La píldora anticonceptiva en los anfibios, un efecto devastador

El efecto devastador de la píldora anticonceptiva en anfibios es un gran desconocido. En este artículo te explicamos a qué se debe y qué impacto tiene.
La píldora anticonceptiva en los anfibios, un efecto devastador
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 08 febrero, 2022

Conociendo las consecuencias del uso de la píldora anticonceptiva en anfibios, en febrero de 2019 la Agencia Europea del Medicamento pidió que se advirtiese de las consecuencias medioambientales de estos fármacos, dado el nivel de filtrado de hormonas a los ríos.

La píldora anticonceptiva y su efecto devastador en los ecosistemas

Pese a su larga lista de efectos secundarios, la píldora anticonceptiva no solo sigue en el mercado, sino que su uso se ha triplicado entre las jóvenes españolas durante los cuatro últimos años. Lo que no aparece en ningún prospecto son los peligros que involucran las hormonas para los ecosistemas y los ríos en los que se vierten las aguas residuales.

La píldora es un método anticonceptivo hormonal que se utiliza por varias razones, generalmente médicas, como el ovario políquístico o el acné juvenil.

Las evaluaciones sobre los anticonceptivos hormonales olvidan el impacto medioambiental que generan y no llegan a cuantificar los daños que producen en los ecosistemas acuáticos. Ante esta situación, en los últimos años se ha gestado un movimiento que trata de encontrar alternativas ecológicas y sostenibles a los métodos anticonceptivos actuales.

Es lo que el ginecólogo del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, Luis Ignacio Lete Lasa, describe como ‘green contraception’.

La píldora anticonceptiva en los anfibios, un efecto devastador

Impacto en las poblaciones de anfibios

La presencia de estas hormonas en el agua, junto con otros químicos, acaban creando deformidades en los anfibios, uno de los grupos animales más maltratados del mundo.

En 2004, un estudio llamado “Evaluación de la contaminación del río por compuestos estrogénicos en el área de París”,alertaba de que entre el 35 y el 50 % del estrógeno que contenía el agua provenía de las píldoras anticonceptivas, ya que esta hormona es muy difícil de filtrar del agua potable.

La píldora anticonceptiva está cambiando el sexo de ranas y sapos. Puede sonar extraño, pero el impacto que tienen los estrógenos en la fauna es realmente importante, y lo más curioso es que hasta ahora había pasado desapercibido.

El componente activo de muchas de las píldoras que se emplean es el 17-α-etinilestradiol, conocido como EE2. Cuando las mujeres toman esta sustancia, absorben una parte, pero otra se excreta por la orina, terminando en las depuradoras. El problema está en que los sistemas de depuración no terminan con ella y, cuando las aguas ‘limpias’ salen de estas plantas hacia los ríos, también lo hace la EE2.

Es en los ríos donde los anfibios entran en contacto con estas hormonas femeninas sintéticas. Y, desgraciadamente, son muy similares a las hormonas femeninas de todos los vertebrados, incluidas las suyas. Por lo tanto, actúan sobre la biología de estos animales.

¿En qué momento el impacto de la píldora anticonceptiva en los anfibios es más devastador?

En el caso de los anfibios, todos los renacuajos empiezan desarrollando el mismo sexo. Y solo a partir de determinado momento, la proporción de hormonas femeninas y masculinas hacen que el cuerpo se ‘decante’ hacia uno u otro sexo.

Huevos por no usar píldora anticonceptiva en anfibios

¿Pero qué pasa si los renacuajos se bañan en aguas contaminadas con estrógenos? Que algunos individuos –más o menos, dependiendo de la cantidad de EE2 y de la especie– se feminizan.

Es decir, son machos, al menos genéticamente, pero se desarrollan como hembras, en algunos casos funcionales, lo que significa que producen óvulos. Pero en la mayoría de casos se convierten en hembras estériles, incapaces de reproducirse.

El efecto que esto tiene sobre las poblaciones es fulminante. De manera natural, cada especie mantiene una proporción de sexos. Por cada macho hay cierto número de hembras, la proporción óptima para la especie.

La feminización de un porcentaje importante de individuos puede suponer un cambio demasiado marcado para que la población se mantenga fuera de peligro o, incluso, sobreviva.


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