Gecko de cola gorda (Hemitheconyx caudicinctus): cuidados en cautiverio

El gecko de cola gorda es una alternativa excelente como mascota al gecko leopardo. Aún así, existen ciertas consideraciones que se deben tener en cuenta con esta especie.
Gecko de cola gorda (Hemitheconyx caudicinctus): cuidados en cautiverio

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 10 noviembre, 2020

El gecko leopardo (Eublepharis macularius) es la mascota exótica por excelencia debido a su carácter dócil, fácil y cría y bellos colores. Lo que no muchos saben es que este simpático reptil presenta un primo que también puede ser una adición perfecta a la familia: el gecko de cola gorda (Hemitheconyx caudicinctus).

Por desgracia, la cría en cautiverio de esta última especie está bastante menos asentada que la del gecko leopardo. Por ello, antes de hacerte con un ejemplar, debes tener ciertas consideraciones en cuenta. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre el gecko de cola gorda, desde consideraciones legales hasta cuidados en cautiverio.

Consideraciones iniciales

El gecko de cola gorda no es pariente del gecko leopardo en un sentido figurativo, pues ambas especies pertenecen a la familia Eublepharidae. A pesar de ello, estos reptiles presentan requerimientos relativamente diferentes y no pueden ser alojados en el mismo terrario.

En primer lugar, cabe destacar que este simpático animal no se encuentra amenazado según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esto es bueno y malo a la vez, ya que no se requieren permisos especiales para su tenencia pero, si el gobierno regional lo permite, la especie puede ser sustraída de su medio para el comercio.

Además, según el portal Animal Diversity Web (ADW), esta especie no se encuentra en el CITES —convención que protege a los animales en peligro del comercio—, si bien la familia que la engloba (Gekkonidae) está en el apéndice I. Por estas razones, hay que tener sumo cuidado acerca de a quién se le compra el animal y cuál es su procedencia.

Es obligación del tutor exigir documentación que acredite que el reptil ha sido criado en cautiverio. En general, precios muy bajos —menos de 40-50 euros— suelen indicar que el animal ha sido sustraído de su medio natural, razón por la cual en estos casos ahorrar puede suponer un perjuicio para los ecosistemas naturales.

Si no hay demanda no hay oferta. Desde aquí, abogamos por la preservación de las especies en su medio natural. Toda mascota exótica debe proceder de la cría en cautiverio.

Un gecko de cola gorda sobre el sustrato.

Cuidados en cautiverio del gecko de cola gorda

Este reptil es nativo del oeste de África, desde Senegal hasta Camerún. Por ello, podemos sospechar que el gecko de cola gorda disfrutará de ambientes cálidos, humedades relativas intermedias y sustratos de tipo terroso. A continuación, te presentamos los cuidados generales de esta bella especie.

Terrario

El terrario ideal será de cristal, adquirido en una tienda de animales exóticos y diseñado por profesionales. Esto es así ya que este tipo de instalaciones presentan los sistemas de ventilación adecuados y mallas metálicas para que el habitáculo transpire. Si bien es posible mantener a este gecko en un recipiente de plástico, no lo aconsejamos.

Las medidas generales del terrario para un ejemplar deben ser 45x40x40 centímetros de largo, ancho y alto. En caso de querer alojar a una pareja, este debe presentar unos 20 centímetros más de largo. Cabe destacar que, a pesar de su carácter dócil con los humanos, nunca hay que colocar a dos machos juntos. Estos son muy territoriales.

En lo que al sustrato se refiere, desaconsejamos completamente el uso de arena y piedras. Estos geckos suelen tragar tierra mientras cazan, por lo que un sustrato inorgánico puede generales una impactación gástrica. La mejor opción es la fibra de coco de base y decorar un lado del terrario con musgo Sphagnum, ya que este retiene muy bien la humedad.

Por lo demás, es necesario colocar algunos troncos, un pequeño recipiente con agua y mínimo dos refugios para los animales: uno en la zona caliente y otro en la fría. En posteriores apartados te contamos en qué consiste este gradiente térmico.

Requerimientos ambientales

Como ya hemos dicho en líneas previas, el gecko leopardo presenta ciertas diferencias ambientales con el gecko de cola gorda. A continuación, te listamos de forma rápida los requerimientos climáticos de la especie que hoy nos atañe:

  • Temperatura: sobre los 26-28 grados en la parte templada y unos 32 grados en la caliente. Esto se consigue colocando una manta térmica que ocupe la mitad del terrario —siempre por fuera del tanque para que el animal no se queme—. Si aún así no se logra la temperatura ideal en la parte caliente, se puede colocar un foco en la zona.
  • Humedad: estos reptiles requieren una humedad relativa del 60%-80%. También debe existir un gradiente hídrico, es decir, la zona más fría será la húmeda y la caliente la seca. Esto se logra colocando musgo ligeramente empapado con decoración en el área húmeda y pulverizándola con agua una vez al día.
  • Luz: no es necesario ningún foco de luz especial, pues esta especie es crepuscular. Aún así, el terrario debe presentar un ciclo de iluminación natural.

Alimentación

El gecko de cola gorda se alimenta únicamente de insectos y otros invertebrados: grillos, cucarachas, tenebrios y gusanos de la miel, entre otros. Un adulto comerá cada 2-3 días y, una vez a la semana, se deberán espolvorear a las presas con un suplemento de calcio y vitamina D3. Este se puede comprar en tiendas especializadas.

Un zoom en la cabeza de un gecko.

Indicaciones finales

Como hemos podido ver, el gecko de cola gorda es un animal con cuidados muy fáciles. Únicamente se diferencia del gecko leopardo en unos requerimientos de humedad mayores, pero esto se soluciona rápido pulverizando con agua el terrario una vez al día.

A pesar de ello, vemos necesario hacer hincapié en el tema que hemos abordado al principio: a diferencia de otros reptiles, la cría en cautividad del gecko de cola gorda aún no está tan extendida como nos gustaría. Por ello, todo tutor debe asegurarse de que su animal no provenga de captura.


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