Parvovirosis en perros: transmisión, síntomas y tratamiento

Parvovirosis en perros: transmisión, síntomas y tratamiento

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 diciembre, 2017

La parvovirosis es una de las infecciones más comunes y contagiosas que pueden afectar a los perros. Su porcentaje más alto de infección está en los cachorros, aunque también puede afectar a perros adultos, y en raras ocasiones a lobos o incluso a zorros. Aquí te contamos lo que hay que saber sobre esta enfermedad.

¿Qué es la parvovirosis?

perro durmiendo

La parvovirosis es una infección muy grave que afecta al aparato digestivo, los glóbulos rojos de la sangre y en cachorros (natos y nonatos) puede hasta dañar el músculo cardiaco. La enfermedad se transmite por el parvovirus canino, identificado en 1978 y si no se trata a tiempo, la infección puede acabar con la vida del animal en pocos días.

Existe una vacuna preventiva, pero incluso algunos perros vacunados pueden llegar a infectarse. Los cachorros son especialmente sensibles, ya que existe un periodo de sus vidas en el que la inmunidad natural de la leche materna desaparece y su propio sistema inmune todavía no se ha desarrollado del todo, por lo que el cachorro no puede combatir la enfermedad por sí mismo. Asimismo, puede darse el caso de que un perro vacunado de cachorro contraiga el virus siendo adulto, ya que la vacuna administrada de cachorro no tiene la misma eficacia en un perro adulto.

El virus de la parvovirosis es muy resistente a los desinfectantes y sobrevive durante mucho tiempo en condiciones hostiles de calor, frío, sequedad, humedad y puede contaminar las superficies de las perreras, albergues, collares, correas, recipientes, alimentos…

¿Cómo se transmite la parvovirosis?

El virus de la parvovirosis se transmite por contacto directo, los perros ingieren el virus que se encuentra por todas partes, ya que aunque primero aparezca en las heces de perros infectados, el virus permanece latente y puede ser transportado en las patas o el pelo de los perros, en los zapatos de los humanos, jaulas, etc. Los parques y zonas habituales para los perros son lugares con alto grado de contagio para esta enfermedad. El virus puede transmitirse también por vía intrauterina, si una perra infectada está preñada, los cachorros nacerán infectados.

Los perros que no hayan sido vacunados contra el parvovirus canino, tienen más probabilidad de ser infectados. En los cachorros el riesgo de infección aumenta entre el destete y los cuatro meses de edad, así que es importante que el cachorro no salga de casa hasta que haya completado el calendario de vacunación. Además, hay algunas razas, como el Rottweiler, el Doberman y el Labrador que son más susceptibles al parvovirus.

¿Qué síntomas tiene la parvovirosis?

temblor en los perros 2

Los signos visibles de la parvovirosis son diarrea severa (a menudo con sangre), vómitos, fiebre, pérdida de apetito, depresión, somnolencia y deshidratación. A causa de los vómitos y la diarrea, la deshidratación es muy rápida, por lo que la mayoría de las muertes ocurren durante las 48 a 72 horas posteriores al inicio de los síntomas. Además, los cachorros de menos de tres meses pueden sufrir una inflamación del corazón. En estos casos, la diarrea no aparece, por lo que no hay aviso externo y el cachorro puede morir en pocos minutos o en pocos días, ya que el daño cardíaco es muy grande.

Para determinar que un perro está infectado, se necesita un análisis de laboratorio, ya que los síntomas externos son muy parecidos a los de otras enfermedades. Sin embargo, si aparecen estos síntomas, se debe tratar la deshidratación inmediatamente, por lo que es muy importante llevar el perro al veterinario.

¿Cómo se trata la parvovirosis canina?

Desgraciadamente, no existe un tratamiento específico que combata la infección, pero sí que se puede estimular las defensas del perro para que sea el propio sistema inmunológico el que luche contra la enfermedad. El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, con la aparición de los primeros síntomas, y debe combatir la deshidratación, reemplazar la pérdida de líquidos y electrolitos. También se debe controlar la diarrea y los vómitos y prevenir las infecciones secundaras. El tratamiento es caro y no asegura la recuperación del animal, aunque siempre hay más posibilidades de que el can se recupere con el tratamiento que sin él.


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