Trucos para quitar el miedo al agua de los perros

Trucos para quitar el miedo al agua de los perros

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 febrero, 2022

Muchos perros le tienen miedo al agua y por el sólo hecho de estar cerca de ella su comportamiento puede variar. Esa conducta irritable la puedes notar seguramente cuando tienes que bañarlo o quizás cuando salen de paseo y, por esas casualidades, pasan cerca de un espejo de agua. Sin embargo, no te angusties. Existen algunos sencillos trucos que puedes aplicar para que tu perro no le tenga miedo al agua.

Aprendiendo a nadar

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Para que tu perro no huya del agua, lo primero que debes enseñarle es que si se acerca a ella nada le pasará. Lo mejor es que el perro, desde cachorro, aprenda esa diferencia. Para que su acercamiento sea más ameno puedes implementar algún juego utilizando su juguete o golosina favorita. De a poco él irá relacionándose con el agua, como si fuera algo cercano.

También puedes enseñarle a nadar. Sí, al igual que las personas, algunos perros pueden sumergirse y nadar. Sin embargo, otros necesitan que se les enseñe. Claro, cuando decidas embarcarte en esta tarea, escoge un día que sea caluroso y comprueba que el agua no esté demasiado fría. De esta manera tu mascota disfrutará del baño, no le dará frío y, claro, luego de agradable chapuzón podrá secarse al sol.

Una de las cosas más importantes que tienes que tener en cuenta a la hora de enseñarle a nadar a tu perro es asegurarte que tu mascota será capaz de salir del agua. Entonces, entra al agua con tu perro y anímalo a que salga por su cuenta.

En piscinas de lona, en donde la profundidad es mínima, existen algunas técnicas para tener en cuenta que puedes aplicar. Primero comienza por introducir a tu perro al agua. Para animarlo a que ingrese a la pequeña alberca tírale un juguete o un regalo y dile que vaya a buscarlo. Si el juguete no lo motiva, tiéntalo con alguna golosina, colócasela muy cerca a su nariz y espera hasta que el perro se acerque a la piscina.

Seguramente, no resistirá el olor de su golosina preferida e irá por ella. A partir de este momento hay que tener en claro ciertas recomendaciones para que el entrenamiento sea efectivo. En ese sentido, existen algunas cosas que deben evitarse. Por ejemplo, no le grites a tu perro cuando se encuentra a punto de entrar a la piscina e invítalo con voz suave y baja, caso contrario aumentarás la ansiedad de tu mascota.

No dejes que tu perro ingrese a la piscina y luego huya. Una vez adentro le debes enseñar a adquirir ciertos comportamientos. En ese sentido, tres palabras son fundamentales para que logres hacerlo: paciencia, persistencia y perseverancia.

Y no lo olvides, si tu perro ingresó al agua y se encuentra disfrutando de ese nuevo mundo que ha descubierto, felicítalo y mantente junto a él.

En aguas profundas

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Si tienes una piscina de gran profundidad o te encuentras en un lago, el primer paso es que ambos ingresen al agua al mismo momento. Nunca te alejes de él. Notarás que a medida que avanzan, él comenzará a nadar por su cuenta.

Algunos perros nadan verticalmente en lugar de patear con sus patas traseras. Al hacer esto salpican agua y no logran desplazarse. La clave para ayudar a estos perros es motivarlos. Para ello puedes utilizar una pelota o un regalo. Ellos centrarán su atención en ese refuerzo y tratarán de llegar a la recompensa. Cuando intenten avanzar, guíalos de manera que comience a utilizar sus patas traseras. De a poco irán avanzando hasta llegar a su regalo. Una vez que lo obtengan recuerda felicitarlos, de esa forma, con la práctica irá obteniendo mayor seguridad.

Para que el entrenamiento sea efectivo, nunca fuerces a tu perro a entrar en el agua. No te rías de tu mascota, si se hunde un poco en el agua.

No fuerces el aprendizaje de tu perro. Si tu mascota está inquieta, no intentes enseñarle. Es mejor esperar un poco, de manera que se encuentre más tranquilo y seguro.

Si no estás seguro de las técnicas que utilizarás y no tienes confianza con tu mascota, no lo intentes. En esos casos lo mejor es reforzar antes otros aspectos del comportamiento de tu mascota. Recuerda: de nada sirve apurar los tiempos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.