¿Los perros pueden tener dolores de cabeza?

Los perros sienten dolor y comparten con nosotros enfermedades que tienen como síntoma el dolor de cabeza

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 14 diciembre, 2019

Aunque sea difícil comprobar que un can sufra migrañas, los animales comparten con nosotros muchas afecciones y entre ellas están que los perros pueden tener dolores de cabeza, que pueden ser síntoma de varias patologías.

Un perro no puede decirnos que le duele la cabeza, pero sí siente dolor. Podemos observar su comportamiento en busca de señales de dolor o malestar para saber si puede tener relación con su cabeza.

Si has observado repetidamente señales que se correspondan a un dolor de cabeza, lo más acertado es ir al veterinario para hallar qué está provocando este dolor en tu mascota.

¿Los perros pueden tener dolores de cabeza como los humanos?

Se piensa que al igual que los perros –y otros animales– padecen las mismas enfermedades que los humanos, que causan dolor de cabeza, los canes también pueden sufrirlo.

Cuando nos duele la cabeza, presentamos otros síntomas aparte del dolor. Estos signos parecen presentarse también en perros:

• Fotofobia y fonofobia. Sensibilidad a las luces y sonidos.
• Entrecierran los ojos.
• Se muestran silenciosos.
• Hiperreactividad. Reaccionan de forma exagerada cuando los tocas, especialmente en la cabeza o en el cuello.
• Están más irritables y asustadizos.
• Sacuden mucho la cabeza y la mantienen baja. Pueden pegar la cabeza a una pared como queriendo aliviar la presión.
• Se esconden.
• Pueden vomitar.
• Apatía.
• Movimientos poco coordinados o torpes.

El dolor es algo más subjetivo. Depende de cada individuo, pero en cada especie animal existen ciertos comportamientos (posturas, gestos, sonidos…) que indican dolor. Seguro que si convives durante mucho tiempo con un animal puedes identificar cuándo sufre dolor.

Patologías que causan este síntoma

Ciertas patologías y enfermedades cursan con cefaleas o síntomas similares, lo que no significa necesariamente que, si crees que a tu perro le duele la cabeza, este pueda estar padeciendo algunos de estos problemas:

• Encefalitis. Es la inflamación del cerebro y se debe a una infección; puede estar provocada por bacterias, virus o ciertos protozoos.
• Meningoencefalitis granulomatosa. Es una enfermedad inflamatoria autoinmune que afecta al sistema nervioso central y puede ser mortal.
• Tumores cerebrales.
• Infecciones sinusales.
• Glaucoma.
• Epilepsia.

Estas enfermedades pueden provocar dolores de cabeza más o menos regulares, pero también se cree en la posibilidad de sufrir pequeños dolores de cabeza o migrañas asociados a estrés, tirones del collar, golpes en la cabeza o cuello, alergias, cambios hormonales, ayunos prolongados, actividad física intensa, golpe de calor, problemas dentales, óseos…

Si sospechas de dolores de cabeza, acude al veterinario

Como has visto, el dolor de cabeza puede esconder patologías muy graves, así que lo más recomendable es que si llevas un tiempo observando signos aparentes de dolor de cabeza acudas al veterinario para practicarle un examen exhaustivo a tu perro.

En el veterinario pueden hacer varias pruebas para descartar enfermedades: tests rápidos, analíticas sanguíneas, radiografías para descartar lesiones o un examen neurológico, entre otras.

Es muy útil poder aportar información relacionada con el dolor de cabeza para que el veterinario pueda sacar un diagnóstico fiable. Por ejemplo: ¿cuándo empezaron los síntomas? ¿Con qué frecuencia el perro presenta dolor de cabeza? ¿Ha sufrido un golpe recientemente?

Si el origen del dolor de cabeza está en una enfermedad, lo mejor es tratarla cuanto antes. Si, por el contrario, no es producto de ninguna enfermedad, sino algo ambiental o un trauma, averiguar la causa eliminará el síntoma.

A veces los desencadenantes del dolor de cabeza son ambientales: alimentos, químicos, fuentes de estrés… y basta con dar con ellos y eliminarlos para que el dolor desaparezca.

Los perros pueden tener dolores de cabeza, aunque no sean tan evidentes como en humanos. Si sospechas de esto, lo mejor es que actúes rápidamente antes de que el problema se agrave.