Los insectos más grandes del reino animal

Estos invertebrados pueden llegar a medir unos 30 centímetros de longitud y algunos son auténticos depredadores; esta variopinta fauna habita en diferentes partes del mundo
Los insectos más grandes del reino animal

Escrito por Yamila

Última actualización: 27 febrero, 2018

Cuando pensamos en un ‘bicho’ es probable que se nos vengan a la mente imágenes de mosquitos, cucarachas u hormigas. Esa es solo la población diminuta de esta gran familia. ¡Por supuesto que hay insectos más grandes! ¿Te gustaría conocerlos? Si no eres impresionable, sigue leyendo este artículo.

Los insectos más grandes del mundo

Son enormes, algo asquerosos y dan un poco de miedo… los insectos más grandes del mundo son la versión ‘gigante’ de aquellos que conocemos. ¡Anímate a aprender sobre ellos!

1. Escarabajo titán

Ya con ese nombre podemos imaginarnos de qué se trata. El escarabajo titán –foto que abre este artículo– es el más grande de su especie… ¡Puede medir 20 centímetros de largo!

Este coleóptero vive en la selva amazónica y en los bosques lluviosos de Sudamérica. Tiene un comportamiento muy ‘discreto’ y se esconde muy bien. Forma sus nidos debajo de madera podrida, y si bien no se han encontrado todavía, se estima que las larvas de escarabajo titán tienen 30 centímetros de largo.

Varias curiosidades giran en torno a este insecto gigante: cuentan con mandíbulas muy potentes, para poder volar primero tienen que trepar a un árbol –no despegan desde el suelo– y los machos adultos no comen, solo utilizan su boca para defenderse.

2. Mariposa alas de pájaro

También conocida como ‘mariposa reina Alexandra’, es originaria de Nueva Guinea y la más grande de su especie. Las hembras pueden tener una envergadura de 31 centímetros y un cuerpo de ocho centímetros.

Mariposa alas de pájaro: características

Las alas son de color marrón con manchas blancas y beige; los machos son más pequeños que las hembras, unos 20 centímetros, y destacan porque sus alas presentan puntos dorados que al volar parecen destellos.

3. Tarántula Goliat

La tarántula gigante o Goliat es la más grande del mundo: puede medir 30 centímetros entre los extremos de sus patas extendidas. La mayor hembra de la que se tiene conocimiento pesaba 155 gramos.

Tarántula Goliat gigante

Tanto machos como hembras tienen el cuerpo cubierto de pelos, los cuales son irritantes y les sirven para defenderse. También excretan un veneno que en las personas provoca dolor, náuseas y sudoración. La tarántula Goliat vive en las selvas de Sudamérica, donde excava túneles entre pantanos o utiliza madrigueras abandonadas por roedores.

Caza en los alrededores de la cueva, principalmente cucarachas, escarabajos, grillos o gusanos, y si bien es de hábitos solitarios, se juntan para aparearse. La hembra puede poner unos 50 huevos, que tardan seis semanas en eclosionar.

4. Chinche gigante de agua

También son de los insectos más grandes que existen, pertenecen a la familia de los hemípteros y viven tanto en Asia como en África, preferentemente en charcas de agua dulce. Pueden medir unos 12 centímetros de longitud.

Chinche gigante de agua

Se trata de unos expertos depredadores que se alimentan de anfibios, peces y crustáceos: utilizan su saliva para disolver el interior de la víctima y luego absorberlo. La picadura de esta chinche es más dolorosa que la de una araña y puede causar daños permanentes en el tejido muscular.

5. Weta

No se trata de uno, sino de varios insectos de gran tamaño –los más pesados y gigantes del planeta– que viven en Nueva Zelanda. Son especies muy antiguas y pueden medir unos 10 centímetros de largo.

Weta gigante de Nueva Zelanda

Los weta permanecen escondidos durante el día; gracias a sus fuertes mandíbulas pueden hacer agujeros en los árboles y formar allí su madriguera. Los machos pueden ser muy agresivos y atacar con sus patas posteriores, que están cubiertas de espinas. Ellos son los encargados de cuidar a las hembras y a las crías.

Cabe señalar que, cuando llega el invierno, los weta hibernan de forma muy curiosa: congelan totalmente su cuerpo hasta que los signos vitales desaparecen, pero sin daños en sus células ni tejidos. Así es como viven hasta los cinco años.


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