Moco en las heces de los perros: causas y tratamientos

Aunque el moco en las heces de los perros es muy común y necesario, si se produce en cantidades excesivas y se acompaña de diarrea, justifica un viaje al veterinario.
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 26 octubre, 2022

Primeramente, se debe tener en cuenta que el moco en las heces de los perros es un elemento necesario. De hecho, que las heces a menudo tengan moco es saludable. Por lo tanto, no debes preocuparte por ver una pequeña cantidad. Esto ayuda a lubricar las deposiciones del can y que salgan al exterior sin que tenga que realizar un esfuerzo excesivo.

De todas maneras, en algunos casos estas mucosidades están más presentes en las heces del canino de lo normal. Hay que preocuparse aún más si, por ejemplo, este signo se acompaña de cambios en la consistencia, sangre y dolor abdominal en el perro. Aquí te mostramos cuándo son las heces mucosas preocupantes y cómo actuar.

El moco es una sustancia que secreta la mucosa intestinal –similar al que produce el epitelio respiratorio– cuya función es mantener el revestimiento del colon lubricado y húmedo.

¿Cómo son las heces normales de los perros?

Para poder descubrir exceso de moco en las deposiciones de un can, primero hay que saber cómo son unas heces normales de un ejemplar sano. Te lo mostramos en la siguiente lista:

  • Color: debe ser marrón chocolate. Un tono rojo indica un sangrado intestinal, mientras que uno negro evidencia una hemorragia a nivel del estómago. El color verde también es normal de forma esporádica y suele deberse a que el can ha comido algo de hierba.
  • Forma: cilíndrica y alargada. Si el can defeca en forma de “bolitas” es posible que esté deshidratado o que tenga estreñimiento.
  • Consistencia: similar a la plastilina, es decir, sólida pero moldeable. Unas heces que son imposibles de coger y se deshacen solo con tocarlas indican una diarrea.
  • Composición: lisa y sin granulaciones. La presencia de puntos blancos en su superficie podría indicar que el can tiene parásitos intestinales. De todas maneras, este último valor varía mucho con la dieta.

Como puedes ver, unas heces normales no se caracterizan por la presencia de una película de moco muy evidente recubriéndolas. Es natural que estas se encuentren algo lubricadas, pero nunca en exceso. Acude al veterinario si notas cualquier desajuste en las deposiciones de tu perro.



Un perro con una caca.

¿De dónde proviene el moco de las heces?

El moco que se puede observar en algunas heces, es en realidad un tipo de lubricante transparente que facilita el tránsito intestinal. A dicho recubrimiento se le agregan otras sustancias similares que provienen de las glándulas anales, por lo que es normal, hasta cierto punto, que las deposiciones del can presenten moco.

Existen diferentes patologías y situaciones adversas que podrían incrementar la producción de este lubricante. En consecuencia, es posible observar que los canes producen heces con un aspecto más gelatinoso y con alguna alteración en el color o en la textura.

¿Qué causa el exceso de moco en las heces de los perros?

Es importante tener en cuenta que la presencia de una cantidad excesiva de moco en las heces de los perros puede ser un indicio de enfermedad. Como hemos dicho, el hallazgo es relevante si se acompaña de sangre o un cambio radical en la consistencia de las deposiciones de tu perro.

En estos casos, la recomendación es buscar atención médica veterinaria inmediata. Tu veterinario podrá identificar mejor la causa subyacente y recomendar un curso de tratamiento adecuado. A continuación, te mostramos algunas de las causas comunes de exceso de moco en las heces de los perros.

1. Infecciones intestinales

Una causa común es que patógenos –ya sean bacterias, virus y hongos– lleguen a infectar el sistema gastrointestinal (GI) canino. El sobrecrecimiento bacteriano (p. ej., Salmonella) puede ocurrir induciendo un desbalance en el microbioma intestinal canino.

La mayoría de los perros también desarrollarán diarrea, vómitos, pérdida de apetito u otros síntomas. Se necesitarán cuidados de apoyo y medicamentos que aborden la infección. También, un suplemento probiótico puede ayudar si viene indicado por un veterinario.

Los antibióticos son de utilidad, pero solo si la infección es de tipo bacteriano. En los víricos la única opción en muchos casos es el tratamiento de soporte. 

2. Parásitos

La tricuriasis, la giardiasis, las tenias y otros parásitos intestinales pueden causar moco en las heces. Estos agentes patógenos se instalan en las paredes del intestino del can, alimentándose de su sangre o de los nutrientes que recibe con la comida. Un examen fecal puede identificar el tipo de parásito presente y un desparasitante apropiado resolverá este problema.

En algunos casos, estos mismos agentes etiológicos podrían ocasionar la inflamación del colon y producir una colitis parasitaria. Esta patología suele cursar sin síntomas evidentes, pero la mascota tenderá a perder peso rápido y será susceptible a la deshidratación. Por ello, en cuanto aparecen las heces con moco, lo mejor es llevar al perro lo antes posible al veterinario.

