Perros de caza, esas víctimas silenciosas

¿Quién protege a los perros destinados a la caza? Ahora gozan de protección para garantizar su bienestar.
Perros de caza, esas víctimas silenciosas

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 21 julio, 2022

Aunque las legislaciones avancen en distintos países, son muchos los animales que continúan sufriendo diversos tipos de maltrato. Y los perros de caza se encuentran entre los más afectados.

Pese a la labor de diversas agrupaciones proteccionistas, estas verdaderas víctimas silenciosas suelen sufrir una muerte prematura y violenta. Te invitamos a conocer más detalles sobre la situación de los canes utilizados para la cacería en España.

Vamos a presentar hechos desagradables, leed con discreción.

Una historia antigua y repudiable

El hombre ha utilizado al perro para la caza desde tiempos inmemoriales. Se estima que, incluso antes de la domesticación, es posible que humanos y canes ya cazaran juntos.

A lo largo de los años, las técnicas de cacería se fueron perfeccionando. También fueron surgiendo, por selección del hombre, distintas razas destinadas a este objetivo. Muchas de ellas, ahora son mascotas.

Originalmente, la caza tenía fines de subsistencia. Pero, en algún momento, se tornó espectáculo o deporte. Es entonces cuando empezaron los grandes problemas para los canes utilizados para estos menesteres. Y los estragos de los malos tratos proporcionados a estos animales nos persiguen hasta hoy.

Verdaderas víctimas silenciosas

Que se exploten las habilidades de caza de los perros para beneficio propio puede sonar repugnante para muchos. El horror se multiplica cuando se conocen los detalles sobre el trato que reciben estos seres. Hay canes que se crían con el solo propósito de servir a un mercado millonario.

Perro con su presa

Los animales usados para esta actividad son los que más sufren el maltrato y el abandono. Y si bien las protectoras hacen un gran trabajo dando a conocer esa realidad, la mayoría de las veces no es suficiente.

La gente sin escrúpulos utiliza perros de caza intentando que no supongan un gasto excesivo. Cuando ya no les resultan útiles, los deshecha como si fuesen objetos. A pesar de que son peludos fieles, les dan la patada.

El hombre cruel con los animales lo será también con los mismos hombres. La crueldad es siempre una cosa misma, aun cuando cambie su objeto.
-Blas Infante-

Perros de caza maltratados desde su nacimiento

La pesadilla de estos animales empieza desde su nacimiento. Son hacinados en las jaulas de los criaderos. Viven en condiciones higiénicas y sanitarias absolutamente deplorables. Además, tienen una alimentación deficiente. Las hembras son obligadas a parir de forma continua para así obtener más cachorros.

De cada camada, son elegidos solo los más aptos. Por lo general, se seleccionan uno o dos perritos de un total de cinco o seis. Os podéis imaginar lo que pasa con los pobres animalitos que no cumplen con las expectativas de estos “dueños”.

Son eliminados los canes que:

  • Muestran demasiada agresividad
  • No son lo suficientemente fuertes
  • No presentan capacidad predatoria

En la etapa de entrenamiento se busca conseguir la sumisión absoluta del animal al rehalero. La mayoría de las veces se logra a través de golpes y palizas. Los perros reciben castigos hasta que se someten a sus amos sin cuestionarlos.

Horrores en las temporada de caza

Durante el desarrollo de las distintas modalidades de cacería, continúa el padecimiento. Los malos tratos para los canes van a peor en esa época:

  • Sufren heridas mortales que solo serán atendidas si el perro presenta buenas dotes de cazador. En caso contrario, se los remata o se los abandona.
  • Muchos se despistan y se pierden. Y solo son buscados si “merecen la pena”, según el criterio del rehalero. El resto morirá de hambre o por un disparo del guarda del coto.
  • Otros terminarán atropellados en alguna carretera. Pues no suelen tener experiencia con los vehículos.
  • Los perros no son de “usar y tirar”, por lo que finalizada su “utilidad”, se desechan.


Los perros no son de “usar y tirar”

Todo esto sucede, en parte, porque los cazadores quedan impunes. Los perros se consideran una propiedad y hasta hace muy poco tiempo, no habían sanciones severas y sobre todo concretas por casos de maltrato a los animales que son usados para estos fines. Tampoco deberían hacer falta para evitar estos atroces comportamientos. Con concienciación, la gente tendría que abandonar estas prácticas tan perversas.

Galgo siendo acariciado

Por ejemplo, u na modalidad que se utilizaba, era quitarse de encima los perros que ya no resultarán útiles para próximas cacerías. Entonces, el final de temporada es casi peor que la época de caza. Las formas para hacerlo eran el abandono o el sacrificio.

Solo algunos animales tenían la fortuna de ser entregados en los centros de recogida. Y otros eran rescatados por asociaciones protectoras. De estos, una minoría eran adoptados. Otros, sinduda, corrían el riesgo de ser sacrificados si nadie los adoptaba en poco tiempo.

Derecho al buen trato de los perros de caza

Distintas agrupaciones que defienden los derechos de los animales han presionado a las autoridades para incluir a estos animales en la lista de animales protegidos. Y con todo esto, fue posible un gran avance. En principio, la Ley de Protección y Bienestar Animal solo involucraba a mascotas, pero ahora ha incluido a perros de caza y de pastoreo. Lo que significó un gran cambio para el bienestar de estos seres.

La nueva norma, que ya fue aprobada por el Consejo de Ministros, busca no solo que los canes tengan el mismo trato de respeto y cuidado que las mascotas, sino que también cesen las prácticas relacionadas con el abandono y sacrificio de las especies destinadas a la caza. Para lograrlo, cuentan con un sistema de registro para localizar tanto a animales, como a sus dueños.

Por fortuna es un gran paso en España. Esperamos que se repita en más lugares del mundo. Les debemos un trato justo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.