Principales comportamientos del perro después de la castración

La castración no solucionará los posibles problemas conductuales en tu mascota. Aunque ciertas conductas podrán disminuir.
Principales comportamientos del perro después de la castración
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 13 marzo, 2020

Aunque sea levemente, el comportamiento del perro después de la castración cambia, en mayor o menor medida. Tanto los machos como las hembras, pueden mostrar cambios puntuales en su conducta o bien, extendidos en el tiempo.

La castración consiste en la extirpación de las gónadas en los animales, solo testículos en machos y ovarios y útero en las hembras. Las gónadas, además de cumplir la función de generación de células sexuales, también liberan hormonas. Estas hormonas tienen distintas funciones en el organismo, una de ellas es la del desarrollo de la conducta sexual, como la búsqueda de pareja o el cuidado parental.

El dolor en el perro después de la castración

El primer cambio que observamos en un perro tras la castración es la conducta asociada al dolor. Dependiendo del protocolo anestésico que use el veterinario, cuando el can se despierte de la anestesia, sentirá más o menos dolor. Esto es muy importante, ya que, además de ser un trauma físico, el perro puede desarrollar ciertos miedos. Por ejemplo, que no nos deje tocarlo, intente mordernos, etc. Suelen ser conductas que desaparecen.

Por otro lado, habitualmente, los veterinarios suelen recomendar el uso del collar isabelino para evitar que el perro pueda acceder a la herida quirúrgica. Esto es un estímulo aversivo extra para el perro, que si no tiene un buen manejo de sus emociones podría suponer todo un reto para él.

Perro triste con collar veterinario.

Las hormonas sexuales en perros

Para comprender los efectos que la supresión de la liberación de hormonas sexuales, debido a la castración, tiene sobre el comportamiento, primero debemos conocer el eje hipotálamo-hipófisis-gónada.

El hipotálamo sintetiza y libera la hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH). Esta, actúa sobre la hipófisis y provoca que libere gonadotrofinas, hormona luteinizante (LH) y hormona folículo estimulante (FSH). La acción de estas dos últimas, se lleva a cabo, principalmente, en las gónadas –testículos u ovarios– y causan la liberación de testosterona en machos y progesterona y estrógenos en hembras. Además, LH y FSH tienen como función estimular la producción de espermatozoides y ovocitos .

La testosterona tiene múltiples efectos sobre el organismo, sobre todo durante el desarrollo embriológico y la pubertad:

  • Está implicada en la respuesta sexual femenina.
  • Puede estar relacionada con el juego de los cachorros, que es más agresivo en machos.
  • En la pubertad, potencia el desarrollo de los músculos, huesos, los riñones y la laringe.
  • Durante el crecimiento del embrión, masculiniza las estructuras cerebrales y los núcleos neuronales que más tarde darán lugar al comportamiento masculino. La ausencia de testosterona en hembras durante el periodo perinatal, desarrolla su sistema nervioso central femenino.
  • Estimula la conducta de marcaje, la agresividad y la defensa del territorio.
Perro poodle orinando parque.

Por otro lado, las hormonas femeninas, actúan de la siguiente manera:

  • Los estrógenos incrementan la actividad general de la perra, se mueve más, vocaliza y tiende a orinar de forma más frecuente.
  • Durante una fase del celo, cuando los estrógenos son más abundantes, algunas perras pueden orinar en postura de macho y son receptivas a la cópula.
  • Los altos niveles de progesterona tras el celo, preparan a la hembra para el desarrollo de las crías. No obstante, si no ha habido cópula, puede aparecer un embarazo fantasma.

Variaciones conductuales del perro tras la castración

Cuando se realiza la extirpación de las gónadas, la concentración de las hormonas sexuales descienden, pero no de forma abrupta. El comportamiento de monta solo se reduce en un 50 % de los machos, pasados 15 días tras la castración. La conducta que más se ve reducida, un 80 %, es la búsqueda de hembras.

En hembras puede descender el comportamiento ligado a la protección o los celos. Además, en algunos casos, aparece un embarazo psicológico tras la esterilización.

Es importante saber que los problemas de conductas, como la agresividad hacia otros animales o personas, mala gestión del miedo o la ansiedad por separación, no desaparecen. Esto se debe a que las hormonas implicadas no son las hormonas sexuales, sino el cortisol, la dopamina o la serotonina.

Prácticamente, ningún problema de conducta se soluciona con la castración, sino con mucho trabajo, dedicación y cariño hacia el animal. No obstante, sí sirve para prevenir o evitar ciertas enfermedades, tanto en machos como hembras, como son los tumores.


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