El sapo partero común: un habitante de la Europa sudoccidental y los Alpes

El macho del sapo partero común es un magnifico padre, pues lleva los huevos fecundados enredados entre sus patas posteriores hasta que completan su desarrollo.
El sapo partero común: un habitante de la Europa sudoccidental y los Alpes
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 08 febrero, 2022

El pequeño sapo partero común (Alytes obstetricans) no presenta un aspecto de sapo al uso, pues se trata de un pequeño anfibio con piel verrugosa y cuerpo robusto.

Estos anfibios se distinguen por sus cuerpos cubiertos de verrugas rojizas. Su coloración puede ser muy variada, desde tonos pálidos a marrón café. Además, poseen manchas en la garganta y el pecho que pueden ser de muchos colores, incluidos negro, marrón, oliva, verde o gris.

Los machos son algo más pequeños (42 milímetros de longitud) que las hembras, que en la edad adulta alcanzan de aproximadamente 55 milímetros. Además, tienen pupilas verticales en forma de hendidura en sus grandes ojos.

Distribución y hábitat del sapo partero común

Este animal se encuentra en ocho países europeos: Portugal, España, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Alemania y Suiza. A la fecha, se han reportado tres subespecies europeas. La especie se ha introducido en Reino Unido.

Así, esta especie habita desde la orilla del mar, por ejemplo en Asturias y País Vasco, hasta los 2400 metros sobre el nivel del mar, en los Pirineos. En Europa central, la mayoría de las poblaciones viven a altitudes entre 200 y 700 metros sobre el nivel del mar, rara vez por debajo de 200 metros.

Cara de un sapo partero común.

Comportamiento

El sapo partero común prefiere la vida terrestre, pues solo vive en el agua cuando es un renacuajo. A menudo, estos pequeños anfibios se esconden en agujeros o debajo de troncos para evitar la sequedad de la piel. Si un individuo no puede encontrar resguardo, cava su propia madriguera.

El sapo partero común suele salir de sus madrigueras al anochecer y en momentos de lluvia para buscar insectos y artrópodos. Los adultos pueden hibernar bajo tierra para protegerse contra las heladas durante los meses de invierno.

Conducta de reproducción

Durante la temporada de reproducción, los machos hacen sus llamados todas las noches por varias horas. Ocasionalmente, se puede escuchar a los machos llamando desde sus madrigueras durante el día.

Ha sido reportado que las hembra tienden a preferir a los machos que llaman con más frecuencia. Además, las hembras dan una llamada de respuesta al macho de su elección, lo cual es poco común entre otros anuros. La competencia entre machos durante la temporada de reproducción es estrictamente vocal, pues no se ha observado agresión directa entre individuos.

La paternidad ejemplar del sapo partero común

La temporada de apareamiento varía entre finales de marzo y principios de agosto. Las hembras pueden producir hasta cuatro puestas por temporada de reproducción.

Estos anfibios son bien conocidos por su comportamiento de cuidado paterno. Los machos unen las hileras de huevos de la hembra a su cuerpo. Así, los llevan en su parte trasera hasta que estos eclosionan. En este punto, los machos liberan los renacuajos en masas de agua.

Además, el sapo partero común, al transportar los huevos, puede mantenerlos temporalmente fuera del agua, donde estos están en alto peligro de ser comidos. Los machos pueden cargar alrededor de 150 huevos alrededor de sus tobillos durante una temporada de reproducción, lo que equivale a aproximadamente tres puestas.

Los machos mantienen los huevos húmedos eligiendo el lugar apropiado y ocasionalmente tomando baños. Después de tres a seis semanas, los huevos eclosionan y los renacuajos son depositados por el macho en un pequeño cuerpo de agua. Al eclosionar, las larvas miden aproximadamente 15 milímetros y tras un año de vida sufren la metamorfosis.

Depredación

Cuando los sapos comadronas comunes se ven amenazados, excretan una potente toxina con olor de las verrugas en la espalda, para defenderse de los depredadores. Esta toxina es enormemente efectiva y puede ser mortal.

Así, en cuestión de horas, la toxina puede matar a una víbora. Los renacuajos aún no pueden producir esta toxina y son vulnerables a los depredadores durante su desarrollo.

Un sapo partero común con huevos.

Amenazas para la conservación del sapo partero común

La pérdida del hábitat es el principal factor en la disminución de esta especie. Además, cuentan de forma negativa otros cambios que afectan las condiciones microclimáticas (por ejemplo, el drenaje de aguas temporales).

Adicionalmente, otras posibles razones para la disminución de estos anfibios son el aumento de depredadores (naturales o introducidos) y la transmisión de enfermedades. Aún así, expertos en conducta animal han reportado que el sapo partero común puede ocupar hábitats modificados por humanos, como parcelas agrícolas y áreas urbanas.


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