La presencia de huevos o segmentos corporales (puntos blancos) en las heces del can confirman el diagnóstico.

Parásitos en el sistema digestivo en perros

3. Ingesta de cuerpo extraño

Cuando un perro come algo inusual, puede interrumpirse el tracto gastrointestinal y causar producción aumentada de moco en las heces. Los casos leves se resuelven con el tiempo. Los cuadros más graves, que se acompañan de vómitos y diarrea, pueden requerir cuidados de apoyo, antibióticos, terapia de fluidos y, a veces, cirugía para eliminar el material extraño.

4. Cambio en la dieta o reacción adversa a los alimentos

Un cambio brusco en la dieta puede provocar moco en las heces de los perros. En estos casos se recomienda regresar a la dieta original. Para realizar el cambio de alimentación se debe ofrecer de manera progresiva cantidades crecientes de la comida nueva mezclada con la vieja. Esto, por lo común, resolverá el problema.

Si los síntomas del perro persisten, la culpa puede ser una alergia o intolerancia alimentaria. En estos casos, puede ser necesario cambiar a una dieta hipoalergénica recetada por un veterinario.

5. Síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable (IBS por sus siglas en inglés) es una condición en la que parte del tracto digestivo del can se inflama de manera constante. Esto daña los tejidos de los segmentos implicados, lo que dificulta mucho la absorción de nutrientes y minerales. Es de curso crónico y no siempre tiene una cura concreta.

En este padecimiento se cree que el estrés es un factor importante para la aparición de los brotes. El tratamiento implica alivio del estrés, cambios en la dieta y medicamentos –por ejemplo, sulfasalazina– que disminuyen la gravedad de los síntomas del perro.

6. Cáncer

El cáncer en cualquier parte del tracto gastrointestinal, los tumores y los pólipos –como pólipos rectoanales– pueden causar moco en las heces. El tratamiento de estas condiciones suele incluir cirugía, quimioterapia, radiación o terapia paliativa. El pronóstico depende mucho de la naturaleza del tumor (si es neoplásico o benigno).

7. Otros trastornos inflamatorios

Otros trastornos diferentes al síndrome del intestino irritable pueden causar moco en las heces que, por lo común, se acompañan de vómitos o diarrea. El tratamiento con medicamentos inmunosupresores y los cambios en la dieta a menudo reducirán los síntomas de un perro.

Los fármacos inmunosupresores son un arma de doble filo: al deprimir el sistema inmunitario del can reducen la inflamación, pero también su eficacia para parar infecciones. 

8. Cambios en la microbiota intestinal

Al igual que en los humanos, los perros mantienen en su intestino una comunidad diversa de diferentes microorganismos que ayudan al proceso digestivo. La mayoría de estos son bacterias inofensivas que se mantienen en equilibrio y controladas. No obstante, cuando existe algún problema intestinal provocado por inflamación, alergias, cambios en la dieta o por estrés, es posible que generen cambios en la mucosidad.

9. Gastroenteritis hemorrágica

Cuando las heces de un perro contienen mucha sangre y moco (a menudo descrito como mermelada de frambuesa), la gastroenteritis hemorrágica puede ser la culpable. El tratamiento incluye cuidados de apoyo, medicamentos contra las náuseas, fluidoterapia y antibióticos.



Tratamientos generales para el moco en las heces de los perros

Aunque hemos citado algunos fármacos y medicamentos en cada caso, vemos de interés resumir todos los tratamientos efectivos para evitar la aparición del moco excesivo en las heces de tu can. Te los mostramos en la siguiente lista:

  • Antibióticos: solo se deben aplicar si se ha confirmado que la causa de las mucosidades es una infección bacteriana, como la provocada por Salmonella. 
  • Antihelmínticos: son los fármacos de elección para tratar las infecciones causadas por endoparásitos intestinales. Su acción es rápida y muy efectiva.
  • Cirugía: la cirugía puede ser necesaria si ha ocurrido una impactación, si el can se ha comido algo no digerible, si hay un tumor o si la bola de parásitos intestinales es demasiado grande.
  • Cambios en la dieta: es el tratamiento más común, pues en la mayoría de casos la presencia de moco en las heces del perro es producto de una indigestión o una intolerancia alimentaria.
  • Inmunosupresores: como hemos dicho, estos fármacos ayudan a reducir la inflamación del tracto gastrointestinal si la causa es inmunomediada. Por desgracia, no se puede abusar de ellos.

En este punto, es necesario destacar que solo un veterinario profesional podrá diagnosticar la condición que aqueja a tu can. Puedes ayudar a tu perro con probióticos y cambios preventivos en la dieta desde casa, pero casi siempre se hace urgente la visita al veterinario.

Sistema digestivo en perros

Como puedes ver, son muchas las causas por las que aparecen mocos en las heces de los perros. La mayoría de ellas son anecdóticas y leves, pero otras requieren un tratamiento extenso a largo plazo. Solo el veterinario podrá indicarte en qué punto patológico se encuentra tu canino.


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