Tipos de mimetismo en el mundo animal

Existen numerosas estrategias que adquieren los animales para sobrevivir en la naturaleza. El mimetismo es, sin duda, una de la más sorprendentes.
Tipos de mimetismo en el mundo animal
María Muñoz Navarro

Escrito y verificado por la bióloga María Muñoz Navarro.

Última actualización: 09 mayo, 2020

El mimetismo se define como la habilidad que tienen algunos seres vivos de parecerse a otros organismos, ya sean animales, hongos o plantas del entorno.

Esta táctica se basa en obtener una ventaja al engañar o confundir a otros seres para evitar la depredación, facilitar el parasitismo o atraer a sus presas. Esto se puede conseguir de diferentes maneras, ya sea adoptando distintas posturas o semejándose a otros seres más temidos.

El mimetismo es el mejor ejemplo que podemos usar para explicar la selección natural. A continuación, te contamos más sobre los distintos tipos de mimetismo que existen.

Tipos de mimetismo

Las señales miméticas pueden ser:

  • visuales,
  • acústicas,
  • químicas,
  • táctiles.

Dependiendo de cómo se experimente este fenómeno, en la naturaleza se conocen hasta 5 modelos de mimetismo diferentes.

Mimetismo batesiano

El término “batesiano” hace honor a la primera persona que estudió este tipo de mímesis, Henry Walter Bates, durante su viaje al Amazonas en 1848.

Bates observó que las mariposas inofensivas de la familia Pieridae imitaban los colores y formas de las mariposas helicónidas de esta región, las cuales poseían unas toxinas que les conferían un sabor desagradable. Así, cuando un depredador pretendía atacarlas, recordaba ese horrible sabor que desprendían las mariposas tóxicas a las que se asemejaban y las evitaban.

Esta fue la primera prueba que apoyaba la teoría de la Selección Natural de Charles Darwin.

Por tanto, los animales que experimentan este mimetismo son aquellos que se asemejan morfológicamente a una especie que es repugnante, tóxica o peligrosa. De esta manera consiguen engañar a sus depredadores naturales.

Otro ejemplo es el que ocurre entre la serpiente de coral, un animal extremadamente venenoso, y la serpiente de falso coral. La imitadora posee una distribución y coloración de los anillos tan parecida a la especie peligrosa que son imposibles de diferenciar para sus atacantes.

Una serpiente falsa coral ejerciendo el mimetismo.

Mimetismo mülleriano

En este caso, dos o más especies distintas (con apariencia semejante y que comparten el mismo depredador) desarrollan una característica común, como puede ser el veneno o el mal sabor.

Esto permitirá que, en el momento en que el depredador pruebe a un individuo de cualquiera de las especies, descubra esta característica tan desagradable y directamente sienta rechazo por todas las que se asemejen a ella a simple vista.

De esta forma, en este mimetismo colaborativo todas las especies se benefician. La ventaja no es solo evadir al depredador: gracias a este trabajo en equipo los animales de estas especies se pueden encontrar en abundancia y ocupando diversos hábitats al reducir su número de atacantes.

Este tipo de mimetismo se denomina así por su descubridor, Fiedrich Theodor Müller.

Mimetismo agresivo

En este ejemplo de mimetismo el animal manipula el comportamiento de su potencial presa: los depredadores se asemejan a un ser inofensivo o más débil con el que no guardan parentesco, para atraer a dicha presa y poder atacarla con facilidad.

Por ejemplo:

  • La mantis religiosa de la familia Hymenopodideae se asemeja en colores y forma a una flor para atraer a sus presas (insectos polinizadores).
  • También hay arañas que imitan feromonas atrayentes de polillas hembras para atraer a las polillas macho, las cuales les servirán de comida.

Automimetismo

Los seres que se automimetizan disfrazan una parte de su cuerpo imitando otra que es más delicada y a la vez vital para su supervivencia, como puede ser la cabeza. De esta forma, dirigen el ataque de los depredadores a una zona del cuerpo más prescindible o resistente y así consiguen escapar de estos.

Hay numerosos insectos que experimentan este fenómeno, como las mariposas de la subfamilia Thedeclinae, que usan este mecanismo de defensa con los extremos y patrones de sus alas. Cuando se posan sobre una superficie lo hacen con la cabeza hacia abajo y empiezan a aletear de manera que crean en sus alas la sensación de una falsa cabeza.

Aposematismo

Finalmente, el aposematismo es un término que se utiliza para describir los casos en los que animales que son inofensivos adquieren unos rasgos de advertencia similares a los de otros que son peligrosos y temidos. Estos pueden ser colores llamativos o basarse en la emisión de señales acústicas y químicas que los animales utilizan para ahuyentar a los enemigos.

Lo podemos observar en casos como el de las orugas que presentan manchas espectaculares que simulan unos grandes y peligrosos ojos abiertos.

Mimetismo de una oruga.

El aposematismo es un fenómeno que está relacionado con el mimetismo batesiano.

La evolución está ligada al mimetismo

A lo largo de este espacio hemos descubierto un verdadero arte del engaño: el mimetismo. Este espectacular fenómeno es utilizado por numerosos seres para protegerse y garantizar su supervivencia.

Y no solo eso: el éxito de esta habilidad permite que los animales miméticos que consigan esquivar a sus depredadores puedan procrear y dar lugar a descendencia. De este modo, estas características tan útiles serán heredadas en las siguientes generaciones y por lo tanto las especies que perduren en el tiempo serán las que posean estos rasgos adaptativos.

 

 


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