¿Qué es una generación animal?

¿Qué efectos tiene una nueva generación animal para la población? ¿cómo pueden verse afectadas las especies por la endogamia en cada generación?
¿Qué es una generación animal?
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 18 septiembre, 2020

Los seres vivos se definen por tres funciones claves: la nutrición, la relación y la reproducción. Un organismo vivo necesita nutrirse para desarrollarse y mantenerse, requiere relacionarse con otros individuos y con su medio y, además, debe reproducirse y dejar descendencia.

En este punto, lo que conocemos como generación animal es el ser o conjunto de seres que aparecen en una población tras la reproducción de sus padres. Aunque pueda parecer relativamente sencillo, cada nueva generación animal deberá enfrentar grandes desafíos, puede que distintos a los que se vieron sometidos sus progenitores.

De este modo, la genética donada por sus padres que, a su vez proviene de muchas generaciones anteriores, son clave para la subsistencia. ¿Quieres saber todo lo que puede abarcar una generación animal? Continúa leyendo.

Alelos dominantes y alelos recesivos

Cuando dos animales se aparean y producen descendencia, se espera que esta lleve la mitad de la carga genética de su madre y la otra mitad de su padre, por lo que el resultado será un individuo mezcla entre los dos. No obstante, muchas veces se observa que la descendencia se parece más a un progenitor que a otro, ¿por qué ocurre esto?

Dentro del ADN encontramos alelos dominantes y alelos recesivos. Estos alelos son las distintas alternativas de un gen. Una generación animal puede mostrar unos caracteres físicos que no tienen nada que ver con el de sus progenitores. 

Por ejemplo, imagina una pareja de conejos negros que tiene como descendientes conejos blancos, ¿qué ha podido ocurrir aquí? Pues bien, puede que el gen que codifica el color negro en los conejos sea un alelo dominante. Si dentro del gen del color del pelo los padre tenían un alelo dominante y otro recesivo, es el color negro el que aparecerá. 

Al reproducirse, los gametos (óvulos y espermatozoides) solo llevaban consigo el alelo recesivo, por lo que los conejos descendientes no tenían más opción que ser blancos. 

Conejos blancos y negros.

Ahora imagina que todos los progenitores negros desaparecen. Por la razón que sea, se perdería esa información genética y solo quedarían los conejos blancos. Por desgracia, el pelaje blanco no es el más óptimo a menos que vivas en la nieve. Este ejemplo sirve para explicar, a grandes pinceladas, cómo afecta la pérdida genética a cada generación animal.

Generación animal, endogamia y especies en peligro de extinción

La diversidad genética es clave para que las especies puedan sobrevivir como tal. Así pues, cuando una población de individuos ve mermada su diversidad de alelos tiene una mayor probabilidad de desaparecer.

El número de alelos que están presentes en una población es una medida de la diversidad genética. Cuantos más alelos estén presentes, mayor será la diversidad genética.

La frecuencia con la que se producen estos alelos en la población también influye en el tamaño de la diversidad genética, pues pequeñas mutaciones espontáneas pueden aumentar la variedad de alelos en el tiempo.

Con cada generación animal esta diversidad genética puede aumentar, y si se extrapola al tiempo evolutivo, es una de las razones por las que aparecen nuevas especies en el planeta. 

Causas de la endogamia

Una de las razones por la que los animales entran en la lista de especies en peligro de extinción es la endogamia. Aunque, en realidad, son la deforestación, la pérdida de los hábitats, la fragmentación o la caza indiscriminada las que provoca un aislamiento de las poblaciones y, como consecuencia, la endogamia.

Existen dos tipos de endogamia, una aleatoria o no intencionada y otra a propósito. En la primera, el apareamiento intencional de animales estrechamente relacionados, como hermanos o paredes e hijos, da lugar a una pérdida brutal de la diversidad genética, así como la aparición de enfermedades genéticas o menor resistencia a los patógenos.

Este tipo de endogamia es la que se produce entre la fauna silvestre cuando el número de individuos se ha visto extremadamente reducido debido a la falta de lugares para vivir. Del mismo modo, ocurre en aquellos animales que han quedado aislados como consecuencia de la fragmentación. Estas poblaciones están destinadas a desaparecer.

Por otro lado, encontramos la endogamia aleatoria causada por la deriva genética. La deriva genética o génica es una fuerza evolutiva que, junto a la selección natural, provoca cambios en las frecuencia de los alelos a lo largo del tiempo evolutivo.

Cuando una especie tiene una baja frecuencia alélica y todos sus alelos son los mismos para un gen, cualquier perturbación en el medio puede causar su desaparición. Esta es la razón por la que algunas especies desaparecen más rápido que otras cuando el ser humano quebranta cualquier aspecto de su ecosistema.

Estrategias para evitar la endogamia con cada generación animal

En la naturaleza, dentro de los ecosistemas bien equilibrados, cada especie tienen sus propias estrategias para evitar la endogamia y así aumentar la variedad genética en cada generación.

En algunos grupos animales, como ocurre por ejemplo en los leones, existe una jerarquía matrilineal. En ella, las hembras de cada generación suelen quedarse dentro del grupo pero los machos se van.

Cada cierto tiempo, un nuevo macho llega y realiza un infanticidio para que las hembras entren en celo. Por monstruoso que pueda parecer, con esta conducta la población se asegura una nueva carga genética que fortalecerá a la especie.

En otros casos, los movimientos dispersivos de la prole para alejarse de sus progenitores y poder crear nuevas parejas son clave para evitar la endogamia. Las grandes migraciones son otro buen ejemplo de movimiento dispersivo en masa y a grandes distancias.

Al final, grandes grupos de individuos, muy diferentes genéticamente los unos de los otros, se reunirán para buscar pareja y reproducirse.

Modelo 3D de una hebra de ADN.

La destrucción del hábitat hace que los territorios establecidos por muchas especies se vean reducidos. Además, la posibilidad de encontrar nuevos lugares donde establecerse y poder así crear una nueva generación animal muy diversa genéticamente casi desaparece.

La desaparición de las especies no está regida por una única causa. No es la caza indiscriminada la que acaba con las especies, sino la falta de un lugar para vivir y el hecho de verse obligados a reproducirse con individuos estrechamente relacionados lo que hace que las especies desaparezcan.


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