucemia felina sirven como fuentes de infección para otros gatos. El virus se elimina en la saliva, las secreciones nasales, la orina, las heces y la leche de los felinos infectados.

Leucemia felina: transmisión

La transferencia del virus de un gato a otro puede ocurrir a partir de una herida por mordedura, durante el aseo mutuo y a través del uso compartido de cajas de arena y platos de comida.  La transmisión también puede producirse desde una madre infectada a sus cachorros, ya sea antes de nacer o mientras están amamantando.

El virus de la leucemia felina no sobrevive mucho tiempo fuera del cuerpo de un gato, probablemente solo unas pocas horas en condiciones normales.

La exposición a gatos infectados aumenta el riesgo de que un minino contraiga el virus de la leucemia felina, especialmente en gatitos y gatos adultos jóvenes. Los felinos más mayores tienen menos probabilidades de contraer la infección, ya que la resistencia parece aumentar con la edad.

Para los gatos que solo están en el interior, el riesgo de contraer el virus de la leucemia felina es muy bajo. Los gatos en hogares con varios congéneres o en las bodegas corren más riesgo, especialmente si comparten agua, platos de comida y cajas de arena.

Síntomas del virus de la leucemia felina

Los gatos infectados con leucemia felina pueden presentar uno o más de los siguientes síntomas:

  • Encías pálidas
  • Color amarillo en boca y blanco de ojos
  • Ganglios linfáticos agrandados
  • Infecciones de la vejiga, piel o vías respiratorias superiores
  • Pérdida de peso o pérdida de apetito
  • Mal estado del pelaje
  • Debilidad progresiva y letargo
  • Fiebre
  • Diarrea
  • Dificultad respiratoria
  • Problemas reproductivos
  • Estomatitis
  • Convulsiones, cambios de comportamiento y otros trastornos neurológicos
  • Problemas oculares diversos
Leucemia felina: cura

Etapas

Una vez que el virus llega al sistema del gato, hay seis etapas en una infección por virus de la leucemia felina:

  • Etapa 1: el virus ingresa al gato, generalmente a través de la faringe, donde infecta las células epiteliales e infecta los linfocitos B y los macrófagos de la amigdalina. Estos glóbulos blancos se filtran hasta los ganglios linfáticos y comienzan a replicarse.
  • Etapa 2: el virus entra en el torrente sanguíneo y comienza a distribuirse por todo el cuerpo.
  • Etapa 3: el sistema linfático se infecta, con una mayor distribución en todo el cuerpo.
  • Etapa 4: es el punto principal de la infección, donde el virus puede controlar el sistema inmunológico del cuerpo y causar viremia. Durante esta etapa el sistema hemolinfático y los intestinos se infectan.

Si el sistema inmunológico del gato no combate el virus, entonces progresa a las siguientes etapas:

  • Etapa 5: la médula ósea se infecta. En este punto, el virus permanecerá con el gato por el resto de su vida. En esta fase, el virus se replica y se libera de cuatro a siete días en los neutrófilos infectados y, en ocasiones, en los linfocitos, monocitos y eosinófilos (todos los glóbulos blancos formados en la médula ósea).
  • Etapa  6: el cuerpo del gato está abrumado por la infección y las células epiteliales de la mucosa y la glándula se infecta. El virus se replica en los tejidos epiteliales, incluidos glándulas salivales, orofaringe, estómago, esófago, intestinos, tráquea, nasofaringe, túbulos renales, vejiga, páncreas, conductos alveolares y conductos sebáceos desde el hocico.

¿Cómo evitar que un gato se infecte?

La única forma segura de proteger a los gatos es prevenir su exposición a los mininos infectados con el virus de la leucemia felina. Para ello es recomendable:

  • Mantener a los gatos  dentro casa, lejos de los gatos potencialmente infectados que podrían morderlos.
  • Supervisar al gato cuando esté al aire libre: mantenerlos en un recinto seguro.
  • Adoptar únicamente gatos sin infección.
  • Mantener a los gatos libres de infecciones separados de los ejemplares infectados: evitar que los felinos infectados compartan alimentos, bebederos o cajas de arena con los gatos no infectados.

Además, otra opción para prevenir la infección por el virus de la lucemia felina es considerar la vacunación de gatos no infectados. Por ello, es conveniente analizar las ventajas y desventajas de la vacunación con el veterinario. En cualquier caso, como no todos los gatos vacunados estarán protegidos, la prevención de la exposición sigue siendo importante incluso para los gatos vacunados.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.