¿Por qué los perros gigantes tienen una vida más corta?

El metabolismo y la elevada tasa de crecimiento de estos perros repercuten negativamente a nivel cromosómico

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 10 noviembre, 2019

Recientes estudios fundamentan la corta longevidad de los perros gigantes en un envejecimiento más acelerado que el de sus congéneres de raza pequeña.

La calificación de una raza como gigante implica una combinación de gran altura y volumen, salvo excepciones como la del perro lobo irlandés, que presenta una mayor delgadez. Todos estos perros se caracterizan por tener un peso superior a los 40 kilogramos y una esperanza de vida media de siete u ocho años.

Aparentemente, si se observa la duración de los ciclos de vida de los mamíferos, podría pensarse que los perros gigantes deberían vivir más. De hecho, mientras la longevidad de las ballenas o los elefantes supera la centena, un ratón apenas vive dos años.

Sin embargo, si el análisis se focaliza en una especie mamífera concreta, se obtiene una tendencia opuesta, con los individuos pequeños como los más longevos.

Envejecimiento precoz de los perros gigantes

Partiendo de que un perro de tamaño medio tiene una esperanza de vida de unos 13 años, un grupo de investigadores de la universidad alemana de Gotinga intentó explicar el bajo promedio esperado para un mastín o un dogo alemán.

Para ello, analizaron los datos proporcionados por hospitales veterinarios, por los que se valoraron más de 56  000 perros de 74 razas diferentes. Sus conclusiones, publicadas en la revista científica American Naturalist, giraron en torno a un envejecimiento acelerado. De esta forma, cuando un can de grandes dimensiones fallece con solo siete años, no es que haya muerto joven, sino que a esa edad ya había alcanzado la vejez.

Además, a través del cálculo estadístico encontraron un patrón sobre el efecto de la masa corporal en la reducción de la esperanza de vida. Así, afirmaron que por cada dos kilogramos de masa se vivía un mes menos.

No obstante, a la hora de interpretar el estudio alemán, se puede ver que sus datos parten de un análisis observacional, pero no explica la razón fisiológica de tal envejecimiento. Dicho aspecto fue el que trató de abordar el estudio liderado por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim, en Noruega.

Longevidad a nivel cromosómico

El equipo noruego, dirigido por el biólogo Thor Harald Ringsby, publicó sus resultados en la revista científica Proceedings of the Royal Society, centrándose en el factor genético, a nivel cromosómico.

Concretamente, los investigadores analizaron la longitud de los telómeros de los perros gigantes. Estos telómeros son las porciones más distales de los cromosomas y tienen la particularidad de reducirse con el tiempo, durante las divisiones celulares. Se ha demostrado que el tamaño de estas regiones es muy pequeño en situaciones de envejecimiento o de enfermedades como el cáncer.

El experimento concluyó que el metabolismo de los perros grandes y su alta demanda energética para crecer conllevan una rápida división celular, con el deterioro telomérico correspondiente.

De esta forma, el primer indicio de envejecimiento en los perros gigantes ocurre a nivel celular. Esto sucede porque cuando los telómeros llegan a un tamaño crítico, las células ven alterada su capacidad de división y pueden, incluso, morir.

Aunque el deterioro genético está determinado de forma natural y todavía no hay forma de alterarlo, los dueños sí pueden influir en la longevidad. Llevar a cabo unos hábitos de vida saludables, con la nutrición, el afecto y el ejercicio necesarios, siempre tenderá a mejorar la calidad y la esperanza de vida del can.