Perros con Alzheimer: ¿Cuáles son los síntomas?

Perros con Alzheimer: ¿Cuáles son los síntomas?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 18 noviembre, 2017

Los expertos aseguran que la mitad de los canes mayores de 15 años son perros con Alzheimer canino, cuyos síntomas son la pérdida de oído, de visión y de memoria

Según esto, uno de cada dos perros mayores de 15 años tendría Alzheimer . El síndrome de disfunción cognitiva provoca que el can anciano se despiste, tenga pérdidas de memoria, se desoriente y en ocasiones no reconozca a su dueño.

Una vez que el can ha contraído esta enfermedad pierde vista, oído y su cerebro no funciona igual a causa de este tipo de demencia. Para ayudar al animal, es necesario conocer lo que es el Alzheimer canino, cuáles son sus síntomas y cómo atender con cariño y mimos especiales al perro que envejece.

Características de los perros con Alzheimer

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Se trata de una disfunción cognitiva que origina una serie de cambios de conducta detectados en el perro anciano, como resultado de un proceso degenerativo de su sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).

En palabras coloquiales, es como si el cerebro del animal fuese hacia atrás en lugar de evolucionar. Este deterioro puede ser un proceso doloroso para muchos dueños, ya que explica la pérdida de su capacidad de aprender e incluso la pérdida de memoria que sufren muchos perros ancianos.

Otras modificaciones están en cuanto a su comportamiento. Es normal que el animal necesite más tiempo para dormir, esté más gruñón y menos paciente con otros animales jóvenes o busque momentos para pasar en soledad de un modo tranquilo.

Síntomas en perros con Alzheimer

Entre las señales más características está la disminución de su actividad, una menor interacción con los propietarios y su desorientación.

El Alzheimer, unido al envejecimiento, provocará que incluso padezca algún tipo de cojera. Puede necesitar paseos al aire libre más cortos y en ocasiones ayuda para subir o bajar las escaleras y para montar en el coche. Los ojos y el oído del peludo amigo sufren también un deterioro considerable.

Un perro con el Alzheimer avanzado puede llegar a perder la orientación en su propia casa o arañar la puerta de una habitación porque no sabe dónde está. La merma de su memoria explica que en ocasiones no reconozca a su dueño o que no responda cuando este le llama. También puede tener conductas anormales en él hasta entonces, como realizar sus necesidades en casa, así como perder el apetito.

El envejecimiento en el perro

Está considerado que un pero empieza la vejez a los seis o siete años. Su vida es más corta que la humana, de manera que, cuando cumple siete años, empieza a ser un can anciano. Lo mismo que su cuerpo, el cerebro también envejece. Sin embargo, no todos los perros se hacen ancianos a la misma edad.

Normalmente, el can suele mostrarse un poco más gruñón durante su vejez. Esto es una consecuencia lógica del deterioro de sus capacidades físicas y mentales. Es necesario que el  cariño y los mimos del dueño le compensen durante esta etapa.

En la vejez el perro aprecia más la serenidad. Aunque siempre ha necesitado estar cómodo en casa, en la vejez lo necesita más. Un lugar tranquilo y caliente donde encontrarse confortable. Sin embargo, el hecho de que necesite más calma no significa que disfrute de estar solo. Necesitará más cariño y compañía que nunca.

En los casos en que la separación de los dueños sea larga, como es el supuesto de un viaje, la situación será peor para el can. Lo normal es que el distanciamiento le provoque estrés o incluso le agrave alguna enfermedad que ya tenga.

Otros síntomas de los perros con Alzheimer y el envejecimiento

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  • Desorientación en lugares que conoce por su día a día.
  • Una peor habilidad para esquivar objetos. Es normal que el animal se quede parado ante una puerta o la pared.
  • Alteraciones de interacción social. Con los propietarios y con otros perros.
  • Alteración de los ciclos del sueño. El animal suele deambular por la noche y dormir por el día.
  • Se pierden hábitos que ya estaban aprendidos como es el caso de volver a orinar o hacer sus necesidades dentro de casa, incluso poco después de venir de su paseo. En estos supuestos es conveniente descartar otras enfermedades relacionadas con la edad que puedan agravar el proceso.
  • No reconocen a sus dueños ni a las personas de su entorno habitual.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.