Qué hacer si tu gato deja de comer

Revertir esta situación es clave para la salud del animal, ya que un largo periodo de inanición acarrea graves consecuencias; a veces puede deberse a una enfermedad, a causas psicológicas o que simplemente se ha hartado de alimentarse de lo mismo
Qué hacer si tu gato deja de comer

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 febrero, 2022

Se suele bromear con que los gatos son bastante tiquismiquis a la hora de escoger lo que comen. No obstante, si  un gato deja de comer puede haber problemas bastante serios que pueden afectar gravemente a su salud. Como dueño, es primordial que aprendas a distinguir si tu mascota necesita o no algún tipo de tratamiento y evitar, así, secuelas de por vida.

Por qué tu gato deja de comer

Si crees que este comportamiento inusual puede estar relacionado con las causas expuestas en el siguiente listado, podrás actuar lo antes posible y evitar que la salud de tu animal se vea comprometida.

  • Posible enfermedad. Una pérdida del apetito suele ser una respuesta corporal ante un agente patógeno externo. Una bacteria, un virus o un parásito pueden estar provocando una respuesta del sistema inmune del animal.
  • Una vacuna reciente puede dar lugar a una reacción adversa en tu felino y provocar que deje de comer durante un tiempo. Los síntomas relacionados con las vacunas no suelen durar mucho y, en general, suelen ser leves.
  • Un viaje o un entorno extraño pueden desconcertar a tu gato y cambiar algunos de sus hábitos. Los gatos son animales amantes de las rutinas y de lo familiar, así que no te extrañes si una mudanza o una remodelación afectan a su apetito.
  • Problemas psicológicos. En el caso de que tu veterinario haya descartado un problema físico, podemos estar ante un síntoma de ansiedad o depresión. Como ya hemos  mencionado, los gatos son animales muy sensibles a los cambios, y pueden verse afectados ante nuevas situaciones o ante personas desconocidas.
Gato comiendo

No obstante, quizás tu gato deja de comer de forma temporal por una causa menos preocupante, como una infección bucal leve o un cambio hormonal. Puede que incluso se haya hartado del tipo de comida que le traes todos los días, porque, al fin y al cabo, los gatos sí son animales tiquismiquis.

Las consecuencias derivadas de la inanición en tu gato

Lo más importante una vez has constatado que tu gato deja de comer es revertir esta conducta lo antes posible para evitar que pueda tener consecuencias en su salud.

Un gato que deja de comer lo suficiente se ve obligado a recurrir a sus reservas de grasa para obtener energía. Para ello, el hígado debe procesar la que ya tiene almacenada, lo que requiere ciertas cantidades de proteínas.

Una rápida pérdida de peso supondrá una presión añadida para el hígado, que puede llegar a desarrollar patologías, como la denominada lipidosis hepática idiopática felina.

Esta enfermedad se suele desarrollar, sobre todo, en gatos obesos que caen en una anorexia a largo plazo como consecuencia del estrés. Ante esta situación, aumentan los ácidos grasos que llegan al hígado, que puede acabar severamente dañado.

Gato va al veterinario

Qué puedes hacer para hacer que coma de nuevo

Teniendo en cuenta que un periodo prolongado de inanición puede tener consecuencias devastadoras para tu gato, lo primero que deber hacer si notas que la situación no mejora es consultar con un veterinario.

Si la pérdida de apetito resulta estar relacionada con una enfermedad, puedes idear una dieta con tu veterinario que atraiga el interés de tu gato y le devuelva las ganas de comer. Los alimentos enlatados, por ejemplo, pueden atraerle más que su pienso habitual.

Si no estamos ante una enfermedad, puedes tomar ciertas medidas para llamar su atención. Por ejemplo, ciertos alimentos como el hígado o el atún pueden estimular su apetito.

También puedes recurrir a medicamentos que propicien la ingesta de alimentos, aunque solo se deberá recurrir a ellos en casos extremos y con la receta de un veterinario.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.