¿Por qué mi perro se come sus heces?

Reprimir un mal comportamiento no solo no evita su práctica, sino que puede incluso reforzarla
¿Por qué mi perro se come sus heces?
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 30 septiembre, 2019

Muchos dueños tienden al enojo cuando un perro se come sus heces. Sin embargo, estos han de saber que no se trata de un comportamiento arbitrario, y es que puede haber incluso razones médicas que lo respalden.

A pesar de que parezca un hábito antihigiénico, la ingesta de excrementos puede ser incluso beneficiosa. De hecho, veterinarios y etólogos concluyen que es una conducta motivada por diversos factores, tan variados entre ellos como la deficiencia enzimática o el mero aburrimiento.

Por ello, si ves que tu perro se come sus heces, no debes alarmarte, salvo que se convierta en una pauta general o venga acompañado de síntomas o comportamientos anteriormente no observados.

Razones médicas por las que un perro se come sus heces

  • Deficiencia enzimática. En ocasiones, los perros dejan de producir las enzimas necesarias para asimilar los nutrientes, ya sea por una dieta incompleta o por otra patología. De hecho, los antiguos perros cazadores que comían presas enteras tenían mayor balance nutricional. Así, si a la ingesta de excrementos se le suma el aumento de apetito, puede que sea necesario incorporar algún tipo de suplemento alimenticio.
  • Presencia de parásitos. Al igual que en el caso anterior, un perro con gusanos intestinales tendrá una mala absorción de nutrientes, lo que incrementará sus ganas de comer. Observar el estado de las heces o realizar el correspondiente análisis fecal es fundamental para descartar su existencia.
Análisis de heces de perros
  • Insuficiencia pancreática exocrina. Afección también conocida con el acrónimo EPI, consiste en una insuficiencia parcial o completa de la actividad enzimática del páncreas. En este caso, el perro no solo se come sus heces, sino que sufre una importante pérdida de peso, tiene diarrea y la consecuente debilidad.
  • Estrés. Este factor se ha visto sobre todo en aquellos perros encerrados en perreras, cuya ansiedad les lleva a comerse incluso sus propios excrementos incluso estando bien alimentados.
  • Otras enfermedades. Todas aquellas patologías que lleven a una mala absorción intestinal o a un aumento de apetito pueden llevar a esta conducta alimentaria. Ejemplos de ello son la diabetes, la disfunción tiroidea o el síndrome de Cushing.

Otros motivos que llevan a la ingesta de heces

  • Aburrimiento y búsqueda de atención. Si un perro está solo mucho rato, o aun estando con su dueño se siente ignorado, puede optar por comportamientos que se salgan de lo rutinario. Además, si el animal sabe que haciendo algo determinado y que su dueño va a reparar en él, aunque sea con una reprimenda, este lo hará.
Perro mordiendo papel higiénico
  • Por instinto. La mayoría de las veces, cuando un perro se come sus heces o incluso las de otro animal, puede ser simplemente porque se siente atraído por el olor. Cuando son ajenas, suelen limitarse a olisquearlas, pero en algunos perros la curiosidad puede llegar a la ingesta, a pesar de los esfuerzos de los amos.
  • Más habitual en cachorros. En los primeros meses o años, los perros son más juguetones o inquietos y, por ello, son los más tendentes a buscar la atención de sus dueños. Además, los cachorros que han sido criados en espacios limitados con escasez de alimento y en presencia de sus heces, como ocurre en las tiendas de animales, serán más propensos a ingerirlas.
  • Otras razones fuera del ámbito médico pueden ser el tratar de ocultar las evidencias de una defecación accidental en el hogar o por un mal entrenamiento higiénico.

Los perros son de las mascotas más sociables en cuanto a su convivencia con los humanos; sin embargo, aun estando en un ámbito doméstico, algunos tienen más dificultad que otros para controlar sus instintos. Conocer a fondo a nuestra mascota es esencial, pues llevar a cabo castigos precipitados no va a corregir una mala conducta; incluso pueden fomentarla.


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