Curiosidades de los flamencos

Las curiosidades de los flamencos hacen de estas aves unos animales muy interesantes, con una biología única: nada más que hay que fijarse en su pico
Curiosidades de los flamencos
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 23 abril, 2019

Los flamencos son un grupo de aves muy llamativas, conocidas como la familia Phoenicopteridae. Estas aves poseen todas en común sus curiosos picos curvos, su grácil aspecto y su color rosado, pero son muchas otras las curiosidades de los flamencos.

¿Por qué se llaman flamencos?

Al parecer, entre las curiosidades de los flamencos destaca el origen de su nombre: viene de flama, lo que hace referencia a su color rojizo del color de las llamas. De hecho, su nombre científico, Phoenicopterus ruber en el caso de la especie más común, no quiere decir otra cosa que alas rojas del Fénix.

Son muchas las curiosidades de los flamencos, y es que sus seis subespecies han llamado la atención de muchos curiosos a lo largo de la historia.

¿Dónde crían los flamencos?

Por ejemplo, los flamencos enanos son unas de las especies más curiosas de flamenco, especialmente por su lugar de cría: en algunos lagos de Tanzania, los nidos de barro de estos flamencos son rodeados por aguas con un pH y una temperatura muy altas, lugar donde pocos animales pueden sobrevivir.

Flamencos en su hábitat

De hecho, se han encontrado restos de estos animales perfectamente conservados, que sobreviven en estas condiciones gracias a sus patas recubiertas con escamas.

En concreto, la principal área de cría de esta peculiar especie es el lago Natrón, un lago salado de aspecto marciano: de aguas rojas, con espuma blanca y géiseres. En él son pocos los animales que sobreviven, entre ellos los flamencos enanos que consumen las algas que allí crecen.

El curioso pico de los flamencos

Una de las mayores curiosidades de los flamencos es su pico: este ha inspirado a ingenieros para fabricar turbinas, y es que usan el pico al revés: es la mandíbula superior, gracias a la posición que toman para comer, la que primero toca el agua. Esto lo convierte en uno de los tipos de picos en las aves de mayor complejidad.

A partir de ahí, la lengua actúa como una bomba que succiona el agua turbia hacia el interior del pico, que es filtrada y cuyos nutrientes son atrapados en las protuberancias que pueblan la mandíbula de estos curiosos animales, que consumen algas y pequeños artrópodos y peces, principalmente.

Color de los flamencos

Esta exclusiva alimentación les hace muy dependientes del agua. De hecho, aunque no está estudiado, los flamencos parecen saber cuándo llueve a cientos de kilómetros de distancia, por lo que aparecen en lagos recién formados en zonas de África muy secas.

El secreto tras el color de los flamencos

Gracias a su alimentación, alta en carotenoides, estos animales adquieren sus colores rosados al depositarse estos pigmentos en las grasas de los animales y sus plumas. De hecho, estos animales producen un aceite rico en carotenoides que les permite realzar estos colores:  cuanto más rosa es un flamenco más posibilidades tiene de tener éxito en el cortejo.

Y es que el cortejo es vital para los flamencos: son monógamos y solo ponen un huevo, por lo que su cría es muy delicada. Los flamencos fabrican un delicado nido de barro para poder cuidar de su único descendiente. Resulta que son unas de las aves de mayor longevidad, lo que hace que entre las curiosidades de los flamencos esté el hecho de que lleguen a los 70 años de edad, cerca de aves como los loros.

Para cuidar a su prole, los flamencos requieren un gran sacrificio: tras el nacimiento de estos polluelos grises, se irán tornando del color de sus padres, pero estos se volverán más pálidos al aportar parte de sus carotenoides, a través de una secreción grasa con la que alimentan a sus pollos. Y, así, estas curiosas aves se terminan emancipando y siguen mientras maravillando al mundo con su belleza.


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