¿Todavía quedan caballos salvajes?

La domesticación del caballo se remonta al origen de los tiempos, y una de las preguntas que rodean al proceso de domesticación de este equino es la de si todavía quedan caballos salvajes
¿Todavía quedan caballos salvajes?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 28 febrero, 2019

La domesticación de los equinos comenzó hace muchos siglos años y fue esencial para el desarrollo económico y social de la humanidad. En la actualidad, se reconocen numerosas razas equinas, pero todavía existen muchas especulaciones sobre si todavía quedan caballos salvajes en nuestro planeta.

Esta ‘polémica’ fue reavivada por un reciente y detallado estudio sobre el ADN de los caballos, publicado en la revista Science. Según los investigadores, los Przewalski de Mongolia, apuntados como los últimos caballos salvajes sobrevivientes, realmente no podrían ser considerados como tal.

Además, los análisis genéticos podrían revolucionar todo lo que suponemos sobre los orígenes del caballo moderno. A continuación, conoceremos más sobre esta investigación para entender por qué los caballos salvajes ya pueden estar extintos, aunque el cine nos muestre lo contrario a veces.

La clásica hipótesis sobre la domesticación de los caballos salvajes

Para empezar, repasemos brevemente la tradicional y más aceptada hipótesis sobre la domesticación de los caballos. Los expertos consideran que los primeros a domesticar los equinos fueron los Botai, hace unos 5000 años, y que los caballos modernos derivarían de estos equinos.

Estos pueblos originarios habitaban mayormente en el norte de lo que hoy se considera el territorio de Kazajstán. En su día a día, los Botai empleaban los caballos para diversas actividades más allá del desplazamiento. Por ejemplo, solían ordeñar la leche de las yeguas; incluso podrían llegar a consumir carne de caballo en épocas de escasez de alimentos.

Caballo salvaje de Przewalski

Algunos vestigios encontrados en su territorio, como las cuerdas mordidas, también han permitido suponer que los Botai enjaezaban los caballos y los conservaban en una especie de corral. Por lo tanto, la relación entre los pueblos Botai y los equinos comprendía un interesante proceso de domesticación.

Con base en estas informaciones y evidencias, se ha considerado que los Botai habrían concretado el ‘primer grado’ de la domesticación de los caballos; tomaban a equinos salvajes y conseguían domarlos, convivir con ellos y establecer una relación beneficiosa.

Un estudio puede cambiar todo lo que suponemos sobre los orígenes de los caballos

Investigadores de diferentes universidades se han unido con el objetivo de llevar a cabo un meticuloso y detallado estudio sobre la evolución  genética del caballo.

Para llevar a cabo este estudio, se han seleccionado e investigado 88 muestras genéticas de caballos modernos y antiguos, especies que han vivido en diferentes periodos y habitado en diversos lugares dentro de Eurasia.

Los resultados de este análisis genético han logrado sorprender incluso a los propios investigadores. Como afirma Ludovic Orlando, de la Universidad de Toulouse, los hallazgos compartidos con sus compañeros “literalmente ponen patas arriba lo que creíamos saber sobre el origen de los caballos modernos“.

Domesticación de los caballos salvajes

En primer lugar, los estudios genéticos derrumbarían la creencia de que los Przewalski serían los últimos caballos salvajes sobrevivientes. Según el árbol genealógico producido en la investigación, estos equinos de Mongolia derivan de aquellos caballos domados por los Botai.

O sea, serían descendientes de unos de los primeros caballos domesticados por los hombres, por lo que genéticamente los Przewalski de Mongolia no podrían ser considerados como caballos salvajes. Probablemente regresaron a un estado silvestre al conseguir escapar o ser liberados por los criadores, y así pudieron ser clasificados como cimarrones.

Los verdaderos ‘antepasados’ del caballo moderno

Los hallazgos del mencionado estudio no terminan ahí… El mismo árbol genealógico apuntaría a que los demás caballos no descenderían de los equinos domados por los botai, entre otras cosas porque que no muestran coincidencias genéticas con este grupo.

En la actualidad, los estudiosos se dedican a analizar dos hipótesis sobre por qué los equinos modernos no comparten trazos genéticos con los caballos de los Botai:

  1. La primera de ellas supone que aquellos equinos domesticados por los Botai se han sometido a tantos cruces que ya no sería posible identificar la característica genética primaria en el ADN de los caballos modernos.
  2. Ya la segunda hipótesis plantea un escenario más radical, donde los caballos de los Botai no han logrado sobrevivir. De esa forma, los equinos modernos en realidad podrían derivar de otros caballos; estos equinos originarios fueron domesticados en otro lugar y otro momento histórico que aún no conocemos.

Como se trata de una investigación muy reciente, aún no es posible explicar todos sus hallazgos con precisión. No obstante, esta investigación clave podría indicar, por un lado, que los caballos salvajes ya están extintos. Y más aún, podría llegar a revolucionar todo lo que se suponía hasta entonces sobre la historia y los orígenes del caballo moderno…


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