¿Qué hacer con un pez enfermo?

Cuando tenemos un acuario en casa es fundamental dar a los peces los cuidados que necesitan; uno de los aspectos más importantes es el de saber localizar al pez enfermo y separarlo de los demás
¿Qué hacer con un pez enfermo?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 12 agosto, 2019

Al decidir tener un acuario en casa será esencial conocer las necesidades de las especies que decides criar para preservar la buena salud de tus peces. Pero también resulta importante conocer los principales síntomas de enfermedades en los peces y qué hacer con un pez enfermo.

A continuación, te ayudaremos a diferenciar un pez sano de un pez enfermo, y te mostraremos los pasos que hay que seguir en caso de detectar un pez enfermo en tu acuario.

¿Cómo diferenciar un pez sano de un pez enfermo?

Para los propietarios novatos puede resultar particularmente difícil diferenciar un pez sano de un pez enfermo. No obstante, si observamos el comportamiento de los peces, podemos identificar algunos signos que indican la presencia de algún desequilibrio en su organismo.

Diferencias entre un pez sano y un pez enfermo

Cuando un pez está sano, presentará signos evidentes de un metabolismo y un comportamiento estable. A su vez, un pez enfermo mostrará algunos desequilibrios o alteraciones tanto en su aspecto como en su conducta. En el día a día de tu acuario estos son los principales aspectos que permiten diferenciar un pez sano de un pez enfermo:

1. Alteraciones de forma y aspecto en su cuerpo

Un pez sano presenta un cuerpo bien proporcionado, con las características físicas propias de su especie. Al contrario, en un pez enfermo se pueden observar algunas alteraciones en la forma y en el aspecto de su cuerpo. Entre las deformaciones más comunes asociadas a las enfermedades en los peces está la hinchazón abdominal y la delgadez excesiva.

Peces enfermos

2. Movimientos al nadar

Cuando están sanos, los peces nadan mediante movimientos coordinados y equilibrados. Además, se limitan a moverse en la franja de natación donde habitualmente se desplazan los individuos de su especie. Un pez enfermo, por el contrario, puede presentar movimientos abruptos o descoordinados al nadar.

3. Brillo y aspecto de sus escamas

Las escamas de un pez sano son vivaces, y es que mantienen el color y el brillo inherentes a su especie. No deben observarse puntos, manchas, inflamaciones o mucosas excesivas en su piel y sus branquias.

Por otro lado, la pérdida de escamas es uno de los síntomas más evidentes de enfermedades en los peces. Además, un pez enfermo también puede sufrir alteraciones en su brillo y color o deformaciones de formato de sus escamas.

4. Reacciones a estímulos

Los peces son animales muy sensibles que suelen estar alerta a los estímulos y cambios en su entorno. Al percibir alguna alteración abrupta en su ambiente, un pez sano se escapará rápidamente.

Muchas enfermedades pueden afectar a la movilidad y a los sentidos de los peces. Un pez enfermo puede mostrar reacciones más lentas de lo habitual, o bien tener dificultad para percibir los cambios en su entorno.

5. Apetito

Un pez sano tiene un apetito equilibrado y no demostrará problemas en respetar los horarios de comida predeterminados por su cuidador. No obstante, uno de los síntomas más frecuentes de enfermedades en los peces son las alteraciones de apetito, ya sean incrementos o pérdidas.

Enfermedad en un pez

¿Qué hacer con un pez enfermo?

Al detectar un pez enfermo en tu acuario, lo primero que hay que hacer es aislarlo lo más rápido posible. Como los peces comparten el agua, a través de la cual respiran y se alimentan, las enfermedades contagiosas pueden transmitirse rápidamente en el interior de la pecera.

Para evitar que el problema se extienda entre las diferentes especies de la pecera, será esencial poner atención en la evolución del cuadro de salud de los demás peces.

En lo que al agua se refiere, será indispensable constatar el estado del agua de tu acuario para detectar la presencia de parásitos, maleas o algas en exceso.

Para un control adecuado, es importante medir el pH del agua y verificar si el filtro funciona correctamente. En caso de que se encuentre cualquier alteración, será necesario cambiar el agua e higienizar el acuario antes de regresar los peces a su interior.

No hay que olvidarse de consultar a un veterinario especialista para detectar la causa del desequilibrio en el organismo de tu pez. El profesional también nos orientará sobre el tratamiento más adecuado para cuidar al pez y evitar que pueda fallecer a causa de la enfermedad que lo afecta.


